'El rayo fue un castigo': Mamo que sobrevivió a tragedia de la Sierra



EL TIEMPO visitó el pueblo donde murieron 11 indígenas y habló con su máxima autoridad.


 
En la foto, el Mamo Ramón Gil que perdió a su hijo Juan Ramón Gil cuando cayó el rayo que mató a 11 indígenas.
Foto: Carlos Capella / EL TIEMPO
En la foto, el Mamo Ramón Gil que perdió a su hijo Juan Ramón Gil cuando cayó el rayo que mató a 11 indígenas.
El mamo Ramón Gil, la máxima autoridad de los wiwa y uno de los indígenas tradicionales más conocidos de la Sierra Nevada, dice que hace dos años la naturaleza le había advertido que debían pagar por tantas talas y saqueos que se han realizado en estas montañas. (Lea también: Llegan ayudas a comunidad wiwa tras caída de rayo en Sierra Nevada)
Esa advertencia se hizo realidad la madrugada de este lunes, asegura el Mamo, cuando un rayo cayó sobre la unguma, choza ceremonial donde estaban reunidos unos 50 wiwas de la cuenca media del río Guachaca, y mato a 11 indígenas y dejó otros 20 con heridas.

La comunidad Wiwa de la sierra nevada de Santa Marta, se reponen de la tragedia que ocasiono la caída de un rayo que mato 11 personas y dejó 21 heridos. Foto: CEET
Luego de la tragedia, la noche del lunes, los indígenas se fueron del pueblo por temor a que otro rayo volviera a castigarlos. Los cadáveres fueron recogidos en una choza y acomodados en el piso, donde pasaron la noche. Hoy, en la mañana, cuando escucharon el sonido del helicóptero volvieron a bajar de las montañas al pueblo. (Lea también: 'Un trueno retumbó en la Sierra y en segundos se prendió la choza')
“El domingo a las 6 de la tarde cuando cayeron los primeros relámpagos y sentí que estaba molestos, pidiendo que le devuelvan a la naturaleza todo lo que se han llevado de la Sierra”, contó el hombre ayer entre las cenizas de la choza ceremonial, de donde aún pese a los últimos aguaceros se levantan pequeñas columnas de humo que salen de la tierra, y el olor a quemado invade las 40 chozas de kemakúmake, el pueblo primitivo que llora por la tragedia. (Vea las fotos de la zona donde cayó el rayo y la operación para evacuar a los heridos)
En su relato, Ramón, que perdió a su hijo, recuerda que le dijo a la comunidad que el relámpago necesitaba un pago, por tantos árboles talados y cuarzo saqueado. También les había dicho que desde hace tiempo la naturaleza le estaba pidiendo que cobrara a todos aquellos que habían profanado esos lugares sagrados y él no lo había hecho. (Vea en un mapa los 2.900 rayos que cayeron en la zona de la Sierra Nevada)
“Le dije a la comunidad, el trueno está bravo, dice que nos mandó el primer castigo el verano, pero como suplicamos mucho, manda el aguacero, pero no pagamos y ahora va a venir guerra de la naturaleza y de la humanidad”, asegura el viejo Mamo que le dijo la naturaleza.
Esa noche, él estaba hablando con los hombres del pueblo en la choza ceremonial, cuando sintió como la luz iluminó el lugar y todos fueron cayendo lentamente. “Cuando la candela vino hacia mí se me nubló la vista. Me levanté, me dio rabia y lo insulté”, recuerda y a los pocos minutos solo hubo caos y el fuego se apoderó del lugar. Los indígenas que llegaron de las otras chozas tuvieron que sacar los cuerpos para evitar que las llamas los consumieran. (Lea también: Unas 100 personas mueren por rayos en Colombia cada año)
“Te quitamos 11 para que usted reflexione, analice y hable con hermanitos menores y les advierta también”, dice Ramón que es el mensaje de la naturaleza.
Pide reunión con mamos
El mamo Ramón pidió al Gobierno que los ayude para citar un encuentro de por lo menos un mes con los mamos ancestrales, y espirituales de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada: koguis, arhuacos, kankuamos y wiwas, para que analicen como autoridades todas las problemáticas que se viven en estos momentos en los resguardo.

Luego de la tragedia, la noche del lunes, los indígenas se fueron del pueblo por temor a que otro rayo volviera a castigarlos. Foto CEET  
Reconoció que los cabildos gobernadores de estos pueblos se han convertido en una especie de talanquera para que las autoridades espirituales y guías de estos pueblos se reúnan. “Ellos necesitamos analizar y unificar un criterio, internamente y espiritual, ya que los cabildos gobernadores no se ponen de acuerdo”, dijo.
Ayer, Ramón se lamentó de no saber leer ni escribir en español para poder hacer una cartilla sobre para que todos entiendan y comprendan cuál es el mensaje que la naturaleza les da a los mamos, y respeten los últimos recursos que quedan en la Sierra Nevada.
Siguen llegando ayudas
A las 6:30 a.m. de hoy salió el primer helicóptero con alimentos, frazadas, medicamentos y hamacas recogidos por la Defensa Civil y enviados por la Unidad Nacional de Riesgo.
Desde la primera División del Ejército entre ayer hoy unos 9 viajes se hicieron en helicópteros sacando heridos, llevando ayudas y periodistas. “No solamente estamos para la guerra, también para ayudas humanitarias”, dijo el capitán del Ejército, Omar Pardo, quien está al frente de los vuelos.

Las autoridades militares Ejército y Policía acompañados de la Defensa Civil llevan ayudas. Foto: CEET
A su turno, el coronel Luis Alfonso Quintero Parada, comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, encabezó con la Policía Judicial la última inspección a los cadáveres, que hoy mismo serán entregados los cuerpos a la comunidad.
“Tenemos un equipo medico revisando a los indígenas, tal como lo solicitaron, para brindarles un apoyo con medicamento y curación, al equipo de policía judicial se sumaron dos médicos forense de Barranquilla, apoyando el trabajo”, dijo el oficial.
L​eonardo Herrera Delghams
Enviado especial de EL TIEMPO
Sierra Nevada de Santa Marta

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