Cinco razones por las cuales la consulta no logró pasar el umbral

Noticias falsas que se movieron en redes y la tradición de la abstención, algunas de ellas.



Por: ELTIEMPO.COM 
27 de agosto 2018 , 03:34 p.m.


Desinformación, falta de apoyo de líderes de opinión, costumbres políticas clientelistas que persisten en el sistema electoral, apatía y la tradicional cultura abstencionista fueron las principales razones por las que, según expertos consultados por ELTIEMPO.COM, la Consulta Popular Anticorrupción se quedó, por pocos votos, sin la aprobación de las urnas.

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Los resultados emitidos por la Registraduría en el preconteo tras cerrar las urnas a las cuatro de la tarde arrojaron que, pese a tener más de 11 millones de votos, a la consulta le faltaron 473 mil votos para alcanzar el umbral ser aprobada (12'140.342 votos).

Sin embargo, los analistas consultados por ELTIEMPO.COM coincidieron en que, más allá de no haberse alcanzado el umbral, quedó en evidencia el surgimiento de una cultura política entre los colombianos que reclama un cambio y que quiere, a través del voto independiente, sin amarres ni chantajes de ningún tipo, reformar y exigir cambios a la clase política tradicional del país.

Estas son, en detalle, las cinco razones por las que la consulta se quedó ‘en la puerta del horno’.

"El 68%, una vez más, decidió que no participaría pese a tener todas las garantías para hacerlo"

La abstención y la cultura ‘de dejar todo a última hora’

Con un potencial electoral de más de 36 millones de sufragantes y una votación de un poco más de 11 millones 600 mil personas, queda en evidencia que la abstención se impuso otra vez en el territorio nacional, aseguró el politólogo e investigador Fernando Giraldo.

“Este tema afectaba directamente a todos los colombianos y, sin embargo, al menos 24 millones de personas decidieron ni siquiera salir a votar. Si usted mira, casi que acudieron a las urnas los mismos de siempre y el 68%, una vez más, decidió que no participaría pese a tener todas las garantías para hacerlo”, afirmó el experto.

Desde temprano, se percibía en las calles que la consulta no tendría una asistencia masiva. Lluvias, el descanso dominical, poca publicidad y desinterés eran la constante y así se reflejaba en los puestos de votación. De hecho, sobre el mediodía, tal como lo reportó el registrador Juan Carlos Galindo, apenas si se había logrado llegar a los 2 millones y medio de votos.

La tendencia mejoró mucho en la tarde donde, tal como lo informó EL TIEMPO, los reportes en las mesas indicaban una mayor asistencia. Pero, como siempre, muchas personas llegaron al filo de las cuatro de la tarde y se quedaron por fuera de los puestos de votación.

Líderes políticos dejaron sola la consulta

En el Congreso, la consulta fue aprobada por unanimidad. Todos los partidos, en medio del fragor de la campaña presidencial, se subieron al ‘tren’ de la iniciativa liderada por Claudia López y Angélica Lozano.

Pero a la hora de la verdad, cuando llegó el momento de impulsarla, muy pocos le metieron ‘el diente’. No hubo el respaldo, ni la pedagogía que se esperaría para una iniciativa que poco antes había unido a todas las bancadas.

“No hubo propaganda, campaña ni logística. Tampoco hubo los liderazgos necesarios y eso pesa mucho en la conciencia nacional. El presidente Iván Duque la apoyó en declaraciones, pero en realidad no hizo mucho, no se movilizó como se esperaba”; señaló el exconstituyente Jaime Fajardo Landaeta.

Noticias falsas y campaña de mentiras

El politólogo y analista Alejo Vargas, por su parte, le dio una especial importancia a la campaña negra que se hizo desde algunos sectores para afectar la votación. En su concepto, este tipo de informaciones prosperaron porque el Estado y los promotores de la consulta fallaron a la hora de hacer una pedagogía más eficiente.

“Si bien la votación fue importante y alta, es todavía pequeña frente a la tarea que hay por delante”, dijo Vargas y agregó: “Es evidente que sigue habiendo un porcentaje de colombianos que todavía actúan con base en desinformación, que no buscan informarse adecuadamente y no actúan para mejorar en ese sentido”.

Recordó cómo a través de redes sociales y cadenas en aplicaciones de mensajería se vendieron ideas como que la consulta era innecesaria, o que se trataba de una votación a favor de Claudia López y su posible aspiración a la alcaldía de Bogotá.

“Incluso, recuerde que llegaron a decir que lo que querían sus promotores era el dinero de la reposición de votos. Y muchos creyeron eso y por eso decidieron abstenerse”, añadió.

Sin embargo, resaltó que esos 11 millones de votantes pueden ser el embrión de una nueva generación de votantes independientes capaces de tomar decisiones informadas y que está reclamando con más fuerza un cambio en la cultura política del país.

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Desinterés y falta de confianza

Otro aspecto considerado por las voces consultadas tuvo que ver con la apatía que este tipo de ejercicios democráticos en la ciudadanía.

Para Fernando Giraldo, los ciudadanos tienen una profunda apatía, incredulidad y desconfianza no solo frente a los partidos y a la política en general, sino también ante el peso real que pueda tener su voto. Muchos ciudadanos consideran que si participan su voz no será escuchada y que un simple voto no marcará gran diferencia.

“La consulta, si hubiera pasado, vinculaba al Congreso y al Gobierno, quienes debían reglamentar y establecer la forma en que sería implementada. Eso, de entrada, ya generaba desconfianza en la ciudadanía, pues muchos sentían que no valía la pena votar algo que no tenía aplicación directa y expedita, sino que quedaba en manos de unas entidades que podrían luego no cumplir lo que se decidió en las urnas.

Sin clientelismo, muchos no votaron

Para Jaime Fajardo, en Colombia todavía mucha de la votación se mueve a través de prácticas clientelistas y compra de votos. Los políticos tradicionales, al no poder hacer uso de esas herramientas poco éticas, se abstuvieron de movilizar a sus votantes. 

Esta posición es respaldada también por Alejo Vargas, quien aseguró que todavía hay un gran porcentaje de colombianos que solo votan si se les ofrece dinero, alimentación, transporte u otro tipo de ‘recompensas’ que están por fuera de la ley.

Por eso destacaron que, aunque el umbral no se logró, los más de 11 millones de votos fueron altamente significativos. Pues se trató de sufragios libres y sin otra intención que la de expresar libremente la voluntad en las urnas.

“Estamos ante un enorme hecho político. Es un golpe fuerte a la clase política tradicional. Se lograron más votos que para cualquier candidato a la presidencia e incluso más que en las votaciones a Congreso. Y hay un mensaje claro en esto: o estos dirigentes actuales cambian a fondo, o su poder se va a desmoronar tarde o temprano”, remató Fajardo Landaeta.


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