En Barranquilla, Juniorista no aguantó la emoción y murió de infarto

Un cortejo con camisetas de Junior acompañará este martes el cuerpo del menor.

 
El sepelio se cumplirá este martes a las 9 a.m. en el cementerio de Puerto Colombia.
Foto: Óscar Berrocal / EL TIEMPO
El sepelio se cumplirá este martes a las 9 a.m. en el cementerio de Puerto Colombia.
Cuando los muchachos arrancaron a correr por la calle para festejar la clasificación del Junior a la final del fútbol colombiano, ‘Lucho’ le quitó la bandera rojiblanca a una vecina que encontró en su camino e inició veloz carrera blandiéndola a lo alto.
Unos pocos segundos antes, él y varios de sus primos, que veían en una de las habitaciones la transmisión televisiva del encuentro, habían estallado en júbilo con el último cobro desde el punto penalti: la pelota, disparada por Harrison Otálvaro de Millonarios, se estrelló en el horizontal y le dio el paso del Junior a la final.
No era para menos: luego de un hermético cero a cero, se dispuso la definición del finalista a través de cobros desde el punto penalti. Junior lo logró. Había sido en Bogotá, plaza difícil, y ante un club de histórica rivalidad. La emoción era gigantesca. Eran las 7:10 p.m. del domingo.
Dónovan Manjarrez, primo de ‘Lucho’, recuerda haber tomado su propia bandera, la que tenían en el cuarto, y cruzar la sala hasta la puerta en medio de saltos. La idea era tomar para la casa de unos amigos, allí mismo la misma urbanización El Hipódromo, y reunirse con ellos a celebrar.
El grupo de primos alcanzó a avanzar un par de casas en veloz carrera y en medio de gritos. ‘Lucho’, ya con la bandera de la vecina, y quien corría detrás de Dónovan, se frenó de repente, se llevó la bandera al pecho y le gritó “espérame”, a su primo.
“Yo volteé, lo vi recostarse a un carro y después cayó al piso bocabajo. Lo volteamos. Me costó trabajo apartarle la mano del pecho”, dice ahora Dónovan a pocos pasos del ataúd de ‘Lucho’, en una de las salas de velación del parque Cementerio Senderos de Paz, vía al Mar.
Se llamaba Luis Andrés Martínez Manjarrez, tenía 14 años, y con sus primos Dónovan y Yosimar, hacían parte de la Escuela de Fútbol Juventud Porvenir en El Hipódromo. Vivían juntos en la carrera 32 N° 25-46, en una casa que les da albergue a varios primos Manjarrez.
Todos le decían ‘Lucho’, así como lo llamaba insistentemente el primito que desde los brazos de su madre, a un lado del ataúd, le preguntaba si estaba dormido.
Fue una escena que hizo llorar a algunos de los primos mayores, esos con los que Luis Andrés habían construido una dinámica propia en torno al Junior de Barranquilla: “Íbamos a todos los partidos que podíamos, en las buenas y en la malas, con las banderas y siempre apoyando al equipo”, agrega Dónovan.
Ni él, ni Milagro la madre de ‘Lucho’, ni los demás primos, ni tíos ni nadie tenían información de que el muchacho estuviese enfermo. “Era un niño sano, deportista, siempre alegre, un atleta, que parecía mayor de lo que era”, asegura su madre, muy orgullosa, también, de lo buen estudiante que era.
En el equipo, ocupaba el puesto de defensa central, jugando para la Liga del Atlántico y otros torneos dentro de la categoría 1998. Su sitio de concentración habitual era la cancha del barrio. Siempre dio muestra de excelente estado físico y de juicio en su proceder.
“Los médicos lo atendieron, se portaron muy bien, lo entubaron, trataron de reanimarlo, pero no pudieron hacer nada”, dice Milagro.
El sepelio se cumplirá este martes a las 9 a.m. en el cementerio de Puerto Colombia.
JAVIER FRANCO ALTAMAR
Redactor ADN
Barranquilla.

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