¿Llegó la hora de acabar los estratos?



Bogotá y la agencia ONU Hábitat consideran que esta clasificación genera inequidad y segregación.



 
Lo que hace la estratificación es identificar las características de las viviendas y su entorno.
Foto: Archivo / EL TIEMPO
Lo que hace la estratificación es identificar las características de las viviendas y su entorno.
Una polémica propuesta para eliminar el sistema de estratos socioeconómicos que opera en Colombia desde hace más de 30 años, y que clasifica a la población como rica o pobre según el lugar donde vive, se está abriendo paso en Bogotá con el apoyo de la agencia ONU Hábitat.
El argumento principal es que la estratificación ha venido consolidando una situación de segmentación y segregación de las ciudades entre estratos altos y bajos, y –por la forma como se clasifica a la población– está generando inequidad, exclusión y estigmatización. (Lea también: Entrevista con Roberto Lippi, experto de ONU-Hábitat).
Lo que hace la estratificación es identificar las características de las viviendas y su entorno, para clasificarlas en seis estratos. En el 1 están las de peor calidad y en el 6, las mejores. El modelo supone que las personas que quedan en los estratos altos (5 y 6) tienen la mayor capacidad de pago y las de los más bajos (1 y 2), la menor.
Con ese presupuesto, el país estableció un sistema de subsidios cruzados para cobrar los servicios públicos, en el que a quienes pertenecen a los estratos 1 y 2 se les subsidian las tarifas y a los de 5 y 6 se les cobran sobretasas para ayudar a los primeros. Con el tiempo, este instrumento se comenzó a utilizar para cobrar el impuesto predial y para focalizar todo tipo de inversiones sociales.
La postura de ONU-Hábitat
“Hay que enfocar los subsidios sobre las personas y las familias y no sobre las viviendas”, advierte Roberto Lippi, oficial de ONU Hábitat que ha venido trabajando con Bogotá en la propuesta (ver entrevista en la página 4).
En su opinión, el país debe superar la estratificación socioeconómica y establecer un modelo que le permita identificar a la población por las condiciones y características de las personas, como ocurre en el resto del mundo. “Colombia es el único país que tiene estratificada a la gente”, asegura.
Jorge Iván González, el autor del Informe de Desarrollo Humano de Bogotá, quien también viene trabajando en el estudio, explica que los estratos no necesariamente reflejan la situación real de las personas y urge a buscar un modelo que identifique su capacidad real de pago, cruzando sus obligaciones con sus ingresos y su situación personal y la de la familia.
Una encuesta multipropósito realizada en Bogotá en el 2011 dejó en evidencia a personas de los estratos altos que no están afiliadas a la seguridad social, a pesar de vivir en zonas de estrato alto. Y, más recientemente, Planeación distrital detectó 40.000 hogares de estratos 3 y 4 donde las personas enfrentan condiciones de vulnerabilidad similares a las de habitantes de estratos bajos, pero no reciben ninguna ayuda debido a la vivienda en la que habitan.
“En dos minutos una persona se puede quedar sin empleo o entrar en absoluta bancarrota. Es difícil definir la realidad del ser humano”, advierte Juan Ricardo Ortega, director saliente de la Dian.
Él y los demás expertos coinciden en que la declaración de renta universal podría ser un instrumento ideal para conocer las condiciones de ingresos y gastos de todas las personas, y así poder focalizar los subsidios en quienes realmente los necesitan. No obstante, todos reconocen que para los colombianos la declaración de renta es sinónimo de impuestos.
Los expertos advierten otro problema estructural. “Con el tiempo, los estratos se han convertido en una marca social, en un sello que excluye a las personas por el lugar donde viven”, advierte González.
“La gente se acostumbró a decir que una persona es de tal o cual estrato, y cree que eso está bien, pero eso en un Estado Social de Derecho no es normal”, afirma Lippi.
Mientras la discusión sobre el tema avanza, Bogotá termina de elaborar un documento para proponerle al Gobierno Nacional que incluya la eliminación de los estratos socioeconómicos en el nuevo Plan de Desarrollo del país.
Así funciona en otros países
En Chile se utiliza la Ficha Social. Es una encuesta que se aplica a las personas para establecer sus condiciones socioeconómicas. De ahí se deriva un puntaje que permite acceder a beneficios estatales.
En Brasil, los programas de ayuda tienen en cuenta el ingreso de las personas y las características específicas, como los hogares donde hay mujeres embarazadas, niños y adolescentes. También, los hogares con adultos mayores de 65 años y personas en condición de discapacidad.
En Costa Rica se utilizan datos del censo nacional y de la encuesta de hogares para determinar en cuál estrato socioeconómico se ubica cada habitante. El dato clave es el ingreso familiar. Con esa información, las autoridades determinan quién califica o no para recibir subsidios y ayudas estatales. Se cuenta con el Sistema de Información de la Población Objetivo (Sipo), que es una especie de padrón con los datos socioeconómicos de las personas que reciben ayuda o podrían recibirla. Tienen problemas con la actualización de los datos.
Ventajas
Fácil de aplicar
Para las empresas de servicios es un método fácil de usar, porque simplemente aplican la tarifa según el estrato.
Estable
No tiene actualizaciones en largos periodos y las empresas de servicios no se ven obligadas a hacer cambios en sus tarifas.
Es masiva
Usualmente, el estrato se aplica de un solo golpe por manzana, y eso facilita el uso del instrumento.
Experiencia
Las empresas tienen unas tres décadas de experiencia en el uso de los estratos y eso facilita su aplicación.
Suple fallas
Alcaldes pueden usar los estratos para focalizar inversiones, ante la falta de datos sobre la situación de la gente.
Desventajas
Segrega
Al clasificar a la gente por la vivienda, ha fragmentado las ciudades en barrios de pobres y de ricos.
Estigmatiza
Ser de estratos bajos se convirtió en un estigma para las personas, que son tratadas según el sitio donde habitan.
Excluye
Personas que viven en estratos medios y altos y necesitan subsidios no reciben ninguna ayuda por vivir en esos sitios.
Inequidad
Personas y familias que han superado problemas siguen recibiendo subsidios debido al sitio donde viven.
Frena proyectos
Muchos proyectos se frenan porque implican subir el estrato, y la gente no quiere pues esto sube las tarifas.
YOLANDA GÓMEZ
Subeditora de Bogotá

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