¿Por qué 'Maía' se reinventó?
El covid-19 y los altos precios de los productos básicos que utiliza en la preparación de los platos típicos de la cocina guajira, hicieron que su restaurante, se transformara para continuar con la prestación de los servicios a sus usuarios.
En este relato de María Edelmira Martínez Cotes 'Maía', recorremos con ella la travesía a la cual se vio enfrentada para sobrevivir, después de la pesadilla que representó para muchos el peligroso virus del Covid-19 y todo lo que la pandemia se llevó.
Entre los efectos a nivel económico se evidencian actualmente los altos costos de los productos de la canasta familiar, así como los insumos necesarios en la industria, lo que se refleja en la escasés y el encarecimiento del nivel de vida de las personas pertenecientes a los estratos más vulnerables de la sociedad guajira.
Así inicia 'Maía', la historia de la transformación de su restaurante, el cual pasó de prestar atención presencial, a suministrar servicios por encargos y atender domiciliariamente en el Distrito de Riohacha, capital del departamento de La Guajira.
Génesis de una Transformación
“Los altos precios de los alimentos, han obligado que mi restaurante prácticamente cambiara. Ahora son pocas las personas que llegan a este sitio, tan reconocido en el Barrio Arriba. La mayoría de las comidas las hago por encargo, porque los productos más buscados en mi restaurante, están escasos y demasiado costosos. Ya no puedo ofrecerlos como lo hacía antes, -y sólo los que pueden-, pagan lo que realmente vale un buen plato de la cocina criolla guajira.
Además la gente al principio de la pandemia generada por el covid-19 temía contagiarse y evitaba reunirse en los sitios de gran afluencia, por lo cual preferían hacer pedidos de comidas especiales, las cuales no teníamos en nuestro menú diario, debíamos prepararlas por encargos y luego llevarlos a domicilio.
Ya las cosas no son iguales, todo cambió y la mayoría de las veces mi restaurante está sólo. Ya no se escucha el bullicio de la gente, los saludos de los amigos, las carcajadas que provocaban las anécdotas y los chistes que relataban, mientran consumían sus alimentos. Hoy sólo nos visita el sol, nos acompaña la fuerza de la brisa y escuchamos los ecos de las voces y las risas contagiosas del ayer"
Con estas palabras llenas de tristeza y nostalgia, María Edelmira Martínez Cotes, más conocida como ‘Maía’, comienza nuestro diálogo, el cual tiene como objetivo principal hablar sobre la transformación de su restaurante y la resiliencia que, a pesar de las circunstancias adversas, aún la mantiene activa en su cocina.
Tradiciones Gastronómicas y Dulceras
Con 'Maía' también abordamos el tema relacionado con las tradiciones culinarias y dulceras de los habitantes de La Guajira y los visitantes que llegaban a su restaurante, durante la Semana Santa.
Esta experta cocinera, mujer ‘arribera’ de ascendencia indígena Wayuu, -conocedora como pocas de la cocina típica guajira-, al ser consultada con respecto a las tradiciones gastronómicas y la cultura propia de este territorio peninsular durante la Semana Mayor, expresó:
“Un arroz de camarón, un salpicón de chucho, de cazón o de raya, son los platos típicos, preferidos por los guajiros y los turistas durante la Semana Santa, pero no los pude preparar. Algunos como el chucho 'pintao', está escaso y otros como el cazón, la raya, el pargo, el lebranche, la sierra, la carita, la mojarra y la cojinúa están demasiado costosos en el mercado. La gente se queja de los altos precios de estos platos y sólo los que tienen más dinero, los mandan a preparar. Yo ahora trabajo con pocos clientes presenciales y presto mucho más servicios por encargos. Por eso es que usted observa que actualmente mi restaurante está vacío”.
Para establecer la diferencia entre los precios que se manejaban durante la Semana Santa celebrada en años anteriores y la presente, le preguntamos su opinión, a lo cual respondió:
“En esta Semana Santa las cosas se fueron por lo alto. Yo no pude trabajar. La cojinúa a 24 mil pesos, a $35 el cazón, la bolsita de camarón a $15 mil. Ahora con estos precios, no se puede trabajar. Antes el que quería comía chivo asado o friche, a precios que podía pagar. El arroz, la papa, los plátanos, los huevos, las frutas y las verduras han subido demasiado. Así, francamente no se puede trabajar.”, enfatizó.
Añoranzas de las tradiciones riohacheras
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| Dulce de Icaco |
Sobre los dulces que tradicionalmente se preparaban en Riohacha, indicó que entre los mejores estaban los de papaya, plátano maduro, de icaco, de ñame, de leche y coco o las cocadas hechas de panela y coco. “Estos son los dulces de uno. También se hacían postres de arroz con leche, natilla, y el bollo de mazorca y de coco.”
