'Captahuellas' para hacer mercado en Venezuela comenzaría en 2015


Gobierno instalará 'sistema biométrico' para racionamiento de compras, previa identificación.

 
Venezuela sufre una alta inflación, atizada por un desabastecimiento de alimentos y productos básicos como jabón y desodorante.
Foto: Reuters
Venezuela sufre una alta inflación, atizada por un desabastecimiento de alimentos y productos básicos como jabón y desodorante.
Durante los últimos cinco años la escasez de productos básicos en Venezuela se manejó con un control no oficial “de facto”, implementado en cada supermercado según el producto y la cantidad.
“Solo dos aceites por persona”, “cuatro paquetes de harina por compra”, “dos detergentes por mercado”, anunciaban cartelitos en los anaqueles.
Increíblemente, a pesar de algunas escaramuzas, los venezolanos se acostumbraron a recorrer establecimientos y hacer largas filas para comprar estos productos, cuyo precio regulado por el gobierno venezolano es irrisorio en comparación con los del mercado internacional.
Pero el presidente Nicolás Maduro anunció esta semana que el Estado llevará el control de las compras de cada persona con la instalación de un “sistema biométrico” nacional de control de productos comerciales, que permitirá a cada venezolano comprar una cantidad determinada de ciertos productos a la semana, previa identificación de su huella y la presentación de su cédula.
Palabras más, palabras menos, no más carteles en los mercados sino una especie de cartilla de racionamiento digital con la que el gobierno espera acabar con las ventas informales con sobreprecio y el contrabando de extracción hacia Colombia, flagelo que ahora cataloga como el más reciente componente de la “guerra económica” que quiere quebrar la economía del país. Según Maduro, el contrabando estaría sacando del país “más de 30 por ciento de los bienes de consumo”.
Consciente del tremendo rechazo que genera entre los venezolanos cualquier perspectiva de una tarjeta de racionamiento, el Gobierno prefiere vender el proyecto como un nuevo plan para mejorar el “sistema de abastecimiento”.
“Queremos recabar información sobre qué compran los venezolanos, en qué cantidad y con qué frecuencia”, se informó desde el Ministerio de Ciencia, que trabajará conjuntamente con el Ministerio de Alimentación para establecer el mecanismo.
El seguimiento a la comercialización y venta se haría con las guías ya existentes de monitoreo de transporte de los productos, pues desde hace al menos seis años ningún producto en Venezuela se transporta vía terrestre dentro del territorio nacional si no cuenta con un permiso expedido por la Superintendencia de Silos, Depósitos y Almacenes Agrícolas.
No es la primera vez que el Ejecutivo venezolano se muestra tentado a implementar un sistema de racionamiento de compras. A principios de este año se apresuró a anunciar que establecería el control de compras, pero dentro de la red oficial de mercados y abastos, que incluye los numerosos mercados Bicentenario y abastos Mercal, que no se implementó y de la que no se volvió a hablar hasta ahora. Sin embargo, esta vez el Gobierno luce dispuesto a llevarlo a cabo incluyendo los establecimientos privados de alimentos. Ha puesto como fecha tope para la implementación de las máquinas ‘captahuellas’ finales de este año, para que las compras controladas comiencen a principios del 2015.
El malestar, duramente afectado por la escasez, apenas comienza. Todavía la gente muestra bastante incredulidad sobre si el Gobierno se atreverá a dar este paso, percibido como el punto máximo de la ‘cubanizacion’ de la economía.
El alcalde metropolitano y líder opositor Antonio Ledezma calificó el sistema biométrico como una mezcla de “escasez con humillación, es un proceso vejatorio a la dignidad de los venezolanos”.
Por su parte, Roberto León Parilli, director de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, dijo en una entrevista radial que el país necesita “soluciones de fondo”.
VALENTINA LARES MARTIZ
Corresponsal de EL TIEMPO
CARACAS

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