Marchas en 101 ciudades de Brasil contra Dilma Rousseff
MĆ”s de 265.000 brasileƱos, muchos vestidos de verde y amarillo en honor a la bandera nacional, exigieron la salida de la presidenta Dilma Rousseff, hartos de la triple crisis econĆ³mica, polĆtica e institucional que sacude al paĆs.
Hasta ahora la tercera gran protesta contra el Gobierno en seis meses parece haber congregado a menos o igual nĆŗmero de manifestantes que ediciones anteriores: un balance del portal G1 informĆ³ que unas 265.000 personas marcharon en 101 ciudades de Brasil, segĆŗn la PolicĆa; mientras los organizadores estimaron unas 405.000.
Pero estas cifras no contabilizan aĆŗn la manifestaciĆ³n que colmĆ³ gran parte de la avenida Paulista en SĆ£o Paulo, centro econĆ³mico de Brasil y su mayor ciudad, con 11 millones de habitantes.
Agitando banderas de Brasil o vestidos con la camiseta ‘verdeamarela’ de la selecciĆ³n de fĆŗtbol, los manifestantes cantaron el himno nacional, “¡Fuera, PT!”, “¡Fuera, Dilma!”, y levantaron pancartas en que se leĆa “No a la corrupciĆ³n”, a raĆz del colosal escĆ”ndalo de sobornos que costĆ³ al menos 2.000 millones de dĆ³lares a la petrolera estatal Petrobras.
Por primera vez, el senador y lĆder de la oposiciĆ³n (PSDB, centro) AĆ©cio Neves, que perdiĆ³ en octubre en la segunda vuelta contra Rousseff por 3 puntos porcentuales, participĆ³ en la protesta de Belo Horizonte.
Marchas anteriores
Los manifestantes, en su mayorĆa de clase media y convocados a travĆ©s de las redes sociales, esperaban superar la cifra de las protestas de marzo (entre un millĆ³n y tres millones, segĆŗn diferentes cĆ”lculos). Otra protesta en abril convocĆ³ a 600.000 personas.
En RĆo de Janeiro, sede de los Juegos OlĆmpicos de 2016, miles colmaron la avenida AtlĆ”ntica frente a la playa de Copacabana.
Algunos manifestaban en traje de baƱo, otros cargando sus tablas de surf o haciendo skate. “EstĆ”n saqueando Brasil, se roban todo”, dijo Jorge Portugal, un jubilado de 63 aƱos.
Los manifestantes piden la renuncia o el “impeachment” (destituciĆ³n tras juicio polĆtico en el Congreso) de la presidenta de la octava economĆa mundial, una opciĆ³n que podrĆa darse si el Tribunal de Cuentas juzga finalmente que usĆ³ de manera indebida fondos de bancos pĆŗblicos para tapar agujeros en el presupuesto.
Un impeachment requiere la aprobaciĆ³n de dos tercios de los diputados y un proceso especial en el Senado. “Nuestro objetivo es cambiar Brasil. Ya no aguantamos mĆ”s esta corrupciĆ³n”, dijo Rogerio Chequer, lĆder de Vem pra Rua, uno de los organizadores de las protestas, durante la marcha en SĆ£o Paulo.
En medio de la tormenta, hay partidos que abandonaron la coaliciĆ³n de gobierno, mientras varios legisladores son investigados por la FiscalĆa por la red de corrupciĆ³n en Petrobras, incluidos los presidentes de las cĆ”maras del Congreso.
La justicia brasileƱa examina si Rousseff financiĆ³ su campaƱa con fondos ilegales provenientes del escĆ”ndalo que estallĆ³ en Petrobras, lo cual podrĆa terminar con una anulaciĆ³n de las elecciones del 2014.
La economĆa, segĆŗn pronĆ³sticos, cerrarĆ” el 2015 en recesiĆ³n, en tanto que la inflaciĆ³n estĆ” en su mĆ”ximo anual en 12 aƱos (9,56 por ciento).
SĆ£o Paulo (AFP).
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