Triste Adiós a Mariano Enrique Pertuz: Compositor de 'San Isidro Labrador'
Mariano Enrique Pertuz: auténtico campesino y compositor
 |
“San Isidro Labrador, patrono de los labriegos/
tu que estas allá en el cielo/
te voy a pedir un favor/
me le dices al señor que con su mano derecha/
que me ayude en la cosecha que soy un agricultor/”
El aparte transcrito corresponde a la canción titulada 'San Isidro Labrador', de la autoría de Mariano Enrique Pertuz, incluida por Emilianito y Poncho Zuleta en el LP 'Mi canto Sentimental', presentado a la consideración del público en el mes de junio de 1973, vino a nuestra mente esa obra musical, al enterarme de la partida para siempre, de su autor.
Imposible referirnos a este acontecimiento que enluta a Plato y a la música vallenata, sin recordar la que considero entre todas, su canción emblemática entre sus obras grabadas que son más de treinta.
Fue Mariano, un compositor de profunda raigambre campesina, de lo cual siempre se sintió orgulloso, de inteligencia natural y transparente como el agua. Fue un plateño que brilló con luz propia y dejó para la historia canciones de auténtica connotación vallenata, con versos cortos, melodías pegajosas y letras sencillas, y con una habilidad digna de imitar para los relatos coloquiales para la complacencia, y los símil en las canciones inspiradas por el amor y el desamor.
Si la memoria no nos falla, fue Aníbal Velázquez el intérprete que más le grabó, también le grabaron Andrés Landeros y Alfredo Gutiérrez entre otros pero, es mi humilde opinión que quien mejor interpretó sus canciones fue Poncho Zuleta. El le grabó entre otras como ya se dijo, 'San Isidro Labrador', en 1973, 'Invitación Parrandera' y 'El Caminante', en 1975, 'La Desentendida', 1984, 'Rastrojito de mi Patio' 1984 y 'El Amor y la Baraja', en 1985.
A propósito de 'La Desentendida' fue una canción que vino en el LP 'Fiesta Vallenata' que salió en diciembre de 1984, y tuvo un éxito espectacular, se volvió recurrente en la Radio barranquillera, y recuerdo que estando el disco de moda, tres personas pusieron fin a sus días, y coincidencialmente lo hicieron mientras escuchaban en parrandas esa canción, que en uno de sus apartes dice:
“Me voy a tomar un veneno/
voy a desafiar la muerte/
y hasta aquí llegó la suerte/
y el amor de un hombre bueno/”.
De ello dio cuenta la prensa barranquillera, durante la temporada precarnestoléndicas de 1985, cuando nos encontrábamos cursando nuestros estudios en la universidad.
Dijo en una entrevista muy conocida, que su talento para hacer canciones le vino de arriba, porque su mamá no sabía cantar, y su papá no sabía ni silbar.
Fue un trabajador del campo en cuya actividad le sucedieron muchas cosas buenas, y otras malas que también le sirvieron de inspiración para hacer canciones, como aquella vez que sembró un cultivo en la tierra que le prestó un compadre, y ese compadre cuando vio el cultivo bonito, le exigió la restitución del predio, a ese episodio le hizo la canción que dice así:
“Adiós compadre ya me voy de su terreno/
porque el verano marchitó todo el sembrado/
a usted le quedó un terreno civilizado/
y a mí el cansancio por trabajar en lo ajeno/”.
Es decir que allí se cumplido a cabalidad el aserto campechano al cual se refieren Simón Salas en La Negra de Felipe, y Héctor Zuleta en 'Volverás'. El primero dijo que “El que siembra en tierra ajena hasta la semilla pierde”, y el segundo dijo que “Quien se viste con lo ajeno, lo desvisten en lo bueno”.
Nos quedan ya muy pocos compositores, de aquellos que en sus canciones con rima y melodías narraban acontecimientos cotidianos, y cantos de complacencias, y peor la vaina porque ese tipo de canciones tampoco las están grabando, porque al vallenato lo han uniformado.
Los unos copiando lo que graba el otro, la competencia parece entre quienes saquen el estribillito mas pegajoso, o el más estrepitoso brincoleo. Allí los arpegios del acordeón no importan, la caja no se oye ni la guacharaca tampoco, opacados por los cachivaches que les meten encima. En fin, cada vez está más oscura la vaina, por eso el Vallenato está doblemente triste.
Paz en la tumba del epónimo hijo de Plato y Dios les regale el bálsamo de consuelo a su familia.
 |
| Mariano Enrique Pertuz |
No hay comentarios: