Elección del procurador general de la nación: ¿Se hizo con autonomía e independencia?

¿Con tantos favores políticos, presagian autonomía e independencia? Lo dudo.

Ignacio Rafael Escudero Fuentes

Por Ignacio Rafael Escudero Fuentes

Abogado Especialista en Derecho Público Uninacional - Docente Uniguajira

Con una votación histórica, nunca antes vista en la vida democrática de la República, cuando el país está más polarizado que nunca como consecuencia del Proceso de Paz, donde es más fácil reconciliar a los alzados en armas con la Institucionalidad que a la Oposición con el Gobierno, el Senado de la República acaba de elegir al procurador General de la Nación, en reemplazo de Alejandro Ordóñez Maldonado.

Alternado del Consejo de Estado, líder de la séptima papeleta que dio paso a la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, ex constituyente, ex ministro de Justicia, ex embajador, el jurista Fernando Carrillo con 92 de 95 Senadores. Tres votaron en blanco.

Lo insólito del caso que, sus dos competidores, ex magistrada María Mercedes López y ex vicefiscal Jorge Fernando Perdomo, no obtuvieron votos. No obstante, la intensa campaña maratónica y el respaldo que tenían. María Mercedes, postulada por el presidente y Jorge Fernando, por la Honorable Corte Suprema de Justicia.

Definitivamente “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Quién hubiera apostado que la postulada por el ejecutivo amo y señor de las mayorías en el Senado, su ahijada se fue con el rabo entre las piernas al igual que el candidato de la Corte Suprema de Justicia quienes sufrieron una “aberrante, humillante y aplastante derrota”, terminología de frecuente utilización en el fútbol. Hoy reafirmo “en fútbol como en política dos más dos, no son cuatro”.

El nuevo procurador como Suprema Autoridad del Ministerio Público, ejercerá su mandato por cuatro años, sin reelección, en el periodo constitucional 2017-2020. Para destacar algunas frases en su discurso de agradecimiento una vez se conoció el resultado de la votación en el Senado.

"Se ha demostrado que todavía es posible conseguir unidad y consenso, más allá de sectarismos y polarizaciones propios de otras épocas de la vida nacional". Contundente mensaje al Santismo y Uribismo, quienes finalmente coincidieron para elegirlo. También al anterior procurador "una Procuraduría que no sea vocera de los radicalismos y que sea tribuna del derecho y de la seguridad jurídica".

Me produce escozor e intranquilidad la unánime escogencia del procurador, debido que, tantos favores políticos, no presagian autonomía e independencia en el ejercicio de sus funciones constitucionales, no obstantes haber sostenido "dirigir una procuraduría que nunca sea un instrumento de persecución política". 

Empero, el procurador es el Juez Natural en materia disciplinaria de los senadores quienes son sus electores. Esa combinación es antidemocrática, perversa y politiquera y pone en entredicho la seguridad jurídica de sus decisiones. Los favores con favores se pagan. 

¿Cómo torcer esa costumbre reiterada en la democracia colombiana... Cómo convertir al Ministerio Público fuertemente cuestionado por fallos sesgados, según el Consejo de Estado, en un 'Órgano Autónomo e Independiente', como reza la norma Superior?

Particularmente soy del criterio que el procurador general de la nación como otros altos funcionarios del Estado (Contralor, Defensor del Pueblo, Fiscal General de la Nación, etc.), deben ser escogidos por el pueblo a través del voto directo y así evitar que esta institución de tamaña importancia en el mantenimiento de la democracia en Colombia termine siendo utilizada para hacer favores políticos y para perseguir e inhabilitar a quienes no comulguen con los criterios ideológicos de quien ejerce tamaño poder.

Adenda 1: Elección popular ya para procurador y demás altos funcionarios del Estado.

Adenda 2: Que se designe al procurador electo como mediador entre Santismo y Uribismo para destrabar el proceso de paz con las FARC.

Adenda 3: Los ternados derrotados como premio de consolación seguramente entrarán a engrosar la abultada nómina diplomática