Zobeida Beatriz Peñaranda Cotes: una hija parental
Zobeida se convirtió como dicen los psicólogos en hija parental, porque desde muy joven sustituyó a sus padres, desempeñando el rol de ellos con sus hermanos, asumió las responsabilidades e incluso hizo de madre para sus padres, apoyándolos hasta el final de sus días.
Por Gladis Marina Brugés Moreu
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Los primos son nuestros parientes más cercanos, por los cuales sentimos un gran afecto, que es una mezcla del cariño que tenemos por un amigo y un hermano.
Algunos son de nuestra generación, otros son mayores que nosotros como es nuestro caso, pero independientemente de la diferencia de edades, siempre nos sentimos vinculadas por un lazo familiar y de amistad.
Peñaranda Cotes y Brugés Moreu, aunque no coincidamos con nuestros apellidos, somos primas hermanas porque compartimos una de nuestras abuelas: Sara Elena Campo Fernández, progenitora de su mamá y de mi padre, Pedro Antonio Brugés Campo, hermanos maternos, se querían mucho y hubo bastante acercamiento entre ellos y, por su puesto con el resto de la familia.
Decía Zobeida que Pedro Brugés Campo, fue el tío que tuvieron más cercano y el más familiar. Llegaba en barco de sus viajes de trabajo y se hospedaba donde ellos, cuando él aún no había contraído matrimonio.
Recordaba con nostalgia que en varias ocasiones, le llamó la atención porque se subía en un árbol alto y frondoso de clemón que estaba en la calle Ancha, frente a su casa.
Zobeida nació en Riohacha, el 9 de mayo de 1928, en el hogar formado por Juan Abadeso Peñaranda Magdaniel y Claudina Nicolasa Cotes Campo.
Era la cuarta de trece hermanos de padre y madre: Wilson Manuel (F), Darío Rafael (F), Isauro Inocencio (F), Zobeida Beatriz (F), Edna María Emérita (F), Analcímenes Francisco ‘Nato’, Amira Elena, Vilma Deusenith (F), Rogelio Rito, Yolanda Isabel (F), Jairo Benicio, Donaldo Nilo (F) y Sigisberto Alfonso ‘Beto’ (F) Peñaranda Cotes.
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| Zobeida Beatriz Peñaranda Cotes |
Fue la mayor de las mujeres, se convirtió como dicen los psicólogos en hija parental, porque desde muy joven sustituyó a sus padres, desempeñando el rol de ellos con sus hermanos, asumió las responsabilidades, incluso hizo de madre para sus padres, apoyándolos hasta el final de sus días.
Estudió la primaria, hasta tercero en la escuela de la profesora Celia Catalina Pimienta de López, cuarto, quinto de primaria y la secundaria en el colegio ‘La Sagrada Familia'.
Sus compañeras de estudio fueron: Gala Monsalve Cuadrado, Elba Brochero Pitre, Rita Arregocés, Lucila Barros, Eva Robles, ‘Choni’ Gómez Gómez, y una niña apellido Roys. Ellas recibieron el título de Comercio en 1949.
En 1950, entró a laborar en el colegio ‘La Divina Pastora’, como profesora de kínder. En la siguiente fotografía aparecen de pie: Zobeida Peñaranda Cotes, Flora Mejía Romero y Noris Ezpeleta Maestre y, sentados: El señor Santamaría (Rector del colegio - era del interior del país) y el padre José Agustín Mackenzie Useche ‘WuareKu’ (Administrador del colegio).
También trabajó en la Telefónica (1951-1956) y en el Telégrafo (1957-1960). Estas dos oficinas funcionaban en un edificio de dos plantas, el Telégrafo, en el primer piso y la Telefónica, en el Segundo. Estaba ubicado en la calle 2 con carrera 7, en la esquina sur oriental, donde hoy está construido el Banco Davivienda.
