Mi Madre es y será siempre... ¡La Reina Mía!


Madre visionaria, abnegada y amorosa: La reina mía



Luis Eduardo Acosta Medina


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“Lo mas lindo que la vida me ha brindado/ 
una madre que nunca podré olvidar/ 
aunque se ha ido para siempre de mi lado/ 
allá en el cielo me tiene que recordar/
yo como hago para no olvidarte madre/
si mi vida solo pertenece a ti/ 
en mis ratos de dolor y de agonía/ 
tu fuiste un ángel para consolarme a mí/ 
madre linda, madre bella/ 
como hago para poder vivir sin ti/
me haces falta/

'Madre Ausente'
Emilianito Zuleta



Mientras en cada rincón de nuestra casa en Monguí sentía su olor y la presencia de mi vieja en este Día de Las Madres, se repetía una y otra vez el aparte que hemos transcrito de la canción titulada 'Madre Ausente', de la autoría de Emilianito Zuleta, titulo que por cierto fue sugerido por mi, durante un encuentro que tuvimos con Emiliano, 'El Coco', el doctor Amadeo Tamayo y Amylkar mi hermano.


Él nos dijo que había hecho una canción a la memoria de su madre y la cantó. Nos dijo que todavía no tenía título, yo le dije que le colocara 'Madre Ausente' y así quedó.



Han pasado ya 25 años desde la partida de mi vieja y con renovado duelo llega a mi alma,  una vorágine de acontecimientos que flagelan mi corazón, avivan mi íntima convicción, que la presencia de mi madre en mi pensamiento es permanente y el dolor por su inoportuna partida se reedita cada aniversario, desde cuando cerró sus ojos para siempre.



Cada día de las madres y el día de su cumple de vida póstumo, porque puedo decir que cuando se la llevo de mi lado,  Dios puso fin a una relación de mutuos pechiches y complacencias, porque para ella nunca dejé de ser el vejé y ella para mí, 'la Reina'.



Hasta el último suspiro nunca dejó de significarlo todo para mi, perenne inspiración era principio y final de mi alegría.



Siento que estoy frente a ella y veo todavía el brillo encantador de sus ojos aquel día durante mis primeros añitos de vida, cuando desvelada siempre por inculcarnos el amor por el estudio, me preguntó qué estudiaría cuando fuera grande, y sin dudarlo y sin sonrojarme, le respondí que estudiaría para ser Rey. 

 
Es indudable que para ella lo era y merecía ser el soberano. No esperaba menos para 'El Nene de la casa' y así fue porque para ella lo fui desde que nací, hasta cuando se fue a disfrutar la verdadera vida, dejándome a mi en este mundo, donde como en el drama de Penélope en la Odisea, la gente buena, la gente generosa como ella, teje durante el día y la gente mala que no tiene a Dios en el corazón, desteje por las noches.


No hay duda que partió de este mundo a la presencia de Dios Padre con resignación mariana, y muy seguramente encantada con Dios por sus expresiones de infinita ternura y no hay duda extrañándome a mí, así como yo la extraño a ella, que es y será hasta que mis ojos se cierren definitivamente, la soberana, mi sombra tutelar, quien cuida mis noches y me regala con Dios la luz de cada día. Es y será la Reina mía.



Qué orgulloso me siento de saber que ella y papá escogieron para mi, el mejor lugar para traerme a este mundo, un día jueves a las cinco de la mañana. Un lugar polvoriento que entonces no aparecía en el mapa de Colombia. 


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Sobre una cama de esplín y bajo el techo trinante de la segunda casa de zinc que hubo en Monguí ellos, cada uno a su manera me formaron con profunda devoción a los Santos de la madre iglesia, me enseñaron a creer en Dios sobre todas las cosas, me educaron para la lucha y para servir a los demás, sembraron en mi, los valores de la honradez, el respeto y la solidaridad.


Me enseñaron a ser humilde en los momentos de gloria, de triunfo y altivo ante las adversidades, las que nos decían, son pruebas que Dios nos coloca para probar nuestra fe, las debilidades y nuestras fortalezas.


Nos enseñó mamá, a amar entrañablemente la tierra que nos vio nacer, donde no teníamos riquezas, pero tampoco la necesitábamos. No tuvimos cuna de oro, pero nada teníamos que envidiar a nadie.


No tuve cuna pero si una hamaca cuyo olor me embriaga solo al recordarlo. No se cómo hacían, pero sin servicio de energía, sin televisión y con disciplina, no dudo en decir que ellos nos prodigaron a todos una niñez feliz y como dijo Hernando Marín en la canción 'Mis muchachitas', “Quisiera devolver el tiempo, pero no se puede, pero no se puede, pero no se puede”.


Mamá nos decía que había que apreciar a nuestra gente, a estar cerca de la familia en invierno y en verano, que no podíamos cambiar si nuestra situación o posición social cambiaba, que había que servirle a todo el mundo sin esperar nada a cambio y sin cálculos mezquinos, porque finalmente era una manera de sentirse bien ante los ojos del Todopoderoso y no para agradar a los hombres.


Esto lo hemos cumplido plenamente, presumimos que nuestros viejos alguna vez supieron que William Shakespeare decía que era feliz, porque no esperaba nada de nadie y eso está bien, porque si hoy en día uno espera gratitud de la gente a la que le ha servido, posiblemente morirá, pero por desencanto y de tristeza.


Es mucho mas grave ahora que uno se va dando cuenta que el legado de los mayores les ha quedado grande a las nuevas generaciones. Las consideraciones se están acabando, cualquier familiar para complacer a los nuevos amigos, se presta para dañarnos la vida, pero hay un Salmo de las Santas Escrituras, que pone las cosas en su lugar cuando dice así: 

“Joven fui, y he envejecido, 
Y no he visto justo desamparado, 
Ni su descendencia que mendigue pan. 


En todo tiempo tiene misericordia, y presta; 
Y su descendencia es para bendición. 
Apártate del mal, y haz el bien, 
Y vivirás para siempre.”  


Igual para esos que, olvidando lo que nuestros mayores nos enseñaron, hacen mal a su misma gente.


También el Evangelio de San Lucas les manda a decir que:

“Porque cualquiera que se enaltece, será humillado;
y el que se humilla, será enaltecido.”


En este día de la madre, deseo rendir homenaje de gratitud a todas las madres del mundo, a aquellas que son maltratadas por sus hijos pero que, cuando mueran las lloraran hipócritamente, esperando el perdón que de arriba no recibirán.


Hoy debo reiterar que el dolor por la partida de quien nos permitió navegar nueve meses en sus entrañas, es incurable y profundo y no creo que ningún buen hijo de mi pueblo, pueda olvidar a la emprendedora que desde niña trabajó, primero haciendo tabacos y luego llevó el primer picó al pueblo, 


Fue la primera que vendió gasolina en los pueblos, llevó la primera nevera de petróleo y fue la líder de muchas causas sociales, entre otras encabezo las protestas hasta lograr la construcción de las variantes de acceso al pueblo, e impulsó la pavimentación de la calle principal. 


¡La memoria es ingrata pero la historia no!


¡Madre te has ido a disfrutar la verdadera vida pero, como soy prolongación de tu existencia, no morirás mientras mi corazón este palpitando!


Título Original: 'Madre visionaria, abnegada y amorosa: La Reina Mía'

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