La responsabilidad de informar a través de las redes sociales

 Huir de las redes es huir de la responsabilidad


Entre menos críticos tengamos en redes, más espacio ganarán quienes las aprovechan para desinformar.


Estas renuncias a las redes sociales por parte de personas que tienen el talento y carácter para aportarle a la sociedad al final nos afectan negativamente a todos.


Javier Borda

 26 de octubre 2023, 12:00 a.m.


https://www.notasrosas.com/La responsabilidad de informar a través de las redes sociales


No son pocos los personajes públicos que han eliminado sus perfiles en redes sociales y, aunque su decisión está justificada, vale la pena preguntarse si no están eludiendo así parte de su compromiso tácito con la sociedad. 


Esto aplica para periodistas y escritores como Mario Mendoza, quien recientemente comentó en este diario por qué ya no está en el mundo de las redes o de la “algarabía de internet”, tal cual mencionó.


En su libre albedrío digital, Mendoza escribió que se retiró de las redes por cinco razones: 


Porque se “convirtieron en un movimiento parapolicial de justicia privada”; porque “se han transformado en un espacio de vigilancia permanente”; “la tercera razón es que las redes tienen un tono de mojigatería melodramática difícil de soportar”, “y la cuarta razón por la cual estoy por fuera de las redes sociales es la obsesión por la corrección política”. 


Finalmente, “me salí de las redes —dice Mendoza— porque es imposible la complejidad mental. Todo funciona en blanco y negro, en buenos y malos, en los que están a favor o en contra. Es un mundo maniqueo, sin grises ni matices, de seres que no tienen ideas, sino creencias”.


¡Cuánta razón tiene Mendoza en su diatriba! Nadie quiere estar en la hoguera de la inquisición digital, nadie está obligado a participar de las redes sociales si no quiere, nadie tiene que aguantarse el insulto anónimo de miles de blogueros y personas sin oficio que lo único que hacen es alimentar el odio y la mentira.


Sin embargo, los problemas no se resuelven escondiéndose de ellos. Al menos no suele ser así. Es por eso que estas renuncias a las redes sociales por parte de personas que tienen el talento y carácter para aportarle a la sociedad al final nos afectan negativamente a todos.


Entre menos críticos y voces argumentativas tengamos allí, más espacio ganarán aquellos que aprovechan estos entornos digitales para viralizar desinformación y violencia.


El propio Mendoza asegura que “victimizarse está de moda y da una cantidad de ‘me gusta’”. Irónicamente, es lo que pasó con su escrito, que tuvo una meritoria resonancia. Por eso, creo que escritores como él, periodistas, académicos y demás afines, deberían dejar el lamento y seguir en pie de lucha, tratando de orientar a una sociedad cada vez más manipulada en redes sociales.


Hay que aguantar la crítica por salvaje que sea, conservando los propios límites, desde luego. Hacer lo posible para evitar el desprestigio de los colegas e ir en contra de ese ajusticiamiento digital que tristemente se normalizó.


“Si no he logrado la popularidad añorada por méritos propios, siempre me queda una última opción: ponerme el traje de víctima y salir a lloriquear en público”


Eso mismo que escribió Mendoza como crítica a los obsesionados por los ‘likes’ podría darse vuelta y aseverar que estos no son tiempos para huir. 


Este Halloween no está para disfrazarnos de víctimas. Y eso no quita que él o cualquiera pueda dedicar más tiempo a otras cosas, porque, en efecto, “hay muchos libros por leer y muchas buenas películas aún por ver. Por fortuna”.

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