Compositores del folclor vallenato, con amor, talento y creatividad, exaltan la cotidianidad

Las canciones vallenatas entre abogados, penitenciarias, el amor y el desamor


Luis Eduardo Acosta Medina


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“Ya compré la cartilla abecedario/ 
porque muy pronto voy a tener un niño/
y yo soñé que va a ser un abogado/ 
y antes que nazca ya estoy prevenido/
 
Ese niño todavía no ha nacido/ 
y está muy resentido/
pidiéndole a la madre/ 
que lo tire pa fuera/ 

Y a mi me dice/
que no lo eche en olvido/
que le compre los libros/ 
porque el a penas nazca/ 
se va para la escuela/”


El aparte transcrito corresponde a la canción titulada 'El niño inteligente', de Calixto Ochoa. La grabò en el año 1971, está en el LP así titulado. Vino a mi mente, a propósito del tema que ocupa nuestra atención.


Como se sabe, los compositores de música vallenata, han sido particularmente generosos en la producción de canciones de complacencias. Le han cantado a lo divino y lo humano, pero hay unos temas que les han permitido desplegar toda su inteligencia natural, para regalarle a la humanidad,  obras musicales en las cuales se hacen símiles poéticos magistrales, que dan cima y altura a la música mas representativa de Colombia.


Es lo que sucede cuando el hacedor de canciones se refiere a asuntos penitenciarios, litigios, abogados y la prisión en sus relatos de amor, de desamor, de despecho o para el reclamo, por una actuación profesional indecorosa.


Los ejemplos son muchísimos, pero destacaremos los que vienen a nuestra mente, entre ellos, Diomedes Diaz, en la canción Razón Sentimental que le grabó Jorge Oñate con Colacho en el LP Los Dos Amigos, en el año 1975 dijo lo siguiente: 


“En la prisión silenciosa en que siento, que tù me tienes morena querida, un calabozo lleno de tormentos donde se encuentra en balanza mi vida”.


Edilberto Daza es autor de la canción Patillalero de Cepa, que esta en el LP Rosa Jardinera, de Los Hermanos López con Jorge Oñate, en la cual refiere que es el guardián de la vida de la chica y la persigue a donde quiera que valla pero, se invierten los papeles cuando dice que se siente “Cual acusado que sentado en su banquillo, que espera ansioso la libertad o la sentencia, De igual manera esta sucediendo conmigo. No sè si salga o siga en mi penitencia”.


Calixto Ochoa también acudió al tema penitenciario en su canción El Abogado, que vino en el LP Consejo de Amigo, en la cual refiriéndose a un lio de faldas dice que “Ayer como era tan tarde no conseguí el abogado. Con una fuerte cadena pase la noche amarrad. Como si hubiera robado, como si hubiera matado. Por cumplir el deber de hombre, a la cárcel me llevaron. Compadre José tráigame el abogado. Dígale que estoy con una fuerte cadena. Tráigamelo aquí que estoy incomunicado para ver si el me resuelve este problema”.


El litigio de Diomedes no fue por una mujer, sino por una deuda civil ,y uno de mis colegas indecorosos, en la canción Señor Abogado, que vino en el disco Fiesta Vallenata, en el año 1983 dice así: 


“…Un abogado violando la ley, más con razón porque estaba varado, me condenò a quince días encerrado bajo el candado y detrás de una reja, porque el señor a quien yo le debiera dijo, doctor yo lo quiero ayudar, y con lo que usted se pueda ganar, le mermaràn un poquito sus deudas, y en la mano ya tiene la moneda, porque el deudor ese si gana plata y no espero ni pasarme la carta, para mandar que la ley me aprehendiera”.


Con razón cuestiona la ética de los abogados porque ningún ciudadano en Colombia debe ir a la cárcel por una deuda civil.


Hay más todavía porque en el LP La Parranda y la Mujer, de Emilianito con Jorge Oñate, vino la canción Mi Sentencia, de Wicho Sánchez, en la cual hace el símil entre la bendición matrimonial del cura, con una sentencia en su contra.


Dice que “Recuerdo que un 29 de junio, fue cuando el cura leyó mi sentencia. Se apoderò sin piedad y sin clemencia la maldición que en el alma he llevado”. 


Mateo Torres por su parte, para significar que estaba atrapado por el amor de la mujer, dijo en Mi Presidio, que Romualdo Brito cantò con el acordeón de Ismael Rudas, en el LP Mi sanjuanera y Tù, en 1980 dice lo siguiente: 


“Mujer tu eres mi presidio. Mi corazón es cobarde. En ti quiero refugiarme... en ti quiero refugiarme. Aunque existen mil motivos, que ha sido imposible darme, amor tesoro escondido”.


Hay datos de otros municipios, porque Farid con 'El Chiche' Martínez grabaron la canción de Alexander Oñate que le dio el tìtulo al LP en 1994 Prisionero de Amor, en la que dice entre otras cosas lo siguiente: 


“Me ven por las calles, y talvez se creen que soy libre. Ya verán, si oirán mis cantares dirán que soy el que mas goza en libertad, y soy prisionero de una mujer. De unos ojos lindos, de un primor, y tiene en su cuerpo lo mas cruel. Bajo de sus cejas mi prisión” 


Son de aquellas canciones de sutiles letras y de ingeniosos versos siempre, para dar importancia al dulce poder de la mujer, sobre la existencia de los hombres.


Fernando Dangónd Castro también puso su granito de arena en el tema en la canción Cautivo En Tus Redes, que dieron a conocer Poncho y Emilianito en el LP Por ella, en 1982, en la cual dice lo siguiente: 


“Tus ojos verdes como las llanuras del Valle me hacen vivir, y mientras mas cautivo estoy en tus redes de ensueños, soy más feliz”.


En el mismo año, Juan Segundo Lagos hizo la mas conocida de sus obras musicales, Marianita, en la que cuenta una historia de amor y de decepción, que terminò en un crimen pasional y termina diciendo lo siguiente: 


“…Hoy está en la cárcel un borracho que quito la vida, a un hombre en el parque, que paseaba su novia querida, y ella era Mariana, la niña que anoche quedò sin prometido, y a los quince días contenta la encontré, con otro hombre que a sus redes fue a caer, paseando en el parquecito y por el sentí bastante compasión, porque aquellos que gozaron de su amor miren que suerte tuvieron, uno en el cementerio y otro en prisión”.


Para ponerle la tapa a esta cajeta porque ya no caben más, recordemos que en la canción titulada Paradojas, afirma que “Este caso es lamentable. No vengo a decir por eso, yo vote con el alcalde, ganamos y me puso preso”.


Definitivamente nuestros compositores son inteligentes, ingeniosos, expertos letristas y de melodiosos relatos. Lástima que los versos chiquiticos -como dijo Leandro- y el brincoleo los han invisibilizado.


Gracias a Dios, algunos se están sacudiendo, y tarde o temprano, ¡la letra de las canciones volverá a ser más importante que el ritmo!


Tìtulo Original: 'Las canciones vallenatas entre abogados, penitenciarias, el amor y el desamor'

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