En la Universidad Nacional de Colombia se trató sobre Acuerdo de Paz con las FARC

Demora en firma de acuerdos ha afectado el proceso de paz
Las múltiples dificultades que se han presentado en la implementación del Acuerdo de Paz se deben a que las partes tardaron cerca de un año en ultimar detalles sobre la dejación de armas y participación en política.
BOGOTÁ D. C., 01 de junio de 2018 — Agencia de Noticias UN-

En esto coincidieron académicos, representantes del Gobierno y la FARC en el seminario “¿Cómo se logró el Acuerdo de Paz con las FARC? Reconstrucción metodológica”, convocado por el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

Sin detenerse a establecer responsabilidades sobre quiénes serían los culpables, para Juan Fernando Cristo, quien se desempeñó como ministro del Interior durante la última etapa del proceso, “hoy estamos pagando las consecuencias” de cerca de un año de retraso en llegar a un acuerdo final.

Pese a la determinación de convocar un “cónclave final de las negociaciones” con participación de las dos delegaciones y otros altos funcionarios del Gobierno en agosto de 2016, en el que se logró un avance significativo, para el exministro resulta claro que el Gobierno nunca fue capaz de comunicar lo que ocurría en La Habana.

“Con las FARC no se estaba negociando el sometimiento a la justicia, sino un acuerdo de paz que iba mucho más allá de los intereses de este grupo”, recordó el exministro, para quien dicha incapacidad determinó el resultado adverso de su implementación.

El seminario “¿Cómo se logró el Acuerdo de Paz con las FARC? Reconstrucción metodológica”, fue convocado por el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, de la U.N.
                                                               
Gobierno, muy tecnocrático

Según Fabio Estrada, quien estuvo en el equipo negociador de las FARC, aunque las negociaciones siempre estuvieron enmarcadas en aspectos que privilegiaran un contexto social, la capacidad militar también era un componente determinante. En tal sentido, llamó la atención sobre el hecho de que el Gobierno siempre tuvo entre sus principales objetivos el sometimiento de la guerrilla.

Después de reconocer que haber alcanzado un acuerdo más expedito habría determinado mayores avances en su implementación, considera que uno de los grandes tropiezos que tuvo el proceso fue el carácter excesivamente tecnocrático de los representantes del Gobierno.

“Cada texto que se acordaba tenía que ser redefinido al día siguiente, porque no había consenso respecto a la ubicación de una coma o de un punto, además de la discusión sobre conceptos en los se precisaban posiciones políticas”, recordó el dirigente político, para quien la participación del entonces ministro Cristo, de Rafael Pardo, Frank Pearl y la canciller María Ángela Holguín, tuvieron un papel fundamental en el avance de las negociaciones.

Pese a que cuando se convocó el “cónclave final” ya estaba en firme el acuerdo de cese bilateral al fuego y la dejación de armas, para el exnegociador de las FARC solo quedaban pendientes asuntos que estaban supeditados a lo acordado, aunque la participación en política era un asunto que seguía sin resolverse.

Es así como mientras la guerrilla manifestaba su interés por participar en el proceso electoral de 2018, para el Gobierno se trataba de un asunto que aprovecharía la oposición para obstaculizar dicho proceso.

“Aunque no había discusión sobre que las FARC tuvieran unas curules en Senado y Cámara, sí la hubo sobre su participación y la necesidad de evitar que quedara la sensación de que fueron asignados a dedo”, precisó el exministro Cristo, para quien el espinoso asunto terminó convertido en la principal bandera electoral de los enemigos del proceso de paz, tal como lo advirtió en su momento, junto con Humberto de la Calle.

Según el exministro del Interior, Juan Fernando Cristo, el acuerdo final con las FARC debió suscribirse en 2015 o a comienzos de 2016.
                                                           
Acuerdo empantanado

Según el profesor Víctor Moncayo, exrector de la U.N., la fraseología y narrativa, junto con la palabrería y repetición de cosas en el acuerdo final no lograron traducirse en proyectos concretos.

Por estas razones, agrega el académico, se tuvo que apelar a un sistema de implementación vía fast track que a la postre sería desnaturalizado por la Corte Constitucional, de tal manera que el Gobierno perdería el control sobre lo acordado, además de propiciar un nuevo debate en torno al contenido de un acuerdo que, a su juicio, ha entrado en un proceso de renegociación.

Pese a las múltiples dificultades y frente a la posibilidad de que el nuevo Gobierno tenga previsto deshacer los acuerdos, el Gobierno y la FARC son optimistas respecto a la imposibilidad constitucional de desmontar la normatividad de lo pactado, aunque reconocen que la implementación podría avanzar a un ritmo mucho más lento a partir del próximo 7 de agosto.

(Por: Fin/JCMG/MLA/LOF)

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