Desciende natalidad a nivel mundial: actualmente los jovenes priorizan su realización personal y profesional
¿Por qué los jóvenes cada vez tienen menos hijos?
Fuente: psicologiaymente.com
La generación Z y la natalidad
La generación Z y la natalidad
Es un hecho que cada vez nacen menos niños en España. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la natalidad parece descender sin control. El año pasado se registró la cifra más baja de nacimientos hasta la fecha, siendo la caída en esta última década del 24,4%. Por si fuera poco, estas alarmantes cifras en la natalidad se acompañan de un retraso cada vez mayor de la maternidad. Cada vez son más las mujeres que tienen hijos pasando los 40 años, mientras que aquellos nacimientos entre madres menores de 25 años menguan progresivamente.
Como sucede con la mayoría de fenómenos complejos, no existe una causa única que justifique esta sequía demográfica. La realidad es que hablamos de un panorama sujeto a la influencia de diversas variables, las cuales vamos a tratar de resumir aquí.
No podemos ignorar que el poder adquisitivo de los jóvenes ha caído notablemente con respecto a las generaciones anteriores. Los salarios ínfimos se unen a un coste de la vivienda desorbitado que hace imposible para la mayoría el hecho de independizarse. Viviendo en casa de los padres sin capacidad para llegar a fin de mes se plantea absurdo pensar en tener descendencia.
Por otro lado, es indudable que la filosofía de vida ha cambiado. Una de las cosas positivas que están viviendo las nuevas generaciones tiene que ver con la libertad de elección. Hace unas décadas tener hijos era un hito vital inevitable que prácticamente nadie se planteaba. Simplemente, las parejas tenían hijos porque tocaba. Hoy es posible tomar consciencia y elegir si se quiere pasar por esta experiencia, lo que ha abierto la puerta a proyectos de vida que no implican tener descendencia.
A nivel laboral no sólo contemplamos una importante caída en los salarios. También se ha transformado la manera en la que se hace carrera profesional. Quienes lograron un puesto en una empresa hace unas décadas tenían en gran medida asegurada su estancia en dicha organización hasta la edad de jubilación. La vida laboral era más predecible, más estática y uniforme, lo cual favorece la planificación familiar.
La ausencia de unas condiciones adecuadas que permitan la conciliación familiar es otro aspecto que no podemos pasar por alto. La incorporación de las mujeres al trabajo fuera del hogar no ha ido seguida de adaptaciones en el mercado laboral. Ya no hay una persona en casa involucrada de continuo en la crianza, pero tampoco se han transformado los viejos esquemas de funcionamiento en las empresas.
Por ello, no es sorprendente que muchas personas se vean obligadas a elegir entre sus carreras o su vida familiar. En relación a la libertad de elección que comentábamos antes, muchas personas han apostado por renunciar a los hijos en favor de su desempeño laboral. El problema es que, como podrás imaginar, esta libertad no es real, sino que está muy condicionada por cuestiones que los gobiernos, no los individuos, deberían atajar.
La reciente crisis derivada de la pandemia por COVID-19 ha llevado a muchas personas a replantearse todo su proyecto vital. Este evento traumático para la mayoría de la gente ha supuesto la ruptura de vínculos, la pérdida de empleo, el deterioro de la salud emocional… lo que ha podido disuadir a muchas personas de la idea de tener hijos.
Por último, también resulta interesante incluir un aspecto de carácter antropológico, el cual tiene que ver con la corriente hedonista que conduce a las sociedades actuales a perseguir el placer inmediato por encima de otras cuestiones. Esto ha dificultado la adopción de ciertas responsabilidades a largo plazo, así como encontrar disfrute en actividades alejadas del consumo y la superficialidad, tales como aquellas asociadas a los cuidados. Cada vez evitamos con mayor énfasis cualquier tipo de sacrificio o sufrimiento, por lo que la tendencia general se inclina hacia estilos de vida orientados a las experiencias que brindan gratificación en el corto plazo.
La importancia de la conciliación familiar
Como veníamos comentando, la conciliación es uno de los aspectos que repercuten en las bajas cifras de natalidad actuales. Para la mayoría de familias, este punto es crítico porque encajar familia y trabajo se antoja imposible si no se cumplen algunos requisitos. Además del papel evidente de las políticas alrededor de la conciliación, hay otros aspectos que influyen en este sentido:
La existencia de un modelo de familia corresponsable, donde las responsabilidades de los hijos se repartan de manera equitativa sin desigualdades entre los progenitores. Esto también implica asignar responsabilidades a los hijos acordes a su edad.
Políticas en las empresas, implantando medidas que fomenten la igualdad y la conciliación.
El papel de los sindicatos, que pueden impulsar la aplicación de medidas de conciliación:
El papel individual de cada persona, que sea capaz de conocer su realidad y sus recursos para ejercer una crianza responsable.
Un poco de actualidad en el mundo Psico
Una nueva investigación concluye que el desgaste cognitivo que genera la falta de sueño en los adolescentes es especialmente dañino en el caso de los jóvenes con sobrepeso.
Un meta-análisis confirma que el hecho de pensar intensamente genera malestar emocional, como si se tratase de un sobreesfuerzo físico más.
A partir de un experimento con ratones, un grupo de científicos ha identificado unas neuronas del hipotálamo que se asocian a las ganas de realizar ejercicio físico.
Una investigación reciente explora el fenómeno de la sinestesia sexual: algunas personas experimentan percepciones sensoriales anómalas durante el sexo, como si sus sentidos se mezclasen. Podría deberse a una hiper-sensibilidad de algunas áreas del sistema límbico en el cerebro.
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