Toma Paramilitar e Intervención Divina

Recuerdos de una toma paramilitar que dejó dos muertos, cinco desaparecidos y la angustia de los habitantes de un pueblo, cuando entraba la noche.


 Décima Crónica de Cuarentena


¡Bienvenidos!


Marcos antonio Barros Pinedo 
Por Marcos antonio Barros Pinedo

Fue un 11 de enero de 2001, cuando tomé la decisión de viajar de la finca 'Las Mercedes', al municipio de Plato, en el departamento del Magdalena.

En compañía de mi esposa, Magalys Díaz Niebles; de mis hijos, Ferney Adolfo y Carmen Angélica Barros Díaz; mi suegra, Edith Niebles y mi cuñado, Indalecio Díaz Niebles.

Caminamos unos quinientos metros de la finca 'Las Mercedes' a 'El Bajo', un pueblo muy pequeño y en donde su gente vive de la agricultura y de algunas cuatro tiendas de víveres y abarrotes.

Llegamos a 'El Bajo' a las 5:00 de la tarde, con la intención de abordar un bus o cualquier vehículo de pasajeros, que nos transportara a la localidad de Plato.

Duramos una hora completa haciéndole señas a los choferes de los buses y de otros vehículos para que se detuvieran, con la posibilidad de viajar y poder dormir con mi familia en la tierra de 'El Hombre Caimán', pero todo resultó negativo.

Ante esta situación, Magalys, me dijo:

-"Marquito regresemos a la finca, porque prácticamente se nos hizo de noche".-

Le respondí: 

-"Tranquila que nos regresamos a las 7:00 de la noche, porque voy a conversar con el señor 'Joselito' Molina".-

'Joselito' era dueño de una tienda de víveres y abarrotes. Su señora vendía pastelitos y arepuelas.

Llevábamos una conversación amena sobre el conflicto armado en Colombia. Las acciones guerrilleras de las FARC y del ELN y también del accionar de las llamadas Autodefensas o Grupos Paramilitares, que operaban en diferentes zonas de La Guajira y el Magdalena.

Faltando 10 minutos para las 7:00 de la noche se presenta una situación bien difícil para cualquier ser humano. Más de 100 hombres uniformados, cubiertos con pasamontañas y luciendo sus brazaletes de las AUC, rodearon el pequeño pueblo. 


Magalys Díaz Niebles y Edith Niebles

El lugar donde me encontraba con Magalys Díaz Niebles, Ferney Adolfo y Carmen Angélica Barros Díaz, Edith Niebles e Indalecio Díaz Niebles, fue tomado por 10 efectivos de las AUC. El jefe de la toma era un hombre muy bajo de estatura.

Con pistolas, revólveres y ametralladoras nos ordenaron seguir hacia el patio. El jefe paramilitar se dirigió a nosotros y a los dueños de la tienda:

 -"No se preocupen, que no va a pasar nada si nos colaboran. Hemos venido en busca de cinco personas. Ya las estamos buscando en el pueblo, con el fin de ponerlos prisioneros  interrogarlos, enjuiciarlos y con altas posibilidades de asesinarlos, porque para nosotros, son objetivos militares".-

Mientras el diminuto jefe paramilitar nos decía esas palabras, en otro lugar cercano al pueblo, se escuchaba música cristiana de alabanzas a Dios. Me dió la impresión que el Grupo de Paramilitares que allí llegó, ordenaron que siguiera la ceremonia religiosa para no despertar sospecha alguna, con relación a los buses y carros que por allí pasaban a baja velocidad, con destino a Plato.

Es indudable que ninguna persona quiere perder la vida en cualquier circunstancia que sea y sobre todo viendo a 10 hombres armados hasta los dientes. En ese momento de tensión, Indalecio Díaz Niebles, quiso escapar aprovechando que la tapia de la casa era de madera muy frágil.
Cuando intentó correr uno de los integrantes de las AUC, pistola en mano le gritó: 

-"Quieto. Si intentas escapar te mato", 

...y le ordenó tirarse al piso. Luego le puso la pistola en la sien derecha.

