‘Abuelitos de la Guajira tienen la Esperanza Viva’
Con amor, solidaridad y buena voluntad, podemos transformar nuestra comunidad.
A una dosis de amor, le incorporamos solidaridad y con tan solo una pizca de buena voluntad, podemos transformar historias de vidas grises, historias de vidas tristes, en Testimonios de Vida Color de Rosa.
De esta manera queda demostrado que cuando nos unimos y trabajamos con amor, honestidad, entrega y solidaridad, logramos buenas obras en beneficio de nuestra colectividad.
María del Rosario Peña de Melo, Representante Legal de la Fundación Casa del Abuelo ‘Esperanza Viva’, es nuestra protagonista en la historia de hoy, titulada: ‘Abuelitos de la Guajira tienen la Esperanza Viva’
Los beneficiados son los abuelitos del departamento de La Guajira.
Desde hace 25 años María del Rosario Peña de Melo viene trabajando para ofrecer mejores condiciones de vida las personas sin hogar, pertenecientes a la tercera edad.
Mediante la elaboración de estudios, diagnósticos y elaboración de proyectos que presenta en diferentes instituciones oficiales o privadas, la rectora de la Fundación Casa del Abuelo ‘Esperanza Viva’ implementa distintas estrategias para proporcionar a los adultos mayores, un mejor entorno de vida.
Un sitio digno donde vivir, alimentación balanceada, programas de salud y recreación, un ambiente donde se refuerzan los valores morales, espirituales, afectivos, logrando atender la integralidad de estas personas que por su avanzada edad, fueron excluidas de su grupo familiar y son olvidadas por la sociedad.
100 adultos mayores se benefician con los programas Centro Día y 24 Horas:
Los adultos 24 horas son los que se encuentran en condiciones de total abandono por sus familiares. Fueron llevados al centro de atención por funcionarios de la alcaldía de Riohacha y la Policía Nacional y en muchas oportunidades, ellos mismos llegan allí, pidiendo socorro y albergue para sobrellevar mejor su ancianidad.
Algunos sufren el desarraigo familiar, otros son desplazados por la violencia, y muchos más, por unas u otras razones, se encuentran separados de su núcleo natural.
Existe otro grupo de adultos que sólo permanece en la sede de la Fundación durante las horas del día: Ellos necesitan atención alimentaria o de salud. Allí encuentran un soporte moral, espiritual y afectivo pero tienen un albergue donde pasar la noche.
Información en Desarrollo:
A una dosis de amor, le incorporamos solidaridad y con tan solo una pizca de buena voluntad, podemos transformar historias de vidas grises, historias de vidas tristes, en Testimonios de Vida Color de Rosa.
De esta manera queda demostrado que cuando nos unimos y trabajamos con amor, honestidad, entrega y solidaridad, logramos buenas obras en beneficio de nuestra colectividad.
María del Rosario Peña de Melo, Representante Legal de la Fundación Casa del Abuelo ‘Esperanza Viva’, es nuestra protagonista en la historia de hoy, titulada: ‘Abuelitos de la Guajira tienen la Esperanza Viva’
Los beneficiados son los abuelitos del departamento de La Guajira.
Desde hace 25 años María del Rosario Peña de Melo viene trabajando para ofrecer mejores condiciones de vida las personas sin hogar, pertenecientes a la tercera edad.
Mediante la elaboración de estudios, diagnósticos y elaboración de proyectos que presenta en diferentes instituciones oficiales o privadas, la rectora de la Fundación Casa del Abuelo ‘Esperanza Viva’ implementa distintas estrategias para proporcionar a los adultos mayores, un mejor entorno de vida.
Un sitio digno donde vivir, alimentación balanceada, programas de salud y recreación, un ambiente donde se refuerzan los valores morales, espirituales, afectivos, logrando atender la integralidad de estas personas que por su avanzada edad, fueron excluidas de su grupo familiar y son olvidadas por la sociedad.
100 adultos mayores se benefician con los programas Centro Día y 24 Horas:
Los adultos 24 horas son los que se encuentran en condiciones de total abandono por sus familiares. Fueron llevados al centro de atención por funcionarios de la alcaldía de Riohacha y la Policía Nacional y en muchas oportunidades, ellos mismos llegan allí, pidiendo socorro y albergue para sobrellevar mejor su ancianidad.
Algunos sufren el desarraigo familiar, otros son desplazados por la violencia, y muchos más, por unas u otras razones, se encuentran separados de su núcleo natural.
Existe otro grupo de adultos que sólo permanece en la sede de la Fundación durante las horas del día: Ellos necesitan atención alimentaria o de salud. Allí encuentran un soporte moral, espiritual y afectivo pero tienen un albergue donde pasar la noche.
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