'Michilín', tradición picotera de grata recordación en Riohacha
El tres de abril de 2021, ‘Michilín’ atendió el llamado celestial, dejando en su esposa, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, vecinos y conocidos, un profundo dolor, que persiste hasta el día de hoy.
Rafael Agustín Gámez Mejía nació el 2 de septiembre de 1942. Ese fue el nombre con el cual fue llevado a la pila bautismal, pero en Riohacha, -su ciudad natal-, todos lo llamaban cariñosamente, ‘Michilín’.
Hijo de Rafael Gámez Rodríguez y Dominga Mejía Asís, formó parte de una familia integrada por ocho hermanos, criados todos en la tradicional calle 8 entre carreras 10 y 11, de esa Riohacha que se fue.
Desde muy pequeño ’Michilín’, sintió el llamado de la música, ese arte familiar, -que según dice Andrés Eduardo, su hijo mayor-, “les circula por la sangre”.
Sobre este particular, Andrés indicó que su tío Servando (Q.E.P.D.), fue uno de los primeros que trajo un pick-up a Riohacha y, desde esa época la afición se extendió a toda la familia, a tal punto que se convirtió en la mejor fuerza de trabajo, de su padre y su tío ‘Conce’ Gámez.
“Ahora continúo con este legado y será la herencia para mis hijos y mis nietos”, indicó con orgullo Andrés, el primogénito de ‘Michilín’, quien visiblemente consternado, agregó: “cada vez que salgo con el pick-up, me da mucha tristeza y nostalgia, porque nosotros, – más que padre e hijo-, éramos amigos y compañeros inseparables”.
Tradición ‘picotera’ en Riohacha
‘El Mantón Rojo’, ‘El Son Cubano’ y ‘El Gran Daniel’, fueron los primeros pick-ups que tuvo ‘Michilín’, después nació ‘Dany Estéreo’, el cual se impone en los diferentes eventos, donde solicitan sus servicios, hoy en día.
De los hijos de ‘Michilín’, el que más siente el llamado de la tradición picotera, son su hijo Andrés Eduardo y sus nietos. “Lo más grande para mi padre, después de Dios y su familia, era su pick-up. Lo limpiaba, lo brillaba, lo acariciaba y yo creo que él, lo quería y lo sentía como su hijo, ese amor me lo transmitió, y yo hago lo mismo con mis hijos y sobrinos”, asegura Andrés Eduardo, al referirse a la pasión de su padre, por su equipo musical.
“Tanto es así que, en una fiesta de Carnaval, donde estaba sonando su pick-up, -en medio del jolgorio, mojaron los bafles-. Él ni corto ni perezoso les reclamó, porque iban a dañar su equipo, y uno de los asistentes, -bastante molesto-, tomó su arma de fuego y le disparó varias veces, pero gracias a Dios las heridas se pudieron tratar y se recuperó de ese doloroso trance”, aseguró el hijo mayor de la Familia Gámez Medina.
Con la tristeza reflejada en su rostro y con palabras de agradecimiento, indico: “no podemos dejar caer ese pick-up, porque mi padre lo consiguió con mucho esfuerzo y sacrificio. Gracias a él, tenemos nuestra casa, construida con tanto esmero y es donde vivimos actualmente”.
Nancy Guadalupe, esposa y compañera para toda la vida
Corría el año 1963, cuando ‘Michilín’ conoció a su compañera de toda la vida, Nancy Guadalupe Medina Suárez, quien se convertiría en su esposa, el dos de agosto del año 1969.
De esa unión nacieron cuatro hijos: dos mujeres y dos hombres: Andrés Eduardo, Daniel Rafael, Nidia Lizeth, Eligia Yanileth Gámez Medina. Son 11 los nietos que le sobreviven a ‘Michilín’, Ellos eran su orgullo, en el seno de su hogar.
De una relación diferente, nacieron dos hijos, uno de ellos es Esteban Rafael, el encargado de operar el pick-up, cada vez que lo contratan para una fiesta familiar, o diferentes eventos sociales en la ciudad.
Cincuenta y dos años de convivencia, autorizan a Nancy Guadalupe, para declarar que su esposo fue un hombre íntegro, honesto, emprendedor y responsable.
Llamado Celestial
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| Con su esposa Nancy y tres integrantes de su familia |
Una afección renal, fue diezmando poco a poco el vigor del hombre que perseveró en su fe y el respeto hacia el Creador y su amado pick-up, el cual hizo parte de su numeroso y bendecido núcleo familiar.
El tres de abril de 2021, ‘Michilín’ atendió el llamado celestial, dejando en su esposa, hijos, nietos, hermanos, sobrinos, conocidos y vecinos, un profundo dolor, que persiste hasta el día de hoy. Pero, también son muchos los recuerdos que evocan los momentos de felicidad, calidez e integración familiar, porque ‘Michilín’ no se ha ido, vivirá por siempre en el corazón de su gente, esa gente que todos los días, atesoran su imagen y la perpetúan en su mente.
“Hasta el día que partió, ese triste tres de abril de 2021, no tengo ninguna queja de Michilín. No recibí malos tratos ni sufrí necesidades de ninguna clase. Por eso sus hijos, sus nietos y yo, le pedimos a Dios que lo tenga en su Santa Gloria, y siempre lo recordamos con tristeza, con mucho respeto y profundo amor”, afirmó su esposa Nancy Guadalupe Medina Suárez.
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