Entonces fue cuando el jefe de la toma, le dijo al subalterno: 

-"No lo vayas a matar. Estamos en una misión diferente, pero si él, -el hombre se refería a Indalecio-, intenta correr nuevamente mátalo. Cualquier otro que quiera escapar, también lo matas. A las mujeres si lo intentan, no las mates, porque son nerviosas y se, que no se van a mover de allí.-

En el grupo había seis mujeres y una niña. El tiempo corría y la verdad es que no sabíamos cómo iban a reaccionar los paramilitares, a la hora de su retirada.

De acuerdo a lo que observábamos noté que tenían el tiempo medido en su actuar y lograr llevarse a las cinco personas que buscaban. Todos varones.

A las 7:30 de la noche arribó un Jeep conducido por un irregular y fue parqueado cerca a la casa donde momentáneamente estábamos en cautiverio. Tal parece que fue llamado por radio portátil, podría creer yo.

Quiero señalar que el jefe de la toma ya se estaba desesperando, porque no recibía reporte alguno sobre la ubicación de las cinco personas que en esos momentos buscaban.

Su intranquilidad se hizo mucho más manifiesta cuando de repente dos jóvenes hermanos que viajaban de Plato rumbo a Bosconia, hicieron un pare en la tienda donde nos encontrábamos, y bajaron a comprar dos gaseosas. 

Pero lo lamentable de la situación fue, que cuando los dos muchachos vieron a los miembros de las AUC con su brazalete, lanzaron una expresión: 

-"¿Qué es esto?".- 

Enseguida me di cuenta que los dos muchachos estaban en estado de alicoramiento.

El jefe de la toma les ordenó que hicieran silencio, que no hablarán porque no respondía por sus vidas. Los dos muchachos se enfurecieron y le respondieron al jefe paramilitar en medio de sus tragos: 

-"Nosotros podemos hablar y nadie no los impide. No le tenemos miedo a ninguno, porque el día de morir es uno solo".- 

Esas palabras pusieron furioso o sacaron de 'sus casillas' al jefe paramilitar, quien ordenó a tres subalternos para que subieran al Jeep a los dos jóvenes hermanos y su motocicleta, al tiempo que les dijo:

-"A éstos muchachos mal paridos los matan y sus cadáveres los dejan tirados en el primer puente que encuentren en la vía a Bosconia. La motocicleta la queman, y parte sin novedad".-

Es de resaltar que a los dos hermanos se los llevaron en cumplimiento de una orden superior.

En verdad, cuando escuché esas palabras del jefe paramilitar y cuando vi que a los muchachos borrachos los embarcaron al Jeep, noté su desespero y al escuchar de ellos: 

-"Por favor, no nos vayan a matar".-

Me dió entonces una tristeza terrible, que no la pude ocultar.

El jefe paramilitar al notar mi inconformidad, puso su ametralladoras en mi pecho y preguntó: 

-"¿Señor, será que usted no está de acuerdo con mis órdenes?". -

Le respondí muy serenamente, tratando de quitarme la ametralladoras de mi pecho: '

-"No señor. En ningún momento he pensado lo que usted cree. No creo que usted me vaya a asesinar por una mera suposición".-

El jefe paramilitar me replicó: 

-"En estos momentos su vida y las de quienes están aquí en cautiverio, dependen de mi. Aquí mando yo, y soy el que da las órdenes. Si vuelvo a notar en usted, otro comportamiento de inconformidad, lo mato y doy órdenes que a su cuerpo lo dejen tirado en cualquier monte de esta zona". 

A lo cual le contesté: 

-"Por mi no habrá ningún problema, porque no tengo nada que decir.".-

A las 8:00 de la noche, el jefe paramilitar recibió una llamada vía radio portátil, en donde le dijeron que ya habían capturado a las cinco personas que estaban buscando.

Enseguida dio la orden de reagrupar a los integrantes de la toma, o sea a los más de 100 integrantes de las AUC, para la retirada.

De inmediato se me presentó el momento más difícil: el jefe paramilitar me pidió la cédula de ciudadanía para conocer mi nombre. Cuando vio mi nombre y mis apellidos  'Barros Pinedo', me dijo: 

-"Caramba, sus dos apellidos son muy reconocidos en La Guajira y el Magdalena".- 

Acto seguido le respondí: 

-"Soy de Riohacha, La Guajira".-

Enseguida me preguntó: 

-"¿Usted qué hace por aquí?" ...

