A un año de la partida de Rubén Darío Sierra Pimenta

 Causa Guajira - Nota Especial




“Nunca muere el que vive eternamente en cada corazón y en cada mente”



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Hoy 27 de octubre de 2025, un año después de su partida, recordamos a un hombre nacido en Riohacha, un caballero que, durante varias décadas se distinguió por su eficiencia y probidad en el ejercicio de los más diversos cargos en la administración pública de La Guajira.



En esa Riohacha de antaño, la educación no sólo se impartía en el hogar, sino también en las escuelas, donde los maestros enseñaban valores morales y principios éticos, a la par de los conocimientos académicos.



En ese ambiente nació y creció Rubén Darío Sierra Pimienta, dando los primeros pasos para su formación personal integral.



Las personas que conocieron, convivieron y compartieron con el arquitecto riohachero, Rubén Darío Sierra Pimienta se entristecieron con la información de su partida, el 27 de octubre de 2024.



Hoy, ese sentimiento se renueva, al cumplirse el primer aniversario de su despedida del plano material.



Perteneciente a una familia tradicional de esa Riohacha del ayer, que poco a poco se transforma, dejando a un lado su aire sano, ese ambiente tranquilo y pueblerino, para convertirse en una pequeña ciudad.



Con sus hijas y nietos


Ya no es común que las personas que habitan en Riohacha se conozcan entre sí y entrelacen sus historias de vida, como antes era normal.



Las cosas cambiaron y son pocas las personas que quedan de esa vieja Riohacha de ‘La Vieja Mello’, que cobijó a los miembros de la familia Sierra Pimienta y a muchas más, a las cuales ahora desempolva sentimientos de nostalgia, al recordar.



Rubén Darío Sierra Pimienta nació en Riohacha el 14 de febrero de 1932 en el hogar formado por Julio Sierra Zúñiga y Silvina Segunda Pimienta Corrales.



Fue el tercero entre sus hermanos María Alejandrina, Manuel Cayetano, Leonelo Rafael, Carmen Beatriz y Julio Segundo.


Tenía tres hermanos de padre: Joaquín, María De La Cruz, Luis Rafael y Luis Manuel Ávila. 



Sus estudios primarios los realiza en la ‘Escuela de la Señorita Cristina Redondo’ y en la ‘Escuela del Maestro Mauricio ‘Icho’ Lopesierra’.



Inicia los estudios secundarios en el Colegio ‘La Divina Pastora’, hasta cuarto grado y culmina en el ‘Liceo Celedón’, de Santa Marta.



Ingresa a la Universidad De Los Andes, en Bogotá, donde recibe su título de arquitectura.



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Con su esposa, Flor Josefa Mejía Rosado QEPD



Contrajo matrimonio con Flor Josefa Mejía Rosado QEPD, de cuya unión nacieron María Del Pilar, abogada; Mey Carolina, psicóloga; Manet Alejandra, abogada y Rubén Filippo, fallecido.



Dos hijos adoptivos aumentaron el grupo familiar: son ellos José Luis Sierra Mejía, técnico del Servicio Nacional de Aprendizaje Sena y Paola Andrea Romero Ravelo, contadora de profesión.



Deja seis nietos: Marialejandra Silvina, arquitecta; Leshma Judith, psicóloga; María de Marat, abogada; José Darío, ingeniero de sistemas; María José, ingeniera civil y José Mario, técnico del Sena.




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Con sus hijas Manet Alejandra, María Del Pilar y Mey Carolina



Profesaba la Fe Cristiana Católica. Perteneció a la Cofradía de los Hermanos Del Santísimo por más de 50 años, en la Catedral ‘Nuestra Señora De Los Remedios’, de Riohacha.



Durante su vida laboral ocupó diferentes cargos, donde dio muestras de gran solvencia moral, disciplina y probidad.



Fue alcalde en tres ocasiones, designado por la Presidencia de la República, director de Coldeportes en La Guajira y el Magdalena, director del Seguro Social, secretario de Desarrollo y Hacienda Departamental, gobernador encargado, tesorero Departamental, diputado de la Asamblea Departamental y miembro del Concejo Municipal.



Vivió a plenitud en Riohacha, su ciudad natal hasta el día 27 de octubre de 2024, ocho meses y 13 días después de cumplir 92 años de edad.



Rubén Darío Sierra Pimienta se despidió de su familia y amigos, con la satisfacción del deber cumplido, dejando a su paso el ejemplo de una vida digna, dedicada al servicio de sus semejantes y prodigándole amor a su ciudad.


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