La interminable sequía en La Guajira

Por Lilia C. Romero Hurtado
Abogada, Especialista en Derecho Público
Magister en Estudios Politico - Economicos















Desde que tengo uso de razón he escuchado y visto como a nuestros indígenas se les calma la sed a través de los pozos artesanales, o se les provee del valioso líquido a través de carrotanques con agua inclusive no apta para el consumo humano, con el convencimiento de que ese es el único medio que existe para calmar la sed en esas comunidades, siendo esta la única forma que se les ha enseñado a nuestros hermanos Wayuu, que se acomoda a su modus vivendi.

Pues yo creo, sin ofender, que sin sacar a los wayuu de su terreno, de su modus vivendi, es posible dignificarlos, darles una mejor calidad de vida. Sin embargo hemos tenido que llegar a extremos como propiciar un paro cívico, para ser escuchados porque las autoridades competentes en su momento no han podido actuar de manera efectiva, en busca de soluciones reales, y no paliativos, como si los guajiros solo merecemos migajas, o mendigar lo que por derecho natural y Constitucional nos corresponde.

El problema de la falta de agua, es solo uno más, que se suma a los muchos que padecemos, la sequía es producto de un fenómeno natural, pero el hecho de no poseer un acueducto que suministre agua de manera normal, de no haber finalizado la represa del río Ranchería, de no poseer en estos momentos las regalías, es consecuencia de la acción u omisión del hombre, lo que traduzco en falta de voluntad política.

Ahora nos rasgamos las vestiduras y juzgamos a X o Y mandatario de turno, y nos toca apelar a la solidaridad de los demás, poseemos tanta riqueza, y no tenemos nada, y si seguimos acallando nuestras voces, pasaremos a la realidad como el conocido cuento del poeta Colombiano Rafael Pombo: La Pobre Viejecita, “Sin nadita que comer, ni que beber”.

Desde mi humilde óptica considero que se hace necesario estructurar proyectos que ataquen de raíz los problemas; que se plasmen en los Planes de Desarrollo realidades, Planes que deben ser concertados con la comunidad, y que estos dejen de ser letra muerta o UTOPIAS.

Necesitamos tomar conciencia social, que dejemos de pensar individualmente, todos somos hermanos.

En manos de nuestros Representantes está el ser escuchado.

Es hora ya, que despertemos del letargo en que estamos sumidos, la Sequía (entiéndase por esta la desidia, la ignorancia, la corrupción) no puede ser interminable, nuestra sed de progreso, de bienestar, no puede seguir esperando, nuestros hijos, merecen crecer en un departamento próspero.

Trabajemos todos por una causa común, por que LOS GUAJIROS MERECEMOS RESPETO.
















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