-"Me encuentro de vacaciones con motivos de la Navidad y Año Nuevo. En la finca que está cerca de aquí, propiedad de los hermanos Díaz Niebles, pero debo viajar mañana a Riohacha, con el fin de reintegrarme a mi trabajo".-
Nuevamente me preguntó el jefe paramilitar: 

-"¿Usted qué trabaja en Riohacha?" ...

Le respondí: 

-"Soy periodista y redactor del Radio Periódico 'El Flechazo', que se transmite por la emisora Radio Delfín".-

De manera inesperada, el jefe paramilitar indaga sobre las personas que me acompañaban y le respondí:

-"Me acompañan mi esposa, Magalys Díaz Niebles, mis dos hijos, Ferney Adolfo y Carmen Angélica Barros Díaz; mi suegra y mi cuñado Indalecio".-

Incisivo, el jefe paramilitar y de manera casi grosera, me preguntó:

-"¿Usted como periodista, qué opina de la actual situación del país y de las actuaciones de las AUC, en el territorio nacional?"  

Respondí:

-"Como periodista siempre he sido neutral en el manejo de la información, con relación a los grupos armados. Más bien informo y no opino. Nunca confundo la noticia con el comentario o la opinión".-

-"Me parece interesante y lógica su posición. Le aseguro que si usted hubiera opinado a favor de la guerrilla, otro gallo hubiera cantado. De pronto no hubiera regresado a su querida Riohacha".-

-"Pero, olvidaba algo"-, aseguró el jefe paramilitar: 

-"Por favor muéstreme el documento que lo acredita como Periodista".-

De inmediato le mostré la credencial que me otorgó el Ministerio de Educación Nacional, la Tarjeta número 7056, Resolución número 5061 del 20 de mayo de 1986.

-"Lo felicito por su importante labor periodística y siga por el sendero de la verdad, y la imparcialidad".-

Al final de la conversación con el jefe paramilitar, me di cuenta que tenía una buena preparación académica. 

Lo noté por la forma cómo daba las órdenes, por la forma cómo me interrogó, por no permitir que mi cuñado hubiese sido asesinado por uno de sus subalternos, por la forma cómo desistió de atentar contra mi vida y por la manera cómo se despidió de nosotros. 

Al despedirse agregó:

-"Cuide a sus dos hijos para que en el mañana sean un hombre y una mujer de bien".-

Lo cierto fue que hubo orden de retirada por parte del jefe paramilitar. Más de 100 efectivos de las AUC, abandonaron el pueblo de 'El Bajo', donde no hubo presencia del Ejército y la Policía Nacional. Se llevaron secuestrados a las cinco personas, sin que pudiéramos verlas y conocerlas.

Cuando el Grupo de las AUC desapareció en la oscuridad, a través de los montes de esa zona, guiados por las luces del Jeep, nosotros respiramos tranquilos. 'Joselito' Molina y yo, nos dimos un fuerte abrazo. Las muchachas que estaban con nosotros, rompieron en llanto. Mi suegra comenzó a darle gracias a Dios, mi cuñado Indalecio reía, de pronto por causa de los nervios. 

En ese momento mi cuñado no dimensionó que pudo haber sido asesinado por su actitud nerviosa, mientras que mis hijos Ferney Adolfo y Carmen Angélica Barros Díaz, por su corta edad, no alcanzaron a entender lo que en realidad pasó.

Por lo menos, Ferney Adolfo, riendo pidió una gaseosa y de igual manera, Carmen Angélica, pidió una malta y galletas de soda a 'Joselito', el dueño de la tienda y de la casa donde duramos una hora secuestrados, por un Grupo de las AUC, en 'El Bajo', jurisdicción de Plato, en el departamento del Magdalena.

Una de las acciones buenas que hizo 'Joselito', fue prestarme un foco de mano para poder arrancar rumbo a la finca 'Las Mercedes', a una distancia de casi un kilómetro de 'El Bajo'. Emprendimos el viaje de regreso. Cuando llegamos a la finca, el alma me regresó al cuerpo. Más sin embargo, esa noche no dormí ni un minuto.

