Recordando las Canciones Vallenatas con Diálogos Costumbristas y Melodiosos

 Aquellas Canciones De Diálogos Melodiosos y Coloquiales



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Luis Eduardo Acosta Medina


Como suele suceder con algunos temas relacionados con las canciones y en general con la Música Vallenata, cada día que pasa en la dirección incorrecta, se van perdiendo en forma imperceptible, pero sostenida muchos elementos que contribuyeron al posicionamiento y el éxito folclórico y comercial del vallenato tradicional, entre ellos las letras de los cantos en los cuales ingeniosamente establecían sus autores diálogos imaginarios y narrativos entre los protagonistas de la historia cantada. 


Los botones para mostrar son tantos como arroz partido, pero vienen a mi mente algunos que dan cuenta de la inteligencia natural de esos compositores, entre esos cantos se puede destacar 'Penas de un Hogar', de Rafael Escalona, en la cual cuenta que llego a visitar al hogar de una pareja de amigos, porque presentía que algo grave estaba pasando, la mujer le agradeció su presencia, previa advertencia del autor que es respetuoso de la mujer ajena.

Aquella le contó entonces que el padre de los muchachos estremeció a la familia con su ausencia, le dijo que, “Yo soy casada hacen veinte años, tengo mi hogar y tengo mis hijos, pero el problema es con mi marido que últimamente es irresponsable. Ahora tiene una mujer en la calle y aquí en la casa todos lamentamos, y los muchachos perdieron el año porque no pueden estudiar con hambre.”


'Rafa' riposta comprensivo y solidario, lamentando lo sucedido diciendo que esos problemas causan penas, le recuerda que su caso no es el único, le dice que se están viendo diariamente, y concluye exclamando “El que tenga tienda que la atienda y el que tenga hogar que lo respete.” 


Carlos Huertas en 'El Cantor de Fonseca', nos pone de presente su casual encuentro en una noche de rebusque por los estaderos de la bahía de Santa Marta, con el bohemio  interiorano que después de escucharlo cantar exclamó: “Óigame compa usted no es del Valle, del Magdalena ni de Bolívar, pues se me antoja que sus cantares son de una tierra desconocida”. 


Fue cuando le dio la respuesta que en 1973, cuando con rima y melodía, le hizo saber que si le inspiraba saber la tierra de donde era, “con mucho gusto y  a mucho honor, yo soy del Centro de La Guajira”, y aprovechó para contarle que "nació en Dibulla frente al Mar Caribe"... que de allí muy pequeño se lo llevaron, en Barrancas lo bautizaron y en toda La Guajira se hizo libre"


También le hizo saber que "vio tocar a Santander Martínez, a Chico Bolaños y a Francisco El Hombre, a Lole Brito y a Luis Pitre", visibilizó en su obra a "Lagunita, donde cantó al lado de 'Monche' Brito, Julio Francisco y Chiche Guerra y también conoció a Bienvenido, el autor de Berta Caldera"


En esa canción dejo extendida 'El Cantor de Fonseca', su gran habilidad como letrista,  poeta y compositor de reputadas condiciones.


Por su parte Julio Oñate Martínez en la Canción 'Encuentro con Simón', narra con pelos y señales los detalles de su encuentro con Simón Salas, el sobrino de 'La Vieja Sara', que por un disgusto con ella había abandonado El Plan, en la plenitud de su primavera. 


Dice el gran compositor, investigador, escritor y cronista de la música vallenata que durante un viaje en sus correrías, promocionando productos para uso agrícola en la región, de Las Colonias que hay en Caracolito, se desplazaba del Valle para Fundación, y había un viejito chiquitico y cabeza blanca, que tocaba alegremente, un merengue con su acordeón.


'La Biblia del Vallenato' cuenta en su relato que le dijo que “su nota picada, lo mismo que sus bellos cantares, me recuerdan mucho a Toño Salas, a Emiliano Bolaños y Morales”.


Continua su relato que fascinado por la dulce melodía que derrochaba el viejito le dijo: “Usted parece nacido en la tierra mía, por favor diga su nombre yo lo quiero conocer.” 


Su interlocutor contesto de inmediato con información detallada para su mayor ilustración diciendo que “Yo soy Simón Salas y soy compadre de Rafael, soy sobrino de 'La Vieja Sara' y primo de Emiliano también. Me recuerdan en la provincia, como 'El Compadre Simón', mi rutina fue conocida desde La Sierra a El Playón”.


El odontólogo y compositor fonsequero José María 'Chema' Gómez Daza también hizo su aporte para que nunca muera el vallenato tradicional con la canción titulada 'Compae Chipuco'. 


En ella, con énfasis en el rescate de la oralidad, relata con gracia, lenguaje sencillo y con medida, su encuentro con Antonio Guerra Bullones, a su paso durante un viaje de Santa Marta  para Fonseca, a quien visitó acompañado de su amigo Neys Daza, en su parcela al lado del Rio Guatapurí, lugar donde desplegaba sus habilidades para el cultivo y las cosechas, mientras su compañera, Carmen Arzuaga, adobaba con sus manos laboriosas las comidas típicas, que vendía en la ciudad pequeña y de casitas de bahareques  de Valledupar.


Para colocar la tapa a esta cajeta, viene a nuestra mente 'El Compadre', una canción de Luciano Gullo Fragoso que Oñate le grabo con Los Hermanos López, en el año 1973, álbum 'El Cantor de Fonseca'. 


En esta narra magistralmente los pormenores de su visita a doña Ruth Ladrón De Guevara, esposa de su compadre Tobías Enrique Pumarejo, a propósito de unos achaques que este presentaba.


Dice que “al llegar a la casa de mi compadre Tobías, me dijo doña Ruth, ya su compadre se fue. Se lo llevaron grave y yo no se todavía. No he tenido noticias de su llegada al Valle.”


La misma interlocutora agregó con optimismo "que tenía mucha fe, y el día menos pensado a su lado lo tendría."


Luciano repostó diciendo: “Como yo la vi triste, llena de melancolía, la tristeza destruye, yo también la confirmé. Así como usted dice, aquí tiene que volver, compadre Tobías Enrique no se muere todavía.”  



Concluye diciendo “A Santo Eccehomo del Valle le ruego por su salud. Le aseguro doña Ruth, que ahorita viene el compadre.” 


Es en aquel momento cuando, cuenta el autor que interviene en el dialogo Tito, hermano del enfermo, quien dijo lo siguiente: 


“Después dijo don Tito con una preocupación, si el caso es de operación voy a ver a mi hermanito. Él tenía razón cuando le oí decir un día que sólo se operaria con Martínez Calderón.”


El epilogo de ese dialogo melodioso y tripartito fue el coro cuando dice Tito ante un eventual procedimiento quirúrgico, para elogiar a un galeno lo siguiente: “Es un medico eminente, un experto cirujano, con el bisturí en la mano, le da vida a su paciente.”


¿Por qué ya esas canciones nadie las graba? 


Título Original: 'Aquellas Canciones De Diálogos Melodiosos y Coloquiales'

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