Alimenta a chinches con su propia sangre por una investigación científica
Con el objetivo de encontrar un remedio para las chinches que habitan en las camas, una científica canadiense, llamada Regine Gries, ha pasado alrededor de una década estudiando este parásito. De hecho, está tan dedicada en su proyecto que le permite a miles de estos insectos hambrientos que se hagan un banquete con su propia sangre.
Afortunadamente, su esfuerzo tuvo su premio porque junto a su esposo Gerhard ha perfeccionado un químico permite mantenerlos lejos de los colchones.
Regine and Gerhard son biólogos de la Universidad de Simon Fraser, afuera de Vancouver. Su laboratorio ha probado el producto en una colonia cerrada de alrededor de 5.000 chinches.
Estos insectos viven en vasos de vidrio que están tapados con una malla fina y atados con una banda elástica.
Dentro de cada uno hay aproximadamente 200. Una vez al mes, durante los últimos nueve años, Regine se arremangaba las mangas y vertía los recipientes sobre su brazo, permitiéndoles que le muerdan su piel.
Como tenían la chance de comer sólo cada treinta días estaban realmente muy hambrientos como para darse cuenta de su miedo natural a la luz y en tan sólo 10 minutos la mujer alimentaba casi a 1.000 insectos.
La joven afirma que la mordida de cada uno es similar a ser picado por un mosquito. Por lo tanto, la sensación sería como la de mil mosquitos atacando al mismo tiempo.
Sin embargo, ella no tiene problema de sacrificar su sangre por su investigación e incluso antes había formado parte de un proyecto donde también alimentó a una colonia de mosquitos. Afortunadamente, no es alérgica a este tipo de lesiones, en cambio su marido sí.
A lo largo del experimento, el matrimonio descubrió que las chinches se comunican a través del olor y lograron identificar cinco tipos de aromas diferentes que pueden usarse para atraerlas.
Además, descubrieron que la histamina las repele. Luego, fueron capaces de diseñar un químico que efectivamente pueda mantenerlas lejos de las casas y los establecimientos comerciales.
A pesar de que la fórmula para evadirlas ya está lista, Regine continuará alimentándolas por un tiempo. La compañía canadiense Contech Enterprises usará la investigación de los dos científicos para construir una trampa química que probablemente este disponible en el mercado a fin de año. Así, la joven podrá retirarse de su trabajo de ser mordida habitualmente.
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