Roberto Gómez Bolaños: sus risas en el cielo y su legado en la Tierra


Su cuerpo fue trasladado a la capital mexicana. 

Homenaje en el Estadio Azteca, este domingo.

El humor fue una sombra a la que nunca le tuvo miedo Roberto Gómez Bolaños hasta el día de su muerte, ocurrida este viernes, en su residencia de Cancún, a los 85 años.
Familiares de Gómez Bolaños, el más querido y popular de los comediantes, agradecieron a través de Twitter por los mensajes de apoyo. "En nombre de la familia, gracias por tanto amor. Los esperamos mañana en el Estadio Azteca a partir de las 12, para despedirlo. Los Gómez"
Este hombre nacido en Ciudad de México en febrero de 1929 marcó a muchas generaciones, con personajes como el Chavo del 8, el Chapulín Colorado, el Chómpiras, el doctor Chapatín, Chaparrón Bonaparte o Vicente Chambón.
Luego de coquetear sin buenos resultados con la ingeniería, y de intentar con la publicidad, terminó dedicado a escribir cientos de guiones que lo llevaron a convertirse en el más querido de los humoristas mexicanos. (Vea el especial multimedia: Simplemente ‘Chespirito’)
Su carrera de libretista comenzó en la década de los 50 en programas de radio, pero en los 60 pasó a la televisión y el cine, con un estilo cargado de mucho humor físico.
Al principio era un muchacho tímido, que soñaba con abrirse paso entre una camada de artistas de la comedia como Viruta o Capulina (uno de sus grandes amigos que luego se distanció de él por el brillo que alcanzaba Gómez Bolaños) y el mismo Mario Moreno, Cantinflas, a quien admiraba de una manera reverencial. “Ahí está el detalle es mi película favorita de todos los tiempos”, dijo una vez en televisión.
Tras bambalinas, se ganaba el pan con el humor de su frente, pero en 1968 su rutina tuvo un impulso radical cuando le dieron la oportunidad de grabar un par de segmentos en el espacio televisivo Sábados de la fortuna.
Se trataba de Los supergenios de la mesa cuadrada y El ciudadano Gómez, dos referencias ineludibles al cine y el teatro, que tanto amaba en su vida privada.
En Los supergenios conoció a María Antonieta de las Nieves, Rubén Aguirre y Ramón Valdés, que luego lo acompañaron en el punto más alto de su carrera como la Chilindrina, el profesor Jirafales y Don Ramón, respectivamente.
Los populares personajes de la Vecindad: El Cartero Jaimito, Doña Clotilde, el Profesor Jirafales, la Chilindrina, el Chavo y Doña Florinda.
Dos años después ya dirigía su propio programa: Chespirito, un espacio que debía su nombre al apodo que le dio el director de cine Agustín P. Delgado, que lo definió como un pequeño Shakespeare de la comedia.
En los 80, el humorista mexicano logró consagrarse gracias a sus dos personajes más grandes: el Chapulín Colorado, que se convirtió en el superhéroe latinoamericano por excelencia, y el Chavo del 8, un retrato divertido de un niño desamparado que llegó a ser un referente en todo el continente. (Trivia: ¿Qué tanto sabe usted del 'Chavo del 8'?)
“El Chapulín Colorado me abrió el camino y el Chavo me dio el cariño de la gente”, aseguró en una entrevista, tratando de dimensionar a los personajes que lo convirtieron en un mito y que llegaron cuando ya estaba en la madurez. De hecho, comenzó a personificar al Chavo, un niño, a los 42 años.
En esa época, la televisión ampliaba su poder de penetración y el humor directo y sencillo del artista mexicano calaba sin problemas en cualquier país, lo cual lo volvió un éxito casi inmediato.
El propio Gómez Bolaños contaba como anécdota que en Venezuela, donde El Chapulín Colorado se emitió sin muchas expectativas en un principio, en poco tiempo logró quitarle audiencia a la serie estadounidense El hombre nuclear. Además, ese fue uno de los primeros programas mexicanos en venderse a mercados internacionales.
Luego vinieron Los caquitos, con el Chómpiras; Los chifladitos, en el que interpretó a Chaparrón Bonaparte, y el periodista despistado, Vicente Chambón, que trabajaba en el periódico La Chicharra, nombre de otra de sus series de televisión que no logró tanta atención en el exterior. (La vida de 'Chespirito', en imágenes)
Era exigente con su trabajo, pero también se caracterizó por ser un hombre sencillo. Si bien trató de no estar ligado a escándalos o situaciones embarazosas, tuvo líos legales con María Antonieta de las Nieves y Carlos Villagrán (el famoso Quico de El Chavo del 8) por los derechos de los personajes que estos actuaron, pero él creó.
“Lo importante es siempre hacer lo que uno desea (...), ha sido una bendición vivir de lo que me gusta”, aseguró una vez este comediante, para quien su mayor hazaña fue dejar el cigarrillo, pues luego de más de cuarenta años de vicio no volvió a fumar en 1995.
Siempre insistió en que nada habría funcionado sin el apoyo de su equipo de actores y técnicos, a los consideraba como los mejores del medio. Por ejemplo, Enrique Segoviano, que fue su mano derecha en la época dorada de sus programas.
También le encantaba trabajar con las personas más cercanas a su vida, como Florinda Mesa (Doña Florinda), que se convirtió en su esposa; su hermano Horacio Gómez –el entrañable Godinez–, que falleció en 1999, y su hijo Roberto Gómez Fernández, que desarrolló la versión animada de El chavo del 8.
'El Chavo del 8' fue tan exitoso que hasta se hizo una serie animada.
Este fue su penúltimo acercamiento a la tecnología, pues en el 2011 decidió abrir su cuenta de Twitter, que llegó a tener más de 6 millones de seguidores. Naturalmente, su primer tuit fue: “¡Síganme los buenos!”.
Cuando le preguntaban acerca del secreto de su éxito, encogía los hombros y la única respuesta que se le ocurría era el trabajo duro y concienzudo. (Lea también: 'Chespirito', patrimonio cultural latinoamericano)

