Una y hasta dos mensualidades donan miembros de la Curia romana a necesitados, durante la pandemia
COVID 19: La Curia Romana dona el sueldo a los pobres, como pidió el Papa
La Limosnería Apostólica donó más de 4 millones de euros el año pasado. La mayor parte del dinero proviene de la venta en el mundo de los pergaminos con la bendición apostólica.
Ary Waldir Ramos Díaz | May 11, 2020
Lo hicieron con “generosidad evangélica”, confirmó a Aleteia el cardenal Konrad Krajewski
El papa Francisco pidió a cardenales, obispos, arzobispos y prelados de la Curia romana de donar ‘voluntariamente’ un salario mensual para destinar a las personas más pobres y que sufren durante la pandemia.
250 superiores eclesiales, secretarios y otros han respondido a este acto concreto de solidaridad, algunos han donando no solo uno, sino dos mensualidades confirmó a Aleteia el cardenal Konrad Krajewski, limosnero del papa.
La Limosnería Apostólica es la Oficina de la Santa Sede que tiene la tarea de practicar la caridad a favor de los pobres en nombre del Sumo Pontífice.
Antes de Semana Santa, el ‘brazo derecho de la caridad del Papa’ había escrito una carta a los líderes curiales y a los prelados que componen la Capilla Papal, proponiendo un acto concreto de solidaridad para “participar en el sufrimiento de los que están en la prueba” a causa del Covid-19.
La respuesta de la Curia al llamado del Papa
“Ellos han respondido con una generosidad inesperada, los canónicos, las Basílicas organizaron una colecta…todos donaron más de los que se les invitó a dar, lo hicieron con una solidaridad evangélica extraordinaria” confirmó el cardenal Krajewski (nacido en 1963).
A causa de la pandemia, las celebraciones litúrgicas presididas por el Papa durante la Semana Santa se vivieron “sin la presencia de los que, según el Motu Proprio Pontificalis Domus, componen la Capilla Pontificia”.
Y así el cardenal polaco exhortó a los curiales a estar “unidos íntimamente y de manera especial al Pontífice, Obispo de Roma” que “preside la comunión universal de la caridad”, a través de una ofrenda. “El Santo Padre – se lee en la misiva – decidirá entonces el destino de las limosnas recogidas para la emergencia sanitaria”.
Somos el brazo de la Misericordia
El cardenal polaco nos confirmó al teléfono, mientras se preparaba para una intervención caritativa, que las ayudas llegaron con ‘generosidad’ y su trabajo es llevarlas a donde sea necesario y hasta que no quede ni un euro por gastar. En este sentido, debido al covid-19 envió respiradores de hospital a Rumania, a Nápoles, a Padua, Lecce, Locri. Últimamente, también a Madrid y República Centroafricana.
“Nosotros somos el brazo de la misericordia del papa Francisco, somos como un servicio de primeros auxilios porque si hay alguna necesidad debemos correr enseguida donde soliciten ayuda. Por lo tanto, yo no sé que sucederá en unos meses o en unos dos días, pero debemos estar listos.
Para el cardenal Krajeswski la caridad no tiene límites, así lo instruyó Francisco cuando le encargó la Limosnería Apostólica el 3 agosto de 2013, debe concederse a todos: “El Evangelio no hace distinciones”.
El 1 de mayo, la caridad del Papa ha llegado también a Ostia Lido (Roma) destinada a personas que se prostituían en el litoral romano y que debido al confinamiento se quedaron sin clientes. Personas ya marginadas que solicitaron ayuda a la iglesia local porque sufrían hambre y varias necesidades.
Esta ayuda no es nueva, ya lo había hecho unos días antes, cuando visitó otra parroquia en Torvainica en la costa romana para ayudar a personas transexuales.
¿A quién ayudaba Jesús?
“Si alguien se maravilla que recuerde: ¿A quién ayudaba Jesús? Es suficiente leer el Evangelio y la respuesta está en las Escrituras. Así todos en el mundo pueden saberlo. Nosotros seguimos a Jesús, sólo a Jesús”, anotó el “cardenal de los pobres”, como le reconocen en las calles y periferias de Roma.
El cardenal Krajewski fue a Ostia, distante 35 kilómetros desde el Vaticano, conducía una furgoneta con una carga de comida. En un retén policial explicó con su acento polaco cuál era su destino final: él no viajaba vestido de cardenal.
“El Papa me ha confiado una misión precisa: dar consuelo a los más débiles. Y mi misión se cumple cuando la cuenta bancaria y la reserva del almacén están vacías. El Evangelio me lleva a quien llama sin juzgar a nadie”.
La pandemia y la crisis económica y social
El cardenal Krajeswski gestiona varias estructuras vinculadas con la pastoral de la “iglesia en salida” del Papa, ahora apoyada con el dinero que fue donado por la Curia romana para la emergencia coronavirus y que sigue su misión: proporciona comidas, duchas, barbería, ropa para los sin techo, dinero para el alquiler a las familias, paga los estudios de los niños, acoge a los que tienen frío, apoya a los comedores de la caridad.
La pandemia ha desvelado otro lado de la pobreza en la diócesis del Papa, muchos padres y madres de familia han perdido sus trabajos, incluso ya precarios o sin contrato. Todas las tardes Don Corrado entrega trescientos paquetes de comida a la comunidad de San Egidio destinados a las personas que buscan ayuda en la parroquia romana de Santa Maria in Trastevere: “Son personas que tienen una casa, pero nada en la nevera”. Además regala diariamente 200 litros de leche y yogurt que provienen de la producción de la granja de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo.
La Limosnería Apostólica donó más de 4 millones de euros el año pasado. La mayor parte del dinero proviene de la venta en el mundo de los pergaminos con la bendición apostólica.
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