Recuerdos de Mi Buen Padre Evaristo Acosta Deluque

'Mi Padre, Complaciente, Inteligente y Visionario'

 

Luis Eduardo Acosta Medina 




“Tan bueno y tan noble como era mi padre/
y la muerte infame me lo arrebatĆ³/
esos son los recuerdos y las penas tan grandes/
que sufrir en la vida, le pone a uno Dios/”

En el aƱo 1972 Los Hermanos LĆ³pez con Jorge OƱate dieron a conocer el LP 'El Jardincito'. En ese albun incluyeron para gloria de la mĆŗsica vallenata, la canciĆ³n Mi gran amigo, una elegĆ­a de Camilo Namen a su padre, la cual vino a mi mente cuando se  realizĆ³ la celebraciĆ³n del DĆ­a del Padre, fecha sublime y de renovado duelo, para aquellos que ya no contamos con su compaƱƭa en este mundo.

En esa fecha quise hacer un homenaje con las letras que Ć©l me enseĆ±Ć³, a ml padre honrado, inteligente y visionario que mi vieja escogiĆ³ para el Nene de la casa, 

En esa ocasiĆ³n vinieron un caudal de recuerdos que abrumaron mi mente. Sus sabias palabras cuando nos decĆ­a que la Ćŗnica inversiĆ³n segura es la educaciĆ³n de nosotros y aconsejaba a los padres de familia de nuestros pueblos para que mandaran a estudiar a sus hijos,.

Manifestaba que el dinero se acaba, pero el conocimiento no, y a quienes no tenĆ­an recursos, Ć©l les gestionaba la becas, auxilios, estĆ­mulos y los llevaba de su mano a las Instituciones Educativas a donde hubieran directivos amigos, para recomendarlos. Muchos lo recuerdan otros no, pero eso a Ć©l no le importaba. DecĆ­a que era suficiente agradando a Dios.

Se repiten como si fuera una pelĆ­cula, aquellas noches plenilunares, cuando recostado sobre sus piernas escuchaba 'El Reportero Caracol,  el primero con las ultimas' y a Emeterio y Felipe, 'Los Tolimenses'.

Me enseƱaba las fases de la luna y me daba clases de astronomĆ­a,  tratando de convencerme que el hombre si fue a la luna. Me explicaba la llegada del Apolo 11 hasta allĆ” y todos aquellos temas que no lograba entender en mi inocencia supina.
 
Mientras Ć©l me contaba las cosas, los viejos del pueblo hablaban de la Guerra de los Mil DĆ­as, de las fiestas patronales, de Francisco 'El hombre', de las cosechas, de los malos tiempos y de la gente que estaba 'muriendo de repente', 

Ellos hablando y yo grabando en mi mente. Son recuerdos que acariciar en mi memoria me llevan indefectiblemente por un periplo mental agradable y nostƔlgico, ante su sentida ausencia y su silencio para siempre, sabiendo yo que de todo sabia y todo me lo enseƱaba. Fue mi maestro, instructor y mi guƭa.

¡No hay dudas! Mi padre era un visionario que predicaba con el ejemplo, que advertĆ­a con toda verticalidad, para no abandonar los caminos de la ley, para caer en el CĆ³digo Penal, habĆ­a que distinguir entre los proyectos polĆ­ticos y los proyectos econĆ³micos. 

Por eso intervino en la polƭtica, para servir a la gente, nunca para servirse de ella. Por la temprana orfandad, ante la prematura muerte de sus padres, tuvo que asumir, - estando muy jovencito -, el liderazgo de sus hermanos y de todos los desamparados de la familia que nuestra abuela tenia a su cargo, pero sin renunciar a su sueƱo de formarse y guiar a los demƔs.

Por falta de recursos solo pudo cursar hasta el tercer aƱo 'elemental, suficientes para convertirse en un lector consagrado, escritor de finas lĆ­neas y un orador de verbo exquisito, un expositor magistral, bien enterado y con un caudal de conocimientos, que hacĆ­an pasar intrascendente sus pocos aƱos de educaciĆ³n primaria.