Entre los funcionarios de la Telefónica estaban Teolinda Sierra, Zobeida Peñaranda Cotes, Álvaro Sepúlveda, (Oficiales de recibo); Celina van-Leenden Brugés, (Contadora); Josefa ‘Fita’ Ariza, (Auxiliar de contabilidad) y del Telégrafo: Vilma Peñaranda, Cotes (Oficial de recibo).
En varias ocasiones Zobeida me comentó que, en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, el Teatro Aurora, además de proyectar películas, servía para presentaciones de eventos de diferentes clases, como orquestas, cantantes, comedias, recitales de poesías y bailes de carnaval, entre otros.
En su juventud le gustaban las fiestas. Con sus hermanas y unas amigas, formaron un grupo de jovencitas inseparables, para asistir a las reuniones familiares y a los bailes de carnaval.
Eran ellas Anabella Magdaniel, Elsa Gómez Magdaniel, Bertha Gómez Freyle, Amira y Vilma Peñaranda Cotes. Fueron sus mejores años, así lo consideró siempre.
A comienzos de 1961, ingresó a laborar en la Intendencia de La Guajira y a finales de ese mismo año, en el Liceo Nacional Almirante Padilla, hasta 1978.
Entre los docentes podemos mencionar a Manuel Cayetano Sierra Pimienta, Julio Santiago Quintero Dandaret, Alfredo Domingo Conrado Fernández, José Jerónimo ‘Pepe’ Annicchiarico León, Enrique Vicente Lallemand Valdeblánquez y, las funcionarias Leda Pugliese Cionti (pagadora) y Zobeida Peñaranda Cotes (secretaria de Rectoría).
Estuvo en este cargo en la administración de los siguientes rectores: Helión Pinedo Ríos (1958–1961), Enrique Agudelo (1962), Ángel María Salazar (1963), Manuel Sierra Pimienta (1964), Ostilio Díaz-Granados Fadul (1964), Simón Almanza (1965-1966), Pablo Bermúdez (1966-1967), Lisandro Vargas Zapata (1967-1968), Orlando Romero Guerra (1969-1970), Hernán García Robledo (1971-1972), Héctor Zúñiga Pinzón (1972), Sixto Urueta Palma (1973), Lisandro Vargas Zapata (1974), Ezequiel Bilbao Douglas (E 1975), Álvaro Sprockel Mendoza (1976) y Arles Ramírez Zapata (1977- 1978).
Trabajando en el Liceo Padilla, se inició como comerciante, compraba mercancía y la vendía a sus amistades y familiares. Al retirarse, se dedicó por completo al comercio y montó en su residencia, el Almacén Avenida, con artículos nacionales y del exterior para damas, caballeros y niños. En esa época en Riohacha, existían pocos almacenes con ropa y productos de calidad.
Fue una trabajadora incansable, puntual y responsable con sus compromisos bancarios. Solidaria, servicial, siempre estaba en disposición de ayudar a los familiares y amistades cuando lo necesitaban. Buscaba la felicidad más para los demás, que para ella misma.
Hija de riohacheros, vivió siempre en su tierra natal, en la Calle 7 o Calle Ancha, número de la casa 6 – 66. Era una verdadera “calleanchera”, así se autodenominaban las de esa generación, que nacieron y vivieron en la Calle Ancha. Los viajes que realizaba eran de trabajo, con el objetivo de traer mercancía, para surtir su negocio.
Zobeida Beatriz Peñaranda Cotes, falleció en Riohacha en la Clínica Cedes, el 15 de mayo de 2021, a la edad de 93 años, de un paro cardíaco.
No asistí a los actos funerales porque desafortunadamente estamos en una época, donde debemos cuidarnos por la pandemia, pero lo estuve espiritualmente desde que supe que estaba delicada de salud, comunicándome con frecuencia con su sobrina e hija de crianza Zenelia Vidal Peñaranda y, más pendiente aun, cuando estuvo hospitalizada y, al fallecer.
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