A pesar de sus esfuerzos, Maduro no cuadra las cuentas de Venezuela

El desplome de la moneda y el desbocado aumento de precios acercan al paĆ­s a la hiperinflaciĆ³n.

Por:  VALENTINA LARES MARTIZ |  12:33 p.m. | 2 de diciembre de 2014  Cuando los venezolanos no obtienen dĆ³lares por mecanismos oficiales, acuden a un mercado paralelo para asĆ­ poder cumplir con sus necesidades. 



Foto: AFP

Cuando los venezolanos no obtienen dĆ³lares por mecanismos oficiales, acuden a un mercado paralelo para asĆ­ poder cumplir con sus necesidades.

Con un salto inesperado de 131 a 155 bolĆ­vares por dĆ³lar en el mercado paralelo, en los Ćŗltimos cuatro dĆ­as la economĆ­a venezolana ha mostrado signos de avanzado agotamiento, marcada por la escasez de productos esenciales (sobre todo alimentos y medicinas) y una inflaciĆ³n que podrĆ­a superar el 80 por ciento a fines de este aƱo hasta llegar a los tres dĆ­gitos en el 2015, especialmente ahora, en el escenario de la caĆ­da de los precios del petrĆ³leo, que le podrĆ­a costar al paĆ­s la pĆ©rdida de hasta 14.000 millones de dĆ³lares en ingresos solo en el 2014. (Lea: Maduro ordenĆ³ recorte de presupuesto en Venezuela tras reuniĆ³n de OPEP)

De ese modo, los venezolanos comienzan a sacar cuentas que no les cuadran. A pesar de que el dĆ³lar controlado por el Gobierno tiene tres valores que estĆ”n muy por debajo del precio del mercado –6,3, 11,7 y 49,9 bolĆ­vares, segĆŗn el sector al que se lo vende–, ha restringido considerablemente su venta, dejado a merced del dĆ³lar paralelo los precios del mercado y generado una escasez brutal de los pocos productos que se fabrican al precio del dĆ³lar regulado.

AsĆ­, un litro de champĆŗ (regulado y muy difĆ­cil de conseguir) cuesta 32 bolĆ­vares (0,64 dĆ³lares al precio oficial mĆ”s alto y 0,20 dĆ³lares paralelos), pero otro importado vale hasta 400 bolĆ­vares (8 dĆ³lares oficiales y 1,5 paralelos). Este Ćŗltimo sĆ­ se consigue.

“La distorsiĆ³n cambiaria ha agudizado el alza de precios de los productos porque la porciĆ³n de la economĆ­a venezolana que estĆ” dolarizada es cada vez mĆ”s grande; dependemos de las importaciones”, explicĆ³ Orlando Ochoa, profesor y doctor en EconomĆ­a.

“A finales de aƱo, los sectores pĆŗblico y privado hacen sus pagos de cierre, lo que aumenta la cantidad de bolĆ­vares en la calle, pero este aƱo con el agravante de que el Banco Central estĆ” imprimiendo mĆ”s dinero para ayudar al Gobierno a cuadrar sus cuentas y tenemos menos ingresos en dĆ³lares, tanto por la mermada producciĆ³n petrolera, como por la caĆ­da de los precios”, agregĆ³.

‘Estamos preparados’

El Gobierno venezolano trata de mantener un discurso optimista, pero ha tomado algunas medidas, con las que reconoce el estado de sus finanzas.

A pesar de asegurar que Venezuela estĆ” preparada “incluso si el precio del petrĆ³leo llega a 40 dĆ³lares el barril”, el presidente Maduro anunciĆ³ la semana pasada el aumento de varios impuestos a productos “de lujo” y prometiĆ³ que, para el 2015, “si es necesario”, recortarĆ­a los salarios de altos funcionarios y los “gastos suntuarios” del gobierno socialista.

TambiĆ©n desde este lunes entrĆ³ en vigencia el nuevo salario mĆ­nimo de 4.998 bolĆ­vares (100 dĆ³lares al cambio oficial mĆ”s alto, pero de solo 32 dĆ³lares al paralelo), publicitado como un nuevo logro revolucionario, junto con decenas de ferias al aire libre, en las que se ofertan productos a precios regulados que no se consiguen en tiendas o mercados regulares, como parte de un plan bautizado ‘Navidades felices’.

Las filas para tener acceso a estos centros son larguĆ­simas. La gente se turna para anotarse en listas tras esperar hasta 18 horas, pero el resultado termina siendo positivo para muchos y los paliativos parecen surtir al menos un efecto momentĆ”neo. “Vale la pena dormir aquĆ­ para comprar a estos precios”, le dijo Jairo SulbarĆ”n a una reportera del diario regional El Correo del CaronĆ­.

Pero en otros casos es porque no queda mĆ”s remedio. “Yo tengo una hija en paƱales y me toca rodar y hacer colas de horas para poder comprarlos. ¿QuĆ© mĆ”s puedo hacer?”, dice resignado a EL TIEMPO Carlos Freites, un mensajero motorizado.

Pero la dificultad del panorama hace que se requiera algo mƔs que programas sociales y parece ser muy caro el precio de corregir el rumbo.

Venezuela no cuenta con las abultadas reservas internacionales de paĆ­ses petroleros como Noruega, por ejemplo, que ahorrĆ³ hasta 200.000 millones de dĆ³lares cuando los precios del petrĆ³leo estaban en su apogeo.

Al cierre de este 27 de noviembre, las reservas venezolanas llegaban a 22.241 millones de dĆ³lares, de los cuales se estima que solo el 30 por ciento serĆ­an de disponibilidad inmediata, pues el resto los tiene en barras de oro.

“La presiĆ³n sobre la economĆ­a demanda una polĆ­tica real de unificar las tasas cambiarias, sincerar precios y las cuentas fiscales, pero vemos que por razones ideolĆ³gicas lo Ćŗnico que se permite el Gobierno es expandir el gasto pĆŗblico y, torpemente, atizar la inflaciĆ³n”, concluyĆ³ Ochoa.

DĆ³lar paralelo, la opciĆ³n de ‘compra’

Con alta inflaciĆ³n y tasas de interĆ©s para depĆ³sitos bancarios siete veces menores, los venezolanos se lanzan a comprar rĆ”pido todo lo que puedan en una carrera contra los precios. Y al acabarse los productos, el Ćŗnico refugio es el dĆ³lar paralelo. 

Pero, ademĆ”s de movimientos de pĆ”nico o especulaciĆ³n, incide sobre el dĆ³lar la menor asignaciĆ³n de divisas a consecuencia del control de cambio. Esto se une a que Venezuela -que obtiene el 96 por ciento de sus divisas de las ventas petroleras- ha visto caer en un tercio la cotizaciĆ³n de su petrĆ³leo en el segundo semestre del 2014, lo cual mina las expectativas de conseguir divisas, en un paĆ­s que importa -entre otros productos- mĆ”s de la mitad de sus alimentos y medicinas. 

La presiĆ³n es tan fuerte que en el mercado ilegal, en un aƱo, el dĆ³lar pasĆ³ de 40 a 150 bolĆ­vares y solamente en el Ćŗltimo mes se trepĆ³ de 100 a 150.

VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
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