La huella de su paso por este mundo es indeleble. De ellos dan cuenta los pueblos, la ruralidad, los viejos patricios del sur de Riohacha. Todos lo conocĆ­an, lo escuchaban y lo respetaban y Ć©l los conocĆ­a a ellos en elecciones y en el dolor, en sus fiestas y en sus adversidades. 



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Evaristo Acosta Deluque

En cada lugar donde estuvo a alguien  le prestĆ³ un servicio sin esperar contraprestaciones, porque decĆ­a que lo importante era hacer lo que fuera agradable ante los ojos del altĆ­simo, que lo demĆ”s era intrascendente. 

Su desempeƱo como alcalde de Riohacha, Uribia y San Juan del Cesar,   son prueba inequĆ­voca de sus manos limpias y su pulso firme para cumplir y hacer cumplir la ley. 

Se sentĆ­a orgulloso de su obra, nos contaba que tuvo que estudiar mucho durante las noches, para no equivocarse durante el dĆ­a cuando se desempeĆ±Ć³ como auditor fiscal de Aduanas, inspector de Trabajo en la Zona Bananera y dos veces como personero municipal de Riohacha.

Fue diputado y secretario de la Asamblea Departamental, decĆ­a que allĆ­ estuvo el secreto para haber cumplido con sus deberes durante mas de treinta aƱos, sin que nadie pudiera dudar de sus capacidades ni de su integridad moral. 

Se reĆ­a porque decĆ­a- que nadie se enterĆ³ entonces que ni siquiera pudo terminar la primaria, no lo logrĆ³ por falta de recursos. En ese tiempo todo era difĆ­cil, precario y los ingresos inexistentes. Se sobrevivĆ­a inventando.

Cada dĆ­a nos hace mĆ”s falta ese caballero de los talones a la mollera, el hombre que le quedĆ³ grande a su regiĆ³n,.

CuĆ”nto lo echamos de menos en estos tiempos de inversiĆ³n de valores, cuando la inteligencia no es motivo de admiraciĆ³n, sino fuente de animadversiones, envidia y enemigos gratuitos, 

Sus amigos que no han muerto, en cada encuentro acrecientan mƔs nuestro orgullo de haber sido formados a su imagen y semejanza. Ellos dan cuenta de su honradez, su carƔcter, su sabidurƭa, su habilidad natural para convencer y orientar a su gente.

Fue mi padre formado con valores y para el sacrificio,por eso el y sus laterales generacionales pedĆ­an explicaciones a sus hijos, asi fueran mayores,  sobre dĆ³nde consiguieron lo que llevaban a la casa. 

No aplaudĆ­an las sĆŗbitas prosperidades, no le tenĆ­an miedo a los hijos como suele suceder en la actualidad. Se hacĆ­an escuchar y se hacĆ­an respetar. 

Era gente bien criada y de buena medra, que brillaban por su honestidad, por su inteligencia natural y fueron sombra tutelar de la paz de la regiĆ³n y lo siguen siendo desde el ciel, porque solo morirĆ”n cuando los olvidemos y eso es imposible.

¡No hay duda! Ɖl y mamĆ” cuidan mis manos para que no olviden las de ellos,  en el empeƱo de trabajar siempre honradamente y con el entusiasmo que se requiere, para alcanzar lo nobles propĆ³sitos. 

Ellos guƭan mi mente para que permanezca abierta para pensar con rectitud y evitar los oscuros atajos, pero con el suficiente entendimiento para comprender a quienes piensan distinto a mƭ, estremƩcerme cuando estƩ confundido para no cerrar mis ojos ante el abismo y las tentaciones del Rey de las tinieblas.

Me fortalecen cuando me siento dĆ©bil. PĆ­den a Dios la luz del EspĆ­ritu Santo, para mandĆ”rmela y no caer en la trampa de quienes destejen por las noches lo que me enseƱaron a tejer durante el dĆ­a. 

Ellos me llevan siempre de su mano, para no olvidar su legado y su ejemplo, Seguramente todos los DĆ­as Del Padre, hay fiesta en el cielo, 

Dios debe estar feliz de tener junto a Ɖl, a mi padre bueno y el estĆ” orgulloso, porque todos sus hijos hacemos cumplir su voluntad con serenidad, honradez y con su buen nombr, como carta de presentaciĆ³n.

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