Avalancha en Brasil deja hasta el momento 34 muertos y 296 personas desaparecidas

Por: Anadolu

Tres años después de lo que se considera el mayor desastre de la minería en el mundo — la ruptura de una presa de Samarco en la ciudad de Mariana, que mató a 19 personas— la tragedia vuelve al estado brasileño de Minas Gerais.

Fotografía: Solo Uso Editorial - Crédito Obligatorio: Cuerpo de Bomberos - Agencia Brasil - Handout Agencia Anadolu

Son ya 34 las víctimas fatales de la ruptura este viernes de la represa Feijão, de la empresa brasileña Vale, en la ciudad de Brumadinho, en la región metropolitana de la capital estatal de Belo Horizonte.

Los equipos de rescate informan que por lo menos 296 personas siguen desaparecidas. Otras 176 han sido rescatadas y 23 de ellas están ingresadas en hospitales de la región.

15 toneladas de residuos de minería han soterrado la región, creando una ola de lama que puede llegar al Río San Francisco, el segundo más grande y más importante de Brasil, ya que atraviesa cuatro estados.

El río es de gran importancia socio ambiental, pero los daños ambientales solo serán confirmados después de algunos días. “La prioridad ahora es encontrar a los desaparecidos y rescatar a las víctimas”, dijo el presidente Jair Bolsonaro, que sobrevoló la mañana de este sábado la región afectada.

“Desde el punto de vista de pérdidas humanas, esta tragedia seguramente será más grave que la de Mariana”, afirmó durante una rueda de prensa este viernes Fabio Schvartsman, presidente de Vale.

Había cerca de 400 personas trabajando en la represa en el momento del accidente. Era la hora del almuerzo y parte de los empleados estaba en el comedor de la empresa. “El restaurante y un edificio administrativo fueron totalmente enterrados”, reconoció Schvartsman.

Para muchos expertos en minería y ambientalistas, se trata de una tragedia anunciada. La represa Mina Feijão, que estaba desactivada desde 2015, tenía la misma estructura que la de Mariana: un modelo que mezcla los residuos con tierra y agua, lo que disminuye su coste de construcción, pero a la vez aumenta el riesgo de filtraciones, que pueden provocar las rupturas.

Aunque la Secretaría de Medio Ambiente de Minas Gerais informó que la represa cumplía la legislación ambiental y estaba “debidamente licenciada”, el riesgo de un accidente fue mencionado en una reunión realizada el pasado diciembre entre la empresa y miembros del Gobierno para ampliar las actividades del complejo de minería de Vale en la región.

“En Brasil hay cerca de 230 represas como esta que representan riesgo socio ambiental. Es una bomba de tiempo”, sostiene Malu Ribeiro, coordinadora de la asociación ambiental S.O.S. Mata Atlántica, una de las que acompañó las investigaciones posteriores al desastre de Mariana.

Las 50 toneladas de residuos tóxicos mataron 11 toneladas de peces en aquella ocasión. “Aunque todavía no podamos afirmar con total seguridad, imaginamos que en Brumadinho también habrá secuelas permanentes para la fauna y la flora de la zona. El residuo es del mismo tipo de Mariana, cuya descontaminación es muy complicada”, añade.

Tres años después de la primera tragedia, el agua del Río Doce, principal afectado, sigue sin condiciones de uso. “La solución no es necesariamente prohibir la minería, pero cambiar la legislación para prohibir ese tipo de represas e invertir en fiscalización. Si no, veremos esa tragedia repetirse año tras año”, concluye la experta.

Por su parte, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) se pronunció este sábado al multar a la empresa Vale – una de las más grandes mineras del mundo – por 250 millones de reales (USD 66.307), máximo valor permitido para crímenes ambientales.




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