Inflación en Venezuela supera el 60 %; Banco Central culpa a protestas

El costo de vida en mayo fue de 5,7 % en mayo y lo que más subió fue el transporte y los alimentos.

 
Inflación en Venezuela supera el 60 %; Banco Central culpa a protestas
Foto: Reuters
Inflación en Venezuela supera el 60 %; Banco Central culpa a protestas
Desde abril de este año el Banco Central de Venezuela no publicaba el índice mensual de inflación del país, y escogió el primer día del mundial de fútbol, a las siete de la noche, para revelar la cifra que obligatoriamente debe entregar los primeros cinco días de cada mes: la inflación para el mes de abril fue de 5,7% y repitió esa misma suma para mayo, lo cual en dos meses significó un aumento de los precios en el país de 11,4%.
En lo que va de 2014 esto representa una inflación acumulada de 23% y la suma de los últimos 12 meses es de 60,9%.
El gobierno venezolano estimó que este año cerraría el índice inflacionario alrededor de 26%, pero con seis meses aún por transcurrir puede afirmarse que esa meta será imposible. De hecho, los economistas vaticinan que a final de año la inflación venezolana pueda superar el 70%.
Conocer la cifra exacta es apenas una formalidad, pues en lo que va de año los venezolanos han sentido un impacto tremendo en sus bolsillos sobre todo a la hora de comprar alimentos, que durante los primeros cinco meses del año sufrieron un incremento en sus precios de 29,5%.
Nada más basta salir a tomar un café: una taza grande ahora cuesta hasta 40 bolívares (6,3 dólares al cambio oficial) cuando a principios de año era la mitad.
La suma puede ampliarse a casi todos los alimentos pues una arepa rellena puede costarle hasta 120 bolívares (casi 20 dólares), y al comprar para la casa un kilo de cualquier pescado blanco alcanza los 400 bolívares (63 dólares), el queso amarillo supera los 450 bolívares (71 dólares) y un aguacate alcanza la categoría de oro en polvo al costar el kilo hasta 180 bolívares (28 dólares).
La mayoría de los alimentos de la cesta básica –harinas, queso blanco, leche, mantequilla, arroz, café, carne, pollo- tienen precios regulados por el gobierno, pero al estar muy por debajo de lo que cuesta producirlos estos prácticamente no se consiguen y han disparado su índice de escasez a 30%.
Estos precios colocan a Venezuela como uno de los países más caros del mundo, aunque si se calculan los precios sobre la base del dólar “negro” –actualmente cotizado alrededor de los 75 bolívares- se equiparan a los de cualquier otro lugar.
Lo cierto es que más allá de la distorsión cambiaria el país no registraba tal alza de precios desde el año 1996 y el tema pone al gobierno del presidente Maduro en uno de sus momentos más difíciles pues la escasez y el alto costo de la vida actualmente son evaluados por los venezolanos como los principales problemas y de exclusiva responsabilidad del gobierno nacional, al que cada vez menos le cuesta sostener la carta de que en su contra se libra una “guerra económica”.
“Nuestro país tiene una inflación acumulada que suma el total de 13 países de Latinoamérica y eso es lamentable. Esto es muestra de que vivimos en un régimen macroeconómico desastroso”, reaccionó el partido de oposición Primero Justicia, de la voz de su secretario de formación, Heberto Delgado.
El reporte del Banco Central, ente que esta semana estrena su primer director militar –el general Rodolfo Marco Torres, también miembro del gabinete del presidente Maduro-, destaca que la conflictividad política que presentó el país entre febrero y abril de este año fueron las principales causas del disparo inflacionario. 
“Los meses de abril y mayo continuaron siendo afectados por los eventos de conflictividad política (…) estas perturbaciones, de carácter extraordinario, ajenas a los factores propios de toda actividad productiva, influyeron desfavorablemente en los resultados del Índice Nacional de Precios al Consumidor”.
En ningún momento el reporte hace referencia al descenso de la productividad nacional, el aumento en los precios de las importaciones o la falta de liquidación de dólares por parte del gobierno al aparato productivo. Será interesante observar cuál será el índice de junio, en vista de que la intensidad de las protestas ha bajado considerablemente desde mayo.
Valentina Lares Martiz
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas

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