A la mañana siguiente me enteré que los cuerpos de los dos hermanos que se movilizaban en su motocicleta y que en estado de alicoramiento discutieron con el jefe paramilitar, fueron encontrados sin vida, en uno de los puentes de la carretera que une a Plato con Bosconia. La motocicleta, tal como sentenció el jefe paramilitar, fue incinerada. Hasta el día de hoy, las cinco personas que fueron secuestradas, no han aparecido.

Lo cierto también fue que la toma sucedió el 11 de enero de 2001. Al día siguiente empaque mis cosas y le dije a Magalys: 

-"Aquí en esta finca muy cerca de' El Bajo', no permanezco un día más. Hoy mismo me voy para Riohacha".

Así lo hicimos, pero al llegar a Valledupar, decidí visitar a mi hermana Brígida Barros y duré dos días en su casa. Le conté todo a mi hermana, y me respondió que como ella es Cristiana y predica la Palabra de Dios, el Todopoderoso nos salvó de la incursión de ese Grupo Paramilitar.

Llegué a Riohacha el 15 de enero de 2001, y apenas estaba en mi casa, anuncié:

-"Difícilmente vuelvo yo a visitar la finca 'Las Mercedes' y el pueblo de 'El Bajo'.-

Mientras tanto, mi suegra Edith Niebles y mi cuñado Indalecio Díaz Niebles, se quedaron en su terruño, en la finca 'Las Mercedes'.

Han pasado 19 años desde aquella incursión paramilitar en 'El Bajo. Puedo decir que Edith Niebles se encuentra en la ciudad de Barranquilla, donde su hija Nancy Díaz Niebles, Indalecio Díaz Niebles, vive con su esposa, en la ciudad de Santa Marta, donde actualmente labora.

Carmen Angélica y Ferney Adolfo Barros Díaz

Ferney Adolfo Barros Díaz vive en Riohacha y terminó la profesión de Negocios Internacionales, en la Universidad de La Guajira. Sólo le falta la ceremonia de grado. Formó su hogar con Zulay Suárez Rodríguez, de cuya unión hay un niño nacido el 05 de mayo, a las 3:00 de la tarde en la Clínica Cedes, de Riohacha.

Carmen Angélica Barros Díaz, es Ingeniera de Sistemas de la Universidad de La Guajira, con postgrado y maestría. También formó su hogar con Gener Radillo Sarmiento, de cuya unión hay un niño de año y medio de edad.

Marcos Antonio Barros Pinedo y Magalys Díaz Niebles, vivimos en el Barrio Arriba, emblemático sector de la ciudad de Riohacha.

Para concluir, con la fe de los Cristianos podemos decir que nuestro Dios Todopoderoso nos protegió a mi esposa, a mis dos hijos, a mi suegra, a mi cuñado y a mi, de esa toma angustiosa por parte de las AUC. 

Gracias a Dios, hoy me encuentro laborando en la emisora Uniguajira Estéreo, donde realizo la Radiorevista 'Amanecer Informativo', en el horario de lunes a viernes, a partir de las 5:00 de la mañana. 

Cada vez que voy a iniciar el programa recuerdo aquellas palabras que me dijo el jefe paramilitar:

-"Siga trabajando bajo los parámetros de la verdad y de la imparcialidad".-

No me dijo nada nuevo, pero le agradecí sus palabras, porque en realidad la veracidad y la imparcialidad, son los parámetros  fundamentales del periodismo

No soy ajeno a este importante principio que práctico en estos momentos, en beneficio de quienes sintonizan el programa radial, en los 89.3 de la Banda F.M, a través de la emisora del Conocimiento, la emisora de la Universidad de La Guajira.

¡Como se pasa de rápido el tiempo. Que importante es recordar. Y ... Pare de contar!

Título Original: 'Recuerdos de una toma paramilitar que dejó dos muertos, cinco desaparecidos y la angustia de los habitantes de un pueblo, cuando entraba la noche '

Contenido Sugerido: 'Riohacha se debate entre la Intolerancia, la Indisciplina Social y la Incultura Ciudadana'

1 comentario:

  1. Muy buen contenido esa crinica.experiencias vividas como diría un gran amigo mio

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.