El Vaticano y Cuba siguen por un buen camino

Reunión entre el papa Francisco y Raúl Castro ambienta visita del pontífice a la isla en septiembre.

Por:  DARƍO MENOR TORRES |  12:54 a.m. | 

11 de mayo de 2015



Foto: EFE

Aspecto de la reunión sostenida por el papa Francisco y el presidente cubano, Raúl Castro, en el aula Pablo VI en el Vaticano.

El papa Francisco va a conseguir que Raúl Castro vuelva a la fe católica. Lo reconoció el propio líder cubano tras reunirse ayer con el pontífice en la Santa Sede, en un encuentro de 55 minutos, mucho mÔs de lo que suelen prolongarse estas audiencias.

Recién llegado de Moscú, donde participó en el desfile militar conmemorativo del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, Castro le dio las gracias a Francisco por su labor de mediación para que Cuba y Estados Unidos normalizaran sus relaciones.

“Ha sido la visita mĆ”s importante de toda mi vida”, le confesó al pontĆ­fice poniĆ©ndose la mano en el pecho al terminar la audiencia.

“He salido de este encuentro verdaderamente impresionado por su sabidurĆ­a, por su modestia y por todas las virtudes que sabemos que tiene”, contó el lĆ­der cubano en su comparecencia ante los medios tras reunirse mĆ”s tarde con el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

“Si sigue hablando como lo hace, tarde o temprano voy a empezar a rezar de nuevo y volverĆ© a la Iglesia católica. Y no estoy bromeando”. Si se confirmara su conversión, Castro tornarĆ­a a las creencias de su infancia, pues estĆ” bautizado y fue educado en un colegio de los jesuitas junto a su hermano mayor, el lĆ­der de la Revolución cubana Fidel Castro.

“Incluso yo soy un jesuita en cierto sentido”, bromeó, haciendo referencia a la educación recibida por parte de miembros de la congregación religiosa a la que pertenece el pontĆ­fice.

Otro de los temas tratados en la audiencia fue la visita que Francisco realizarĆ” a Cuba el próximo mes de septiembre, en una etapa previa a su viaje a Estados Unidos, donde se le espera en Washington, Nueva York y Filadelfia. Castro prometió a Francisco que acudirĆ” “a todas las misas” que celebre en la isla caribeƱa. “Y lo harĆ© con satisfacción”, aƱadió.

Sus palabras significan un gigantesco paso adelante para la comunidad eclesiÔstica local, que ha pasado de la persecución en los primeros años posteriores a la Revolución de 1959 a una paulatina normalización de su situación.

La mayor tolerancia comenzó a llegar en la década de los años 90 del siglo pasado y se consolidó con el viaje que Juan Pablo II realizó a Cuba en el año 1998. Durante las últimas décadas, la Iglesia ha constituido la única institución alternativa al Partido Comunista en el país y ha ejercido una meritoria labor de mediación entre el Gobierno y la oposición.

En este papel ha sido protagonista el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega Alamino.

El Vaticano calificó el encuentro entre Francisco y Castro de “muy cordial”. SegĆŗn explicó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, el presidente trasladó al pontĆ­fice “los sentimientos del pueblo cubano en la espera y preparación de su próxima visita a la isla”.

Los miembros de la delegación cubana estaban encantados con la larga duración de la conversación entre su presidente y el obispo de Roma. Recordaban que hasta entonces, la audiencia mÔs larga había sido la que concedió al presidente estadounidense, Barack Obama: se prolongó durante 53 minutos, pero precisó de traducción. En este caso, en cambio, los dos se encerraron a solas para charlar en español.

A la salida del estudio del aula Pablo VI, donde tuvo lugar la conversación, el papa le dijo a Castro que rezara por Ć©l, como hace habitualmente. Con la mano en el pecho, este le pidió a su vez que se acordase de Ć©l en sus oraciones, a lo que respondió Francisco: “Ya lo hago”. Cuando se marchó su interlocutor, el pontĆ­fice agradeció el trabajo de los periodistas presentes y les comentó bromeando: “¡Os he fastidiado el domingo!”.

DARƍO MENOR TORRES
Para EL TIEMPO

Roma.

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