Indagando un poco más sobre las costumbres riohacheras, le preguntamos... ¿Usted cree que las tradiciones en Riohacha se conservan, se han acabado o han cambiado?
“Para mí, las cosas han cambiado mucho. Ahora la gente compran los dulces en la calle y los lleva para sus casas. Antes las familias se reunían, comían y compartían en sus casas con los vecinos. La gente no salía a buscar comida durante la Semana Santa, porque en Riohacha no había muchos restaurantes y los pocos que habían, eran caseros. La gente respetaba mucho un Jueves, Viernes y Sábado Santo. La comida se preparaba con antelación. Nadie consumía carne. La Semana Santa era una semana de recogimiento, hasta las emisoras colocaban música diferente. El Domingo Santo, la mayoría de la gente de Riohacha iba a la procesión del encuentro de la Virgen María, con su hijo Jesús. El Domingo era el día más alegre de la Semana Santa, porque es el Día de la Resurrección del Señor, por eso era la fecha escogida para las celebraciones familiares. Extraño cómo se vivía en la Riohacha de antes, porque ahora con la inseguridad que hay en los barrios y en las carreteras, uno piensa mucho, hasta para salir de paseo a cualquier parte.
Nosotros nos íbamos para Pancho, donde vivía mi mamá y allá nos reuníamos todos. Hasta los amigos iban de visita y a todos los atendíamos. Todos comíamos e intercambiábamos los diferentes dulces que hacíamos. Actualmente casi nadie hace ni regala comidas especiales. Tampoco se comparten los dulces, porque los compran en la calle. Las tradición de la Semana Santa que teníamos en La Guajira, se acabaron con el modernismo.”
María Edelmira Martínez Cotes, ‘Maía’ como se le conoce popularmente en Riohacha, asegura que los restaurantes han acabado con las comidas tradicionales de La Guajira, que se preparaban en los sencillos restaurantes caseros y recordó también que, hasta el pan lo elaboraban en las casas.
Con mucha tristeza y añoranza añadió: “En Riohacha se vendían los bollos de maíz blanco y de mazorca biche, -no de harina pan-; las arepas de queso, de chichigüare, los plátanos horneados y muchas delicias más. Todo eso se acabó, porque las que hacían esas cosas, ya partieron y nadie las reemplazó. Ahora todo es de fábrica. Ya nada se hace en la casa."
Tristeza, Nostalgia, Resiliencia y Fuerza de Voluntad
'Maía' también recordó cuándo las personas que trabajaban en su restaurante, no podían atender a tanta gente y en esa época tenía la ayuda de su hija, que lamentablemente falleció.
Sobre este particular, con lágrimas en sus ojos nos confesó: “Aquí estoy gracias a la fortaleza que me viene de Dios. Yo perdí a mi nena. Ella era mi compañera, mi timón, mi todo. Desde que perdí a mi hija, nada es igual. Sólo Dios sabe lo que siento y pienso. Él, es el único que me puede sustentar. Yo me rebusco con mi trabajo, hago el arroz de camarón, hago el friche y frito el pescado, pero ya no cuento con la ayuda de mi hija y ahora, nada es igual.
Todo en mi vida cambió y mi trabajo también se transformó. Por ejemplo, llega usted y me dice que le prepare 50 mil pesos de salpicón de cazón y yo se lo preparo, porque esta es mi nueva forma de trabajo. Así mismo llegan otros clientes que me hacen diferentes encargos. Ya no llega la gente al restaurante a comer como antes. De pronto esta situación tiene algo que ver el covid-19, pero estoy segura que los altos precios del pescado, del camarón y de todos esos productos que más buscaban en mi restaurante, también han alejado a los clientes. Ellos ahora buscan comidas más baratas y al alcance de sus presupuestos. Añoro la compañía, el calor, la alegría contagiosa de mis clientes, los chistes y la risa de la gente. Esto también cambió”
Así llegamos al final de este relato con María Edelmira Martínez Cotes, ‘Maía’, experta cocinera, mujer popular del Barrio Arriba de Riohacha y de mucha fama en toda la península de La Guajira.
En la tierra que la vio nacer, gracias a la preparación de sus exquisitos platos típicos, adquirió renombre en su región y fuera de ella. Ahora ‘Maía’, -por esas cosas de la vida-, observa que poco a poco cambió el rumbo de su negocio y se enfrenta a un nuevo reto: preservar las tradiciones culinarias y la cultura del extenso y mágico territorio guajiro, donde sus manos y el amor por su arte, la hicieron acreedora del galardón que la distingue como una de las mejores cocineras de la región.
'Maía' es un ejemplo de resiliencia. Su historia se convierte en un testimonio de sobrevivencia y es una evidencia de lo que se puede lograr cuando la Fe, la Fuerza de Voluntad y la Perseverancia, son más fuertes que las mil y una razones que por circunstancias de la vida, nos invitaban a claudicar.
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