Hasta se disfrazan de micos para ganar votos

Por:  octubre 21, 2015

Aunque no son candidatos, Uribe y Petro podrĆ­an aparecer en los tarjetones.
CampaƱas-Candidato-PTodo vale en la campaƱa electoral para llegar al votante en las elecciones locales y regionales del prĆ³ximo domingo, desde apelaciones a Jesucristo hasta referencias al presidente venezolano, NicolĆ”s Maduro, que hacen buena la frase de que el fin justifica los medios.
El listĆ³n varĆ­a y el nivel se hace mĆ”s emocional conforme se aleja de las grandes ciudades, donde los candidatos pugnan por atraer con mensajes llamativos a los ciudadanos que todavĆ­a no han decidido a quien votarĆ”n en los comicios para alcaldes, gobernadores, concejales y diputados regionales.
Entre una cantidad de siglas con mayor o menor presencia, los candidatos buscan su espacio con mensajes que sorprenden: “Vota Jesucristo”, pide un joven imberbe con cara angelical que aspira a entrar en el concejo de de Santa Marta junto al logo del Partido Verde.
La misma ciudad acoge la campaƱa de otro polĆ­tico rompedor, Miguel “El Mono” MartĆ­nez, quien ha optado directamente por poner un simio en su cartel electoral bajo el eslogan “Sigamos con lo mismo” con el que aspira a que no le vean “como un politiquero tradicional”, segĆŗn Ć©l mismo afirma en sus vĆ­deos promocionales.
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En BogotƔ, el candidato a la Alcaldƭa por el Centro DemocrƔtico, el ex vicepresidente Francisco Santos, recurre a una imagen de Maduro con la boca tapada para recabar el voto de los seguidores del expresidente Ɓlvaro Uribe, fundador y lƭder de ese partido.
“Con su voto este 25 de octubre le vamos a callar la boca a Maduro”, rezan las vallas de Santos.
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Ese tipo de interpelaciones se multiplican con quienes se identifican como “El Compadre” o las llamadas del Centro DemocrĆ”tico a votar por ese partido para no terminar eligiendo a los lĆ­deres de las Farc.
Todo hace parte de la estrategia para atraer al electorado en un universo en el que orbitan, ademƔs del Centro DemocrƔtico, otros partidos grandes como el de La U, del presidente Juan Manuel Santos; Cambio Radical, del vicepresidente GermƔn Vargas Lleras, el Liberal, el Conservador y la Alianza Verde.
A la izquierda quedaron el Polo DemocrĆ”tico Alternativo (PDA) y la UniĆ³n PatriĆ³tica (UP) que regresa a unas elecciones despuĆ©s del asesinato de miles de sus miembros entre finales de los aƱos 80 y comienzos de los 90.
“Ellos son malos candidatos, tienen que recurrir a toda esa serie de recursos alternos”, explicĆ³ el consultor polĆ­tico Jorge Garrido.
En su opiniĆ³n, estos mensajes suplen su “mala formaciĆ³n como candidatos” asĆ­ como la “falta de definiciĆ³n de ideas y propuestas”.
“En la medida en que bajes mĆ”s en la estructura de una campaƱa electoral nacional, hay menos fiscalizaciĆ³n de la opiniĆ³n pĆŗblica, menos examen, menos vigilancia de estas cosas y se pueden hacer ese tipo de ruidos electorales que son nefastos”, agregĆ³.
Garrido considera que en Colombia hay “una subestimaciĆ³n de la comunicaciĆ³n polĆ­tica” ya que los candidatos piensan en la maquinaria electoral “en el dinero para comprar votos y atacar a los contrarios de cualquier forma”.
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La presentaciĆ³n de estos mensajes lleva “al electorado a fijarse mĆ”s en dibujitos” y no en las personas, segĆŗn su colega, Paola Palacios.
“Dejan de fijarse en ellos. Es un distractor, estoy mandando a los otros a que se fijen en cosas que no son tan relevantes y se despersonalizan de lo que son como candidatos”, subrayĆ³.
Otro de los elementos que han cobrado protagonismo en esta campaƱa es la vinculaciĆ³n de los candidatos a otros lĆ­deres, un formato que le ha dado un protagonismo hegemĆ³nico a Uribe, presente en muchos de los carteles electorales de su partido.
Pero no es algo exclusivo del Centro DemocrƔtico, en BogotƔ el actual alcalde, Gustavo Petro, ha prestado su rostro para el logo de su partido, Progresistas.
AsĆ­, los votantes bogotanos encontrarĆ”n una situaciĆ³n peculiar: en la tarjeta de votaciĆ³n verĆ”n impresos los rostros de Uribe y de Petro,  aunque ninguno de los dos sea candidato.
La sombra de los dos lĆ­deres es alargada, pero en opiniĆ³n de Garrido su influjo no es bueno, ya que pesa demasiado su imagen. “Terminan siendo robots”, concluye Palacios.
*Con informaciĆ³n de la Agencia EFE

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