La vacunación contra Covid-19 protege también de las afecciones posteriores a la infección
Una vacunación efectiva logra proteger a los pacientes de alto riesgo
. Según la Organización Panamericana De la Salud (OPS), entre el 10 y 20% de las personas que han tenido COVID-19 pueden seguir experimentando síntomas
“La vacunación es la estrategia más efectiva de prevención de la enfermedad con todas sus variantes y complicaciones. Está ampliamente demostrado que la vacunación no solo previene la infección por SARS-CoV-2, sino que también, evita que se presente COVID-19 persistente y que sea menor el riesgo de que los síntomas se mantengan en el tiempo”: doctor Gerardo Muñetón, especialista en medicina interna e infectología.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, CDC, “las afecciones posteriores al COVID-19 son una variedad de problemas de salud nuevos, recaídas o afecciones crónicas que sufren las personas después de infectarse por el virus SARS-CoV-2”.
Es de destacar que, aunque la mayoría de las personas con COVID-19 mejoran al cabo de unos días o semanas, hay casos donde se experimentan efectos a largo plazo, a causa de la infección, conocidos como condiciones post-COVID (PCC) o COVID prolongado.
Tenga en cuenta que, las afecciones posteriores al COVID-19, aparecen al menos cuatro semanas después de la infección y recién pueden detectarse.
El especialista en medicina interna e infectología, asegura que, “los factores de riesgo que predisponen a la persistencia de síntomas de COVID-19 incluyen la falta de vacunación o vacunación incompleta, las comorbilidades del paciente como obesidad, enfermedades pulmonares crónicas o enfermedades neuropsiquiátricas y la severidad de la enfermedad al inicio de los síntomas, dado que, entre mayor necesidad de hospitalización o estancia en UCI, mayor es el riesgo de COVID-19 persistente”.
En un estudio científico realizado a pacientes de 17 a 87 años que presentaron COVID-19, se evidenció que “el 80% de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 desarrollaron uno o más síntomas a largo plazo. Los cinco síntomas más comunes fueron fatiga (58%), dolor de cabeza (44%), trastorno de atención (27%), pérdida de cabello (25%) y disnea (24%)”.
Agrega el doctor Muñetón que, “la prolongación de los síntomas se relaciona con la forma en la cual el virus infecta las células y la forma en que el organismo se defiende. Lo que resulta en la producción de moléculas de inflamación que persisten con la intención de controlar la infección”.
Confirma el especialista que, “después de la COVID-19 aguda, se pueden presentar síntomas que perduran en el tiempo como sensación de fatiga, ahogo, tos, dolor muscular, dificultades en la concentración, problemas de memoria y alteraciones en el sabor y olor de las comidas. Estos síntomas se han descrito entre el 20 y 70% de las personas que se recuperan del COVID-19 y pueden tardar entre 3 y 12 meses en desaparecer por completo”.
¿Quiénes tienen afecciones posteriores al COVID-19 y por qué?
No se debe olvidar que, los adultos mayores hacen parte de la población de alto riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19, pues, más del 81% de las muertes por esta infección, ocurre en personas de más de 65 años de edad.
La cantidad de muertes entre personas mayores de 65 años es 97 veces más alta que la cantidad de muertes entre personas de entre 18 y 29 años.
Sin embargo, según los CDC, “aunque las condiciones post-COVID parecen ser menos comunes en niños y adolescentes que en adultos, los efectos a largo plazo después de COVID-19, ocurren en niños y adolescentes”.
María Fernanda Velasco
Por lo anterior, María Fernanda Velasco, directora médica de Pfizer en Colombia, señala que, es fundamental que, sin importar la edad, se mantengan las medidas preventivas necesarias para evitar las complicaciones que trae la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, y de mayor cuidado las personas que manifiestan COVID-19 persistente.
Es de recordar que, las afecciones posteriores al coronavirus no se presentan de la misma manera en todas las personas, cada caso es particular, en algunas ocasiones, las afecciones posteriores al COVID-19 pueden durar semanas, meses o más tiempo después del contagio con el virus.
Según estimaciones la proporción de personas que tuvo COVID-19 y sigue teniendo afecciones posteriores, pueden variar de la siguiente manera:
• El 13,3 % al mes o mucho después de la infección
• El 2,5 % a los tres meses o más, según lo notificado por los pacientes
• Más del 30 % a los 6 meses entre pacientes que estuvieron hospitalizados
El doctor Gerardo Muñetón, especialista en medicina interna e infectología, determina que, la población de alto riesgo de impacto por COVID-19, incluye pacientes con obesidad, diabetes mellitus, falla cardiaca, enfermedad renal crónica, cáncer, enfermedades autoinmunes y enfermedad pulmonar crónica.
Advierte de igual manera que, estas personas tienen una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad severa y como consecuencia hospitalización o fallecimiento. También incrementa el riesgo de secuelas asociadas a la infección, como persistencia de sensación de ahogo, falta de aire y tos crónica.
Si bien, la mejor manera de prevenir las condiciones post-COVID, es protegerse a sí mismo y a los demás para que no se infecten.
Es fundamental contar con equipos multidisciplinarios para desarrollar medidas preventivas, técnicas de rehabilitación y estrategias de manejo clínico con perspectivas integrales diseñadas para abordar la atención prolongada de los pacientes con COVID-19.
Más aún, en este momento de la pandemia, donde el principal reto es lograr una vacunación efectiva en la mayor cantidad de población posible que logre proteger a aquellos pacientes de alto riesgo, concluye el doctor Muñeton.
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