Mariana Segunda López Martínez: madre ónix y sabia familiar

Mujer virtuosa y laboriosa. Se dedico por muchos años a la venta de comida, la cual se constituyó en su emprendimiento familiar.



"La mujer sabia 

edifica su casa, 

pero la necia 

con sus manos la derriba". 

Proverbio 14,1



Por Lindantonella Solano Mendoza



La señora Mariana Segunda López Martínez, nació el 11 de febrero de 1939 en Riohacha y entregó su alma al Creador el 09 de abril de 2025.

 

Su compañero de vida fue José Segundo Ibarra, con él conformó una prolífica familia.Tuvo 10 hijos: Aura, Milciades, el Pastor Henry Moises, Wilmer, Estela, Freddy, Delsy, Mireya, José y Leonardo.



Era hermana de María Amalia y Marlene Díaz López, prima entre otros, de Luis, David y Mercedes Fernández Sánchez; Luis De La Cruz y Alfredo Fernández; José, Rosa Isela, Siderys e Ibeth López; de la periodista Rosa Guillermina y Josefa Rosario López Arredondo, quienes compartieron con ella desde su infancia, ese vinculo de familia cercana y cariño fraternal.



La señora Mariana fue una mujer virtuosa y laboriosa. Se dedico por muchos años a la venta de comida, la cual se constituyó en su emprendimiento familiar.



Madre incansable que inicialmente vivió en el Barrio Arriba y luego hasta el tiempo de su partida su residencia permanente fue en la Urbanización 'Entre Rios', siempre con su esposo y compañero de toda la vida, sus hijos y nietos.
 


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Mariana Segunda López Martínez




En esas virtudes se apreciaban el haber criado con amor y perseverancia a una decena de hijos, numerosos nietos, bisnietos y además de ayudar de forma altruista a sus vecinos y cercanos.



Amó a su compañero José Segundo Ibarra, hasta sus últimos días. Era alegre, le gustaba la música y bailaba, además dedicaba su precioso tiempo, para escuchar la palabra de Dios. Era una creyente de las obras del  Todopoderoso. Fue una mujer de fe durante toda su vida.



Le gustaba preparar deliciosas comidas y hacer tortas para hijos, nietos y sorprender con un presente de sus manos de buena gourmet.
 


Se le recuerda como una madre de generaciones que sembró principios y valores. Resiliente, con mucha fortaleza y carácter para la crianza, por eso entregó personas de bien para la familia y la sociedad.



La señora Mariana era una madre Ónix, que siempre buscó el bien para los hijos que engendró y doy fe de esos consejos que ayudaban a buscar la sabiduría, en el camino vital. 



Aunque su memoria estará en todas las huellas de una generación de luz y fe, sabemos que está en el reposo eterno,  junto con el buen Pastor.




¡Descanse en Paz señora Mariana con esa sabiduría que desde lo Alto irradiará!

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