Emigdio José Ortiz Gómez: un cerebro fugado
Amylkar D. Acosta M.
Nació en Hatonuevo, pero deambuló por Maicao, Valledupar, Bogotá, Maracaibo y terminó fijando su residencia en La Florida (EEUU), después que fue “traído” y atraído, como solía decir él, por el Ballet Folclórico Nacional, creado en 1954 por Jaime Orozco, su director, a Miami en 1973, quien le entregó un ticket de ida y vuelta para que lo acompañara en su gira, pero terminó quemando las naves, para nunca volver a su amado terruño.
Se trata del músico y compositor, el primo Emigdio José Ortiz Gómez. Se inició en la guitarra como su primer instrumento musical en Valledupar, sede del Festival de la Leyenda Vallenata y siguió con el acordeón, la caja y la guacharaca, porque él fue un músico versátil e integral.
De allí partió para la entonces gélida Bogotá, en donde integró un grupo liderado por él, que llevó por nombre ‘Los Alegres Costeños’, en momentos en los que el vallenato empezaba a penetrar en la capital.
Prensó su primer trabajo en la disquera Philips y se presentó en la otrora famosa ‘Media Torta’, escenario que estaba reservado a los grandes artistas.
En donde empezó a tener reconocimiento y a abrirse paso como intérprete de la música de Francisco ‘El Hombre’, fue a su paso por Venezuela, en donde apreciaban mucho su talento musical.
En su recorrido artístico se topó y alterno en tarimas con El Trío 'Los Panchos' y Daniel Santos, pero, definitivamente fue en Miami en donde desplegó su inteligencia, su habilidad no sólo como ejecutor de la Música Vallenata, sino como empresario y como maestro, pues montó su propia Academia de Instrucción y Formación de una nueva generación de acordeoneros, la que dirigió personalmente, hasta mes y medio antes de su reciente deceso.
En su larga trayectoria musical en Miami, creó múltiples grupos musicales, destacándose entre ellos, ‘Los Típicos de Colombia’, ‘Emigdio Ortíz y su orquesta’, -porque él fue un hombre orquesta-, y ‘Emigdio y su Banda’.
Él no se dejó atropellar por la tecnología, se adaptó a ella y pasó de la grabación en acetato a la digital. Incursionó en las redes sociales, a través de la cual amplificó la difusión de los videos con sus composiciones, porque también fue compositor de sus magistrales interpretaciones.
'El ABC del Vallenato', del maestro Julio Oñate, destaca a Emigdio como uno de los exponentes más caracterizados de nuestra música vernácula, y la plataforma ‘Lo último Magazine’ le rindió un merecido homenaje en la Capital del Sol.
Le sobreviven su esposa, la barranquillera Zory Reales y sus dos hijas Katiria y Emilse, quien heredó su talento musical y gracias a ella el legado de este ‘cerebro fugado’ que fue su padre, se protegerá y se conservará para la posteridad.
A ellos y a sus demás familiares les hacemos llegar nuestras sentidas condolencias.
Paz en su tumba
Título Original: 'Un cerebro fugado'
Bogotá, mayo 31 de 2022
www.amylkaracosta.net
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