A dos años de las elecciones presidenciales en Colombia, muchos se quieren hacer notar

Listas las ‘bodeguitas’ para la Presidencia 2022

Penosa la creación orquestada de mensajes y etiquetas en favor de un candidato y en ofensa del otro.

eltiempo.com


Javier Borda Díaz
Por: Javier Borda Díaz
08 de julio 2020 , 09:25 p.m.

Las famosas ‘bodeguitas’ negadas por todos tendrán mucho trabajo de aquí en adelante, pues nada parece indicar que viviremos una campaña presidencial respetuosa en redes sociales.

Faltan aún dos años de gobierno y algunos candidatos ya quieren hacerse notar. Como suele pasar, no dejan terminar las cosas porque quieren empezar otras que tampoco van a finalizar. Ha sido así siempre en la politiquería: sus figuras quieren ser reyes, no obreros. Saben que para sobresalir en estos tiempos necesitan un ejército de usuarios digitales.

Las ‘bodeguitas’ (grupos creados para posicionar opiniones positivas y negativas en redes sociales) son una realidad. En la estrategia política están listas para miles de batallas. Son útiles para que el jefe esté presente en el espectro digital, para ser el “puto amo” del debate, como diría Guardiola. ‘Que hablen mal, pero que hablen de mí’, agregaría Dalí. ‘Lo único peor que la mala salud es la mala fama’, replicaría García Márquez.

De eso se trata: de marcar agenda, estar en boca de todos y lograr prensa gratis en medios de comunicación. Por eso mismo me temo que los candidatos a la próxima Presidencia de la Gran República Colombia poco o nada harán para resaltar que no pagan, no compran, no autorizan, bloquean y rechazan a todos los usuarios o grupos de redes sociales que violentan la conversación democrática. Si se comprueba que en sus campañas se usan estas ‘armas’, dirán en defensa cosas tan fútiles como “fue a mis espaldas”, “me acabo de enterar” o “a mí no me consultaron”.

En el proceso electoral se ha perdido la vergüenza. Si funciona estar metidos en peleas que no conducen a nada, ¡qué importa! Si hay que injuriar en redes sociales, ¡además se calumnia!

Frente a este tema pueden recordarse algunas buenas intenciones, pero no tan efectivas prácticas. En abril de 2018, por ejemplo, los entonces candidatos a la Presidencia Iván Duque, Germán Vargas Lleras, Humberto de la Calle y Sergio Fajardo firmaron un pacto por la no violencia, a instancias del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia. Gustavo Petro no fue a la cita, pero envió una carta en la que decía que se adhería al pacto. Todos al final se comprometieron a utilizar responsablemente las redes sociales. ¡Bravo! Actualmente, la pelea entre los seguidores digitales del vencedor y perdedor de aquella elección es creciente y exasperante.

A la ciudadanía de verdad que le caería muy bien que en esta nueva campaña presidencial se denunciaran tales perversidades. Pero que ese ejercicio no lo hagamos los periodistas solamente, sino que los aspirantes a manejar un país actúen y dejen de ser solapados. El Consejo Nacional Electoral dijo hace poco que las redes sociales deben considerarse medios de comunicación y, por lo tanto, los candidatos tienen que exigir que sus adeptos se comporten allí como si estuvieran en un debate nacional y no en una gresca en San Victorino.

¿Cuántos mensajes en redes sociales son ofensivos cuando se habla de política en Colombia? ¿Cuántos son injurias, mentiras o calumnias? En síntesis, es penosa y lamentable la creación orquestada de mensajes y etiquetas (hashtags) en favor de un candidato y en ofensa del otro. Seguramente, entre tantas mentiras de campaña que veremos próximamente, los candidatos van a decir que rechazan estas prácticas y la violencia verbal, pero a la hora de la verdad poco actuarán para evitarlo.

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