Estercita Forero, artista de imperecedera narrativa universal

Ella era una mujer de múltiples historias, que deben ser dimensionadas como corresponde y no quedarse en remoquetes, que la ubican en un plano muy local. Ella es más que 'La Novia' de una ciudad, bautizo que le asignó el periodista Gustavo Castillo, porque sus diversas maneras de exponer sus narrativas, la hacen universal. 

Félix Carrillo Hinojosa

Por Félix Carrillo Hinojosa

El bullicio de los asaltos festivos del 'Barrio Abajo', donde nació, sellaron su carácter alegre y musical. Desde niña, se impregnó de un don natural, que la acompañó siempre y la hizo distinguirse entre la multitud. 

A los cuatro años daba sus primeras muestras de lo que sería su vida en el arte, en las tertulias familiares y los radio teatros de la naciente ciudad. En el Colegio Americano, con tan sólo 14 años, debutó en la Emisora 'La Voz de Barranquilla'. 

Esa manera de encarar sus sueños, jamás pudo ser detenida por las voces de sus padres. Con escasos 18 años, decidió caminar por los pueblos que bordeaban el Río Magdalena como vendedora de productos farmacéuticos, actividad que le despertó los recuerdos que desde infante pudo atesorar. 

En ese recorrido logró comentar historias que fabricaba con facilidad y que contaba en las nacientes emisoras. Mientras cantaba obras que llegaba del otro lado del mar, decidió ponerle melodía a eso que contaba. 

Ese peregrinaje duró dos años, en las que dejó un impacto en medios radiales e impresos de Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta Pereira, Cali, Armenia, Manizales y Cartagena. Este largo recorrido le dio las fuerzas necesarias para salir en 1949, en un viaje por el Caribe y los Estados Unidos, donde pudo grabar toda esa música que tenía guardada. 

Panamá, Venezuela, República Dominicana, Puerto Rico, Cuba y México, sintieron la fuerza de su presencia, hecho que la convirtió en una de las primeras embajadoras de la música del Caribe, en otros lugares del mundo.

Nada fue fácil para ella. El medio a donde llegaba no era el esperado, pero su facilidad de adaptación y las ganas que respiraba, sumado a su creativa inspiración, su nombre pudo ganar el espacio que quería.

Era la única manera de mostrarle al mundo su talento musical. Su primera composición es el bolero 'Santo Domingo', que recoge expresiones de amor y de respaldo a la labor opresora que desarrolló el dictador Trujillo. Este acto rebelde de su parte, fue reprimido por el mandatario que la hizo salir de ese país.

El espíritu rebelde de la creadora se refleja una vez más en 1953, y lo hace con su única arma: ¡sus canciones!, en donde sale a relucir el porro 'Disimúlame', que no es más que un llamado a las mujeres residentes en New York, a que luchen por sus libertades y derechos, que eran plena para los hombres, pero no para ellas.

 

A su regreso, se instaló en el barrio de siempre, en donde nació, en el que fue feliz. Su obra ha sido divulgada por los artistas más destacados de Colombia y el mundo. En la década del 90' desarrolló en la Emisora Atlántico, el programa 'Venga con Nosotros'.

Su extensa obra, con más de quinientas canciones, muchas de ellas inéditas, las cuales deben ser visibilizadas, para bien de su aporte musical, esperan que nuevos aires interpretativos la cubran. 

Ella era una mujer de múltiples historias, que deben ser dimensionadas como corresponde y no quedarse en remoquetes, que la ubican en un plano muy local. Ella es más que 'La Novia' de una ciudad, bautizo que le asignó el periodista Gustavo Castillo, porque sus diversas maneras de exponer sus narrativas, la hacen universal. 

Ella no puede ser revivida, cada vez que haya carnaval. Ella es más que los días de jolgorio, maicena, danzas, amores y desamores de esa rumba desaforada. A ella, hay que perpetuarla por lo grande de su obra, que siempre estuvo inherente a su valor humano. No hay en Colombia una persona creadora, que se parezca tanto a su obra como ella.

Esa labor revolucionaria es la que debemos contar con orgullo. Es tan valiosa la misma, que no da lugar a sobredimensionar su creación. Su música está preparada para la crítica, porque recoge la manera cómo una mujer sin garantías sociales, le ganó a todo. 

Ella no es una figura decorativa, de un evento cultural que era su vida. Ella es más que eso. Es la risa infantil que siempre mantuvo, hasta el final de sus días, con las que impulsó siempre su obra caribeña. Ella pudo mostrar, a la par de tantos hombres creadores, una obra que siempre fue acogida por el patriarcado artístico, dueño del protagonismo musical en los diversos tiempos del arte nacional.

Los años cayeron sin menguar su espíritu combativo y mientras luchaba por no partir, su tierra amada con sus colores vivos, los mismos que viajaron con ella, a tantos lugares de su trasegar caminante, la recibía en su seno, con el amor recíproco que alguien como ella, merece eternamente

Fercahino (Esther Cecilia Forero Celis nació en Barranquilla, el 10 de diciembre de 1919 y murió el 3 de junio de 2011 en Barranquilla. Padres Josefina Celis y Laureano Forero).

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