Así como apostar por un estilo de humor muy cercano a todo el mundo, familiar y que nunca fue ofensivo o grosero y ser un artista, como pocos, capaz de escribir, actuar, dirigir y producir episodios inmortales.
Por ejemplo, el de las vacaciones del Chavo en Acapulco, que hizo llorar a toda una generación o el último capítulo de El Chapulín Colorado, que en verdad nunca lo dejó, pues siempre soñó con hacer una serie animada o una película en 3D.
Tras su partida, con seguridad sus programas recobrarán su popularidad y seguirá haciendo reír... sin querer queriendo.
“Me han matado cinco o seis veces” en Twitter: Chespirito
Muchas veces habían saltado en titulares de medios digita- les y redes sociales la su- puesta muerte de Chespirito, producto de noticias falsas que ponían a circular usuarios para boicotear la red o para hacer trampas tipo ‘spam’ o ‘phishing’. En una entrevista con EL TIEMPO en 2009, el comediante se refirió al tema, en medio de una risotada:
“A mí me han matado unas cinco o seis veces (...) es un fenómeno que se repite en muchas partes del mundo: a la gente conocida la matan y a los muertos los resucitan. A Carlos Gardel lo han resucitado muchas veces”.
La última vez que estuvo en Colombia, recordó que “en una ocasión, Jacobo Zabludovsky, que conducía un programa de televisión, envió helicópteros a buscarme por toda la carretera hacia Cuernavaca, donde decían que me había muerto, y, que yo sepa, no me morí”.
La última vez que circuló el turbio rumor fue el 29 de octubre de 2013. Después de un día entero de misterio, Bolaños le respondió a una seguidora en Twitter que le decía “Adiós, Chespirito” con un trino tan sencillo como todas sus grandes frases: “¿A dónde me fui?”.
Roberto Gómez Bolaños y su esposa, Florinda Meza, visitaron por última vez Colombia en el 2009.
Sus frases
Chapulín colorado
“¡Chanfle!”.
“Lo sospeché desde un principio”.
“Que no panda el cúnico”.
“No contaban con mi astucia”.
“Se aprovechan de mi nobleza”.
“Todos mis movimientos están fríamente calculados”.
“¡Síganme los buenos!”
“¡Silencio! mis antenitas de vinil están detectando la presencia del enemigo”.
Doctor Chapatín
“¿Insinúa que soy viejo?”
“Es que me dio cosa”.
Chavo del ocho
“Fue sin querer queriendo”.
“Se me chispoteó”.
“Bueno, pero no se enoje”.
“Es que no me tienen paciencia”.
“La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”.
“Vuelve el perro arrepentido, con sus miradas tan tiernas,
con el hocico partido,
con el rabo entre las piernas”.
Chómpiras
“Tómalo por el lado amable”.
“¡¿Qué soy qué?!... Ah, sí, sí, sí”.
Chaparrón bonaparte
“¿Sabías que la gente sigue diciendo que tú y yo estamos locos, Lucas?
Lucas: “Dígame, licenciado”
- “Licenciado”.
- “Gracias, muchas gracias”, - “No hay de queso, nomás de papa”.
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO

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