Científico Manuel Patarrollo Murillo: “Dos terceras partes de los pacientes con cáncer ya pueden ser tratados y pueden ser salvados”
“La metástasis ya no es una sentencia de muerte”: Manuel Patarroyo Murillo
En el marco de la Cátedra Europa, el científico y profesor del Instituto Karolinska de Estocolmo ofreció el martes 30 de septiembre la conferencia central 'Cáncer, mitos y verdades', a las 3:30 p. m., en el coliseo Los Fundadores. En entrevista aquí con Grupo Prensa.
Por: José Luis Rodríguez R.
30 de septiembre 2025
“Quiero dar un mensaje de esperanza”, dice con firmeza Manuel Patarroyo, científico colombiano y profesor del Instituto Karolinska de Estocolmo, quien desde hace más de 45 años investiga la inmunología del cáncer. Para él, esta enfermedad, que antes se percibía como un enigma y una condena inevitable, hoy es cada vez más tratable. Manuel Patarroyo Con esa visión ofrecerá la conferencia “Cáncer, mitos y verdades” este martes, 30 de septiembre, a las 3:30 p. m., en el coliseo Los Fundadores, en el marco de la Cátedra Europa, con Suecia y Dinamarca como países invitados de honor.
Con una larga trayectoria en investigación biomédica, 130 publicaciones científicas y un índice H de 47, Patarroyo, de 69 años, ha dedicado su carrera al estudio de la inmunología, la inflamación y la biología del cáncer. Hoy lidera proyectos de descubrimiento y desarrollo de fármacos y aboga por la vacunación como estrategia clave para prevenir ciertos tipos de tumores.
¿Cuál será el principal mensaje que le quiere dejar al público con su charla?
MP: un mensaje de esperanza, porque sé que es una palabra que intimida mucho. El cáncer no solo afecta al paciente, también a familiares y amigos. Como su incidencia ha aumentado, es importante decir que ya no es un enigma ni una sentencia de muerte. Dos terceras partes de los pacientes con cáncer ya pueden ser tratados y pueden ser salvados.
¿Cuál diría que es el mito más peligroso que persiste sobre el cáncer?
MP: El de la metástasis. Muchos la asocian con muerte segura, y no es así. Antes un cáncer con metástasis era básicamente una sentencia de muerte, pero ya no lo es. Ahora tenemos tratamientos, como la inmunoterapia, introducida hace unos 10 o 15 años y aplicada principalmente en el melanoma, que han dado muy buenos resultados en pacientes con melanoma metastásico.
Pero también me preocupan los movimientos antivacunas porque considero que las vacunas contra algunos virus y microorganismos pueden ser una de las mejores estrategias para prevenir el cáncer. La vacuna es el mayor adelanto en medicina. Es mejor prevenir que curar. Y, una vez prevenido, el otro paso es el diagnóstico temprano: entre más pronto se detecte un tumor, mejor.
¿En qué avances concretos en investigación del cáncer trabaja actualmente?
MP: En esa población pequeñita de células cancerosas que llamamos células madre cancerosas. Son las que originan todo el tumor, permiten la resistencia a los tratamientos e inician las metástasis. Esa población fue identificada no hace mucho, primero en tejidos normales —como en las células de la médula ósea que producen la sangre— y luego se encontró que los tumores también tienen sus células madre. Yo entiendo que hay que atacar esa población, porque es la que origina el resto de las células cancerosas.
¿Cuáles son para usted las verdades más esperanzadoras hoy frente al cáncer?
MP: Estamos salvando dos terceras partes de los pacientes con cáncer. Recuerdo que cuando era estudiante, el 90 % de los niños con leucemia morían. Ahora la cifra está invertida: salvamos al 90 %. Claro, hay distintos tumores: algunos son sumamente agresivos, como el del páncreas o el glioblastoma en el cerebro, pero hay otros que sí se pueden tratar.
Para usted algunos cánceres podrían eliminarse en el futuro. ¿Cuáles?
MP: Creo que los primeros van a ser los de origen infeccioso, porque ya se han desarrollado vacunas. Si inhibes la infección, inhibes la inducción del tumor. El caso típico es el carcinoma del cuello uterino, producido por un virus. Ya existe la vacuna contra el virus y se está aplicando a niñas y niños. Es indudablemente la mejor alternativa: prevenir la inducción del tumor y no tener que tratar metástasis en fases avanzadas.
Título Original: “La metástasis ya no es una sentencia de muerte”: Manuel Patarroyo Murillo
Nota al Margen del Editor
Biografía Manuel Patarrollo Murillo
Biografía Cursó el bachillerato en el colegio José Max León de Santafé de Bogotá y de 1965 a 1970 estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, por la que se graduó como doctor en Medicina y Cirugía el 15 de diciembre de 1971. Posteriormente se especializó en Inmunología, mediante estudios de post grado en la Fundación Rockefeller de Bogotá, Universidad de Yale, Rockefeller University, Hershey Medical Center Penn, de Estados Unidos y en el Karolinska Institute de Estocolmo (Suecia). En la Rockefeller University de Nueva York trabajó con el prestigioso profesor Kunkel, dándose a conocer en 1977 por el hallazgo de marcadores genéticos asociados con el desarrollo de la artritis y del lupus eritematoso. Al año siguiente logró identificar un marcador genético asociado a la fiebre reumática y, a pesar de las ofertas para trabajar en centros de investigación varios lugares del mundo, decidió establecerse en su país y llevar a cabo sus trabajos con un pequeño equipo multidisciplinar y muy pocos medios hasta llegar a articular un gran grupo de investigación. Experto consultor de la Rockefeller University desde 1982 y profesor adjunto de esa universidad desde 1983, es también profesor de la Universidad de Colombia. En 1984 fundó y pasó a dirigir el Instituto de Inmunología de la Universidad Nacional, ubicado en el Hospital de San Juan de Dios de Bogotá. En 1986 el equipo dirigido por Patarroyo descubrió una vacuna sintética contra la malaria, enfermedad que causa tres millones de muertes al año. El antídoto, conocido como SPF66 (Sinthetyc Plasmodium Falciparum), simula una parte del parásito causante de la enfermedad y provoca la creación de los anticuerpos que bloquean el ataque a los glóbulos rojos de la sangre. Este descubrimiento fue calificado por varios Premios Nobel de Medicina como "el hito más importante de la historia de la química". En 1990, Patarroyo fue galardonado por la Academia Nobel de Suecia con el Premio a la Excelencia en la investigación latinoamericana. El 30 de octubre de 1991 fue elegido académico correspondiente extranjero de la Real de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, institución en la que ingresó el 3 de diciembre de ese año con el discurso "La vacuna de la malaria: Ciencia, Economía y Política", en el que explicaba las investigaciones que le condujeron a sintetizar químicamente la primera vacuna contra esta enfermedad. El 5 de noviembre de 1991 presentó en Santafé de Bogotá un método para detectar la presencia de la tuberculosis en un período de 24 horas. Posteriormente ha trabajado también en investigaciones relacionadas con el Sida y la lepra. Partidario de la universalización de la ciencia para impedir que sus logros sean monopolizados por los grandes grupos económicos, en 1993 Patarroyo rechazó una oferta de 60 millones de dólares de un laboratorio bioquímico y el 12 de mayo de 1993 cedió los derechos de explotación de la vacuna de la malaria a la Organización Mundial de la Salud, OMS, por entender que "el antídoto debe llegar a todos los países en desarrollo a un precio muy bajo". Fue finalista al Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 1993, galardón que le fue concedido por unanimidad en la siguiente edición, el 20 de mayo de 1994, por la importancia de su aportación "en la programación, desarrollo y experimentación de campo de una vacuna sintética contra la malaria". El 28 de octubre de octubre de 1994 presentó oficialmente la vacuna SPF66, capaz de combatir una de las formas más virulentas de la malaria o paludismo con una eficacia de entre un 40 y un 66 por ciento en los adultos y de un 77 por ciento en niños menores de cinco años. Y tres días después, el 31 de octubre de 1994, recibió en Alemania el Premio Robert-Koch. Posteriormente, Patarroyo continuó con sus investigaciones en el Instituto de Inmunulogía de Colombia. Investigaciones orientadas fundamentalmente a la mejora de la vacuna contra la malaria -a fin de aumentar su eficacia y reducir la forma de administración a una sóla dosis- y también al desarrollo de un método para producir vacunas sintéticas contra otras enfermedades como la tuberculosis, la leishmaniasis o la hepatitis C. En 2001, sin embargo, su trabajo sufrió un parón debido a problemas de índole económica. En febrero, su equipo de investigación se vió obligado abandonar las instalaciones del hospital bogotano de San Juan de Dios cuando el Banco Ganadero (filial del español BBVA) embargó dicho centro. La situación se complicó además por la disminución de la asignación presupuestaria destinada por el Gobierno colombiano a su proyecto, lo que le llevó a aceptar, a finales de ese año, una propuesta de la Universidad Pública de Navarra (España) para trasladar parte de sus investigaciones a esta institución. Manuel Patarroyo es miembro de academias de Ciencias de varios países como Colombia, España, Argentina, Ecuador y Perú. Pertenece a la Sociedad Colombiana de Reumatología, la Sociedad Colombiana de Ginecología y Obstetricia y a la Sociedad Colombiana de Alergia e Inmunología. Asimismo es doctor "honoris causa" una veintena de universidades, entre ellas, la Universidad Central de Colombia (1996), y las españolas Complutense (1995) y Autónoma (1996) de Madrid, de Málaga (1996), Valencia (1997), Cantabria (1997), País Vasco (1998) y Valladolid (2001). Entre los muchos premios que ha recibido, además de los ya citados, figuran: el Premio Nacional Sintex de Urología (1969); los Premios Nacionales Lederle y Sandoz de Medicina Interna (1974); el Premio Nacional de Ciencias Alejandro Angel Escobar en 1979, 1981, 1984 y 1986; el Premio del Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, COLCIENCIAS (1993); y la Medalla Internacional de Ciencia de Edimburgo (1994). Está también en posesión de numerosas condecoraciones, entre ellas: Medalla al Mérito; Medalla Jorge Bejarano al Mérito en Salud; Premio a los Siete Jóvenes más Sobresalientes del Mundo; Orden del Senado de la República; Orden de la Democracia; Cruz de Bocaya, la más alta distinción oficial de Colombia otorgada el 20 de mayo de 1993; Orden del Libertador, una de las más altas condecoraciones del Estado venezolano (julio de 1994); Orden "Carlos J. Finlay", la más importante distinción científica cubana (julio 1995); Orden de la Universidad Central de Venezuela (1996); Legión de Honor francesa, en grado de Oficial (distinción que recibió el 4 de junio de 1997); y Encomienda de la Orden de Isabel la Católica (la mas alta distinción civil española, que recibió el 4 de mayo de 2000). Desde 1993 forma parte de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo de Colombia que, integrada por destacadas personalidades colombianas, tiene como objetivo "diseñar la carta de navegación del país hacia el próximo milenio". Además de la nacionalidad colombiana, Patarroyo posee la nacionalidad española, que le fue condecida por el Consejo de Ministros el 22 de noviembre de 1996, y que recibió oficialmente el 25 de abril de 1997. Manuel Patarroyo Murillo está casado con María Cristina Gutiérrez y tienen tres hijos: Manuel Alfonso, María Cristina y Carlos Gustavo. 1984/Funda y dirige el Instituto de Inmunología del la Universidad Nacional de Colombia. 1986/Consigue sintetizar la primera vacuna contra la malaria. 1990/Galardonado por la Academia Nobel de Suecia con el Premio a la Excelencia en la investigación latinoamericana. 12.05.1993/ Cede los derechos de explotación de la vacuna SPF66 a la OMS. 20.05.1994/ Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. 31.10.1994/ Premio Robert-Koch. 25.04.1997/ Recibe oficialmente la nacionalidad española. 2001/ Llega a un acuerdo para realizar parte de sus investigaciones en la Universidad Pública de Navarra. 2008/ Diseña un nuevo diagnóstico temprano de cáncer útero con sólo una gota sangre. Fuente: EFE Data
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