Redes Sociales: el vicio de estar pendientes de la vida de personas que no saben que usted existe
Adictos a la vida ajena
Debemos ser conscientes del tiempo que invertimos o malgastamos en internet.
Javier Borda Díaz | @javieraborda
Javier Borda Díaz |
18 de agosto 2020 , 09:25 p.m.
Unos casos triviales que viví hace poco suscitaron el tema de esta columna.
De la nada, en una conversación sobresalió la relación y diferencia de edad que se llevan los actores Kathy Sáenz y Sebastián Martínez.
Yo supuse que eran 10 años mínimo y afirmé que, en efecto, Kathy es muy bonita, pero me sorprendí cuando algunos empezaron a hablar sobre su lugar de residencia, sus hijos, su pasado y hasta dónde solían comprar hortalizas o algo por el estilo, porque así lo veían a cada rato en Instagram.
En absoluto contraste, crucé también hace unos días un saludo con una amiga de antaño y el mensaje fue muy diferente. Me preguntó ella sí yo era padre de un niño o una niña y yo le contrapregunté, con bastante extrañeza la verdad, si acaso no había visto las fotos que había publicado de mi hijo Santiago. “Yo no veo eso”, sentenció, con cierto desprecio hacia las redes sociales.
Vividos estos casos, mi memoria me llevó a un compañero de la universidad que hace 20 años, más o menos, se negaba a tener un celular. Yo aún lo recuerdo al margen de esa moda que ahora se volvió necesidad. Lo contacté entonces vía Facebook y le pregunté nomás: ‘Pacho, ¿qué tanto pudo luchar contra ese vicio de andar con el teléfono a toda hora?’.
“Yo ni me acordaba de eso, pero es verdad… –se rió-. Pues, básicamente, caí, caí en el vicio de la adicción al aparato. Digamos que la excusa laboral es lo que principalmente me hizo caer en tener siempre el celular, pero lo que sí he tratado es de darle espacios y tiempos, y también ser medido con las redes sociales. De hecho, en esta cuarentena no volví a entrar a Facebook e Instagram… no he cerrado cuentas, pero estoy usando el celular con WhatsApp y llamadas para cosas estrictamente de trabajo. Y sigo muy atento a no volverme adicto a la vida de los otros”.
Los medios, según decía Marshall McLuhan, son como extensiones del ser humano, aunque también sirven como amputaciones, porque la tecnología funciona, en la práctica, como prótesis. En ese contexto y al tiempo que se desarrollaba el International Symposium On Online Journalism de 2016, Juan Andrés Muñoz, hoy managing editor de CNN en Español Digital, tuiteó con ironía que el cuerpo es una extensión del celular. Y así lo parece. Mejor dicho, así lo es.
Debemos ser conscientes del tiempo que invertimos o malgastamos en internet. Agregó mi amigo que cuando está con el celular está con el celular y cuando va a jugar o comer con sus hijos simplemente está con ellos. Parece fácil. “Dejo el celular a un lado sin remordimientos, porque si no, ni estoy en una cosa ni en la otra. Es una pelea de día a día, aunque no es que la haya ganado”, comentó.
Muchos deberíamos empezar con estas pequeñas batallas de inmediato. Poner nuestros límites y dejar de interesarnos tanto por las vidas ajenas. Podríamos comenzar con algo básico como alejar los celulares propios y ajenos de la mesa… Da malestar comer mientras otro revisa el teléfono y da mucha pesadez cuando chatea o mira sus redes sociales mientras mastica.
P. D.: No nos quedamos con la duda. Según Wikipedia, Kathy Sáenz tiene 48 años y Sebastián Martínez, 37. No pasa nada malo con la farándula y los gustos ajenos. Solo que cuando se está demasiado tiempo en redes sociales, repasando lo que hacen los demás, empieza el problema de hacerse comparaciones inservibles con personas que no saben que existes.
Javier Borda